Las cuentas parodia pueden enfocarse en manejar un sentido humorístico o bien buscar otros fines. Foto La Hora
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Por Ana Lucía González
agonzalez@lahora.com.gt

En principio, creadas para causar gracia en forma inofensiva, algunas llegaron a convertirse en sátiras para desacreditar a determinados personajes públicos. Sin embargo, otras cuentas de este tipo van más lejos con las noticias falsas. Su objetivo: confundir, engañar y usurpar a los usuarios.

Resulta complejo, sino imposible, establecer estadísticas locales de este tipo de cuentas, puesto que Twitter no categoriza, según la geografía. Esta red social sí cuenta con una política para regular este tipo de cuentas. Deben identificarse como tales y aplicar requisitos como no suplantar identidad o de una marca registrada.

Dos expertos: Luis Assardo y José Kont nos presentan un panorama de este dilema en redes sociales y plataformas, y cómo es útil prestar atención al contenido para evitar confusiones.

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TRES CATEGORÍAS

Luis Assardo es consultor en Comunicación, Educación y Seguridad, además de desarrollar estudios sobre Comunicación Digital.

Cataloga tres tipos de cuentas parodia: las graciosas, que son bastante inofensivas y al final caen dentro del entretenimiento.

Una segunda categoría son las que tienen intención de ridiculizar, disfrazadas de sátira o parodia, pero con la intención de desacreditar o banalizar algún tema que el personaje establece con su audiencia. “Es como un ataque pasivo, agresivo”, con el objetivo de que las personas vean al personaje con distintos ojos, explica.

La tercera vertiente de estas cuentas es cuando pasan la barrera ética y buscan confundir y engañar a los usuarios. Al final lo que usualmente hacen es usurpar la identidad de algún personaje público, político, de la farándula. El problema es que no siempre aclaran que esta es cuenta parodia, o a veces incluyen la palabra en su perfil, pero la intención es desinformar y manipular, detalla. Una ridiculización sistemática ya es cruzar la frontera de las reglas de participación, remarcó.

Sea en Facebook, Twitter u otras redes sociales, se debe tener precaución con ellas y saber diferenciar sus contenidos. Foto La Hora/AP

LOS NETCENTERS

En esta categoría están los Netcenters, cuyo nombre técnico es: “Operaciones de influencia”. Se trata de grupos de personas, u organizaciones que se dedican a cobrar para desinformar, crear tendencia o manipular la percepción pública sobre determinado tema, añadió.

Hoy día existen equipos en distintas partes del mundo para estudiar e identificar, más que a los autores, las formas que utilizan y el comportamiento que tienen en las redes: cómo abusan de las reglas y las tácticas y cómo estas evolucionan a través del tiempo.

Algunas de estas tácticas son los grupos de cuentas falsas, conocidas como granjas de bots. Estas no son gestionadas por seres humanos, sino por un programador a través de un software.

Están los trolls, la cuales son personas reales con cuentas anónimas que se dedican a empujar una agenda específica con comentarios provocadores, con el fin de canalizar o dirigir ataques a determinadas personas.

Otra estrategia es la creación de sitios web que simulan ser medios de comunicación, con páginas de fans simulando ser comunidades reales. Dentro de estas opciones, eventualmente incluyen cuentas parodia.

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CUANDO EL NÚMERO DE SEGUIDORES REFUERZA LA CREDIBILIDAD

José Kont, director de la empresa de marketing digital, Ilifebelt, indica que los contenidos de estas cuentas entran en una zona gris que va del humor, simulación de personas y desinformación.

Añadió que se les identifica con facilidad o porque el nombre de una figura pública o artista famoso con la foto de perfil del personaje varía en algún aspecto. Sin embargo, la confusión que esto puede generar lleva a la reflexión que muchas de estas cuentas se excusan en la palabra “parodia” para polarizar en torno a un personaje. También giran alrededor de una infraestructura.

En México, Deforma es un sitio web, que genera información falsa y hay varias cuentas bajo esta modalidad.

Para Kont se han vuelto cada vez más populares porque muestran una exageración del personaje. Esto conduce a una cantidad de seguidores que a la vez refuerza el sentido de credibilidad.

En Guatemala, varias de estas cuentas parodia se encuentran en Twitter. Foto La Hora/AP

¿Y quiénes son los que están detrás de estas cuentas? en sus investigaciones, comenta que son personajes que se dedican a esto como “hobbie”, puesto que les da un alto sentido de satisfacción notar el impacto que generan al desinformar. Esa es su paga.

Muchos de estos personajes son activistas políticos extremos, cuya rutina es oponerse en forma sistemática a las ideas contrarias. Inmigrantes y racismo son parte de la agenda, destacó.

No faltan quienes sí se dedican a alimentar sus redes sociales con fines económicos, pero son los menos y normalmente no trascienden, explica Kont. “Generalmente cuando lo hacen por necesidad no les gusta y en cuanto pueden se van”.

A raíz del ataque en el Capitolio, en Estados Unidos, en enero de este año, se ha puesto en el debate público que las redes sociales y plataformas de Internet, regulen y fortalezcan sus políticas de seguridad para evitar el colapso sucedido ese día y después.

Por ello, es vital tener cuidados y saber diferenciar entre estás cuentas, aunque algunas de ellas son claras en sus objetivos. Foto La Hora
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