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En el relato, los animales y los seres humanos tienen un contexto diferente sobre el valor de un objeto. Foto: Cortesía de Fondo de Cultura Económica.
Por: Ángel Elías

 

De la colección Vientos del pueblo, del Fondo de Cultura Económica, nos llega este relato del escritor británico Rudyard Kipling: Mowgli y el Ankus del Rey. Un cuento que integra en la publicación: El libro de las tierras vírgenes.

Acá nos cuenta la historia de Mowgli, un niño que creció en la selva y que mantiene comunicación con los animales. Ellos lo acompañan, juega e interactúan con el personaje. Entre todas sus aventuras y amigos tiene uno en especial, una pitón llamada Kaa.

Ambos sienten mucha curiosidad por el mundo de los humanos y tratan de comprender desde el contexto del comportamiento animal a los hombres, a quienes ven de lejos y en ocasiones particulares.

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Portada del título «Mowgli y El Ankus del Rey» de Radyard Kipling. Imagen: Cortesía de Fondo de Cultura Económica.

Pero la curiosidad va mucho más allá cuando deciden ir en búsqueda de los objetos perdidos por los hombres en la profundidad de la selva. En esa travesía conocen a Cobra Blanca que tiene bajo su resguardo un tesoro de joyas y oro. Durante muchos años ese botín se ha mantenido bajo su resguardo.

En una ciudad de escombros, bajo toneladas de tierra y metros de selva esta cobra protege el lugar. Ella ha cuidado el lugar durante tantos años que ya perdió la cuenta del tiempo que ha pasado allí, pero sí tiene un registro de cuántos humanos han buscado el tesoro, muchos con un final trágico.

Mowgli logra extraer un extraño objeto, un ankus lleno rubies. Según Cobra Blanca es un artefacto que mata humanos. Mowgli no encuentra nada maravilloso en el objeto, es más lo considera inútil, ya que no se puede comer. Aun así, decide llevarselo de aquella ciudad bajo la selva. No sin antes recibir una seria advertencia de Cobra Blanca. Que se lleva a la muerte.

A partir de ese acontecimiento, Mowgli se da cuenta de la inoperancia del objeto que le fue dicho servía para matar elefantes. A lo que Mowgli se pregunta por qué los seres humanos matan a otros animales sin necesidad alguna.  Decide entonces deshacerse del objeto, el cual es encontrado por ser humano que se lo lleva. Entonces Mowgli decide seguirlo para saber cuando muere por culpa del ankus.

En el relato, los animales y los seres humanos tienen un contexto diferente sobre el valor de un objeto. Por un lado, Mowli que fue criado en la selva, no le encuentra el valor a una joya y los seres humanos encuentran en una joya incrustada en un ankus, el motivo justo para asesinar. Es un cuento que dimensiona la diferencia en los contextos de los personajes y la reflexión sobre lo que para nosotros es importante. Sobre la codicia humana y cómo este nos vuelve seres deshonestos e implacables.

Rudyard Kipling fue el primer escritor en lengua inglesa a quien se le concedió el premio Nobel, en 1907.

 

LAS RESEÑAS
La democracia constitucional, de Pedro Salazar Ugarte

Después de construir de manera independiente, por un lado, el sistema constitucional y, por el otro, el sistema democrático, el autor nos indica en dónde se encuentran sus puntos de contacto y en qué parte se ubican las fisuras que causan las fricciones y tensiones que provoca su unión teórica y práctica.

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Portada del título «La democracia constitucional», de Pedro Salazar Ugarte. Imagen: Cortesía de Fondo de Cultura Económica.

 

Cinco ensayos sobre otros tantos intelectuales que meditaron con profundidad, desde la óptica de muy diversas disciplinas e intereses, acerca de la naturaleza del poder: el jurista Carl Schmitt, el politólogo Michael Oakeshott, el teórico de la democracia Norberto Bobbio, el “biógrafo de las ideas” Isaiah Berlin y el poeta Octavio Paz.

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Portada del título «La idiotez de lo perfecto», de Jesús Silva-Herzog Márquez. Imagen: Cortesía de Fondo de Cultura Económica.

 

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