Antes de la pandemia, las criptomonedas como Bitcoin y Ether mostraban poca correlación con los principales índices bursátiles. Foto La Hora
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Una reciente investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), está generando preocupaciones sobre la estabilidad del sistema financiero mundial, derivado de una creciente interconexión entre los mercados financieros de acciones y bonos con los activos virtuales o criptomonedas.

De acuerdo con el FMI, los activos criptográficos como Bitcoin han pasado de ser “activos oscuros con pocos usuarios” a formar parte integral de la revolución de los activos digitales. Es decir, ya no están al margen del sistema financiero.

Recordemos que las criptodivisas se caracterizan por ser dinero digital que no está regulado por ninguna entidad financiera o Banco Central, debido a que operan de forma autónoma, utilizando una red descentralizada.

“La correlación de los criptoactivos con las participaciones tradicionales como las acciones ha aumentado significativamente, lo que limita los beneficios percibidos de diversificación del riesgo y aumenta el riesgo de contagio en los mercados financieros”, explicó el FMI.

Vía FMI

EL BITCOIN Y LAS ACCIONES SE MUEVEN JUNTAS

Antes de la pandemia, las criptomonedas como Bitcoin y Ether mostraban poca correlación con los principales índices bursátiles. En su momento, se pensaba que ayudaban a diversificar el riesgo y actuaban como “cobertura frente a las oscilaciones de otras clases de activos”.

Sin embargo, dicha situación cambió drásticamente luego de las posturas y respuestas del Banco Central de Estados Unidos ante la crisis del COVID-19 a principios de 2020.

 

Según el FMI, los precios de las criptomonedas y las acciones de EE. UU. aumentaron en medio de condiciones financieras globales “fáciles” y “mayor apetito por el riesgo de los inversores”.

Entre 2017 y 2019 los rendimientos de Bitcoin no se movieron en una dirección particular con el S&P 500, el índice bursátil de referencia para EE. UU., ya que el coeficiente de correlación de sus movimientos diarios fue de solo 0.01.

No obstante, dicho coeficiente subió a 0.36 entre el 2020 y 2021 a medida que ambos activos se movieron más subiendo o bajando juntos.

Según el FMI, los precios de las criptomonedas y las acciones de EE. UU. aumentaron en medio de condiciones financieras globales “fáciles”. Diseño Esteban Cardona/La Hora

EFECTOS PARA LAS ECONOMÍAS EMERGENTES

La creciente asociación entre las criptomonedas y las acciones bursátiles también se observa en las economías de mercados emergentes, principalmente en los países que han liderado la adopción de criptoactivos, como en el caso de El Salvador.

“La correlación entre los rendimientos del índice de mercados emergentes MSCI (índice bursátil de referencia global) y Bitcoin fue de 0.34 en 2020–21, un aumento de 17 veces en respecto con los años anteriores”, detalló la entidad, en referencia al aumento de la presencia del Bitcoin en las economías emergentes.

 

Para el FMI esta situación sugiere que el Bitcoin ha actuado como un activo de riesgo, ya que su concordancia con las acciones se ha vuelto mucho más alta en relación con otros tipos de activos como el oro, los bonos de grado de inversión y las principales monedas.

EFECTOS DOMINÓ ENTRE AMBOS MERCADOS

Además, el FMI considera que la correlación aumenta la posibilidad de que se “derrame el sentimiento de los inversores” entre esas dos clases de activos.

En el análisis del Fondo, que tiene como fin examinar los efectos indirectos de los precios y la volatilidad entre las criptomonedas y los mercados bursátiles globales, sugiere que los efectos indirectos de los rendimientos y la volatilidad de Bitcoin en los mercados bursátiles, y viceversa han aumentado significativamente en los últimos dos años en comparación con el período prepandemia (2017-2019).

La creciente asociación entre las criptomonedas y las acciones bursátiles también se observa en las economías de mercados emergentes. Foto La Hora

Por ello, una fuerte caída en los precios del Bitcoin puede aumentar la aversión al riesgo de los inversores y provocar una caída en los mercados de valores.

“Los efectos indirectos en la dirección inversa, es decir, del S&P500 a Bitcoin, son en promedio de una magnitud similar, lo que sugiere que el sentimiento en un mercado se transmite al otro de una manera no trivial”, plantea el FMI.

Además, indica que en su investigación se muestran los efectos indirectos entre los mercados de criptomonedas y de valores tienden a aumentar en episodios de volatilidad del mercado financiero, por ejemplo, en la crisis del mercado en marzo de 2020, o durante movimientos bruscos en el precio del Bitcoin, como se observó a principios de 2021.

 

EXPECTATIVAS PREOCUPANTES

En general, la investigación de riesgo del FMI indica una creciente interconexión entre las dos clases de activos que podría dar paso a la “transmisión de shocks que pueden desestabilizar los mercados financieros”.

Por esta razón insisten en adoptar un marco regulatorio global integral que guíe la supervisión nacional y mitigue los riesgos para la estabilidad financiera derivados del ecosistema criptográfico, detalla el análisis.

“Dicho marco debería abarcar regulaciones adaptadas a los principales usos de los criptoactivos y establecer requisitos claros para las instituciones financieras reguladas con respecto a su exposición y compromiso con estos activos”

FMI

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