Dennis Orlando Escobar Galicia

Con veinticinco mil suscriptores -en dos años de existencia- una familia maya caqchikel del caserío Cruz Nueva, aldea Estancia de la Virgen, municipio de San Martín Jilotepeque (en náhuatl: en el cerro del maíz tierno), departamento de Chimaltenango, Guatemala, nos muestra a diario, en uno o más videos, como vive lejos del mundanal ruido y del asfalto citadino.

El grupo con su canal surgió en plena pandemia y, precisamente por su condición rural, sus integrantes no se encerraron ni se enmascarillaron como en las ciudades. Ese fue el motivo por el que, quien suscribe y otros internautas (lo dijeron en sus comentarios), los descubrimos y nos maravillamos de su modo de vida. En lo personal -hasta la fecha- envidio su libertad y alegría con la que recorren paradisiacos paisajes naturales.

Me cautivaron –en los peores días de encierro pandémico- cuando los vi hasta trepar árboles para encontrar la mejor señal y poder emitir sus videos. Y es que todo lo que muestran y comentan es tan natural, tan íntegro, que no hace falta la ficción cinematográfica para el solaz y esparcimiento de quienes nos gusta estar frente a una pantalla para aprender y entretenernos.

Óscar, Mateo, Carlos, Marvin, Yener, Brenda, Saira, Karina, Griselda…personas jóvenes y con una escolaridad básica, pero con mucha inteligencia y madurez emocional.  Todos estos protagonistas de Gente de Guate se han ganado nuestro tiempo para verlos y, algunos como suscriptores, poder interactuar con ellos y ellas. ¡Ya son de la familia! Hasta hay quienes han venido más allá de nuestras fronteras para conocerlos.

En sus videos cotidianos se adquiere diversidad de conocimientos rurales, por ejemplo: gastronomía, actividades lúdicas, celebraciones, plantas medicinales, costumbres, siembra y cosecha de cultivos, crianza de animales… A decir verdad muchos saberes ancestrales para vivir felices en armonía con la naturaleza.

Cada uno de los miembros de esa singular familia –nada menos que originaria de San Martín Jilotepeque, municipio con una historia portentosa– muestra aptitudes diferentes que conforman una unidad granítica, donde ninguno es más, ni ninguno es menos; nadie se menosprecia. ¡Todos y todas son indispensables!

La mayoría que los ve y se comunica (los fieles suscriptores) son sus paisanos que radican trabajando arduamente en los Estados Unidos. Esa gente que emigró en busca de mejores oportunidades laborales se siente admirada y hasta apetecida de la vida de los integrantes de Gente de Guate, y para no olvidar sus orígenes y apaciguar la nostalgia los estimula a seguir con los videos. De esa cuenta Gente de Guate recibe donaciones para llevar a cabo reuniones familiares donde realicen diversas actividades costumbristas y preparen alimentos añorados en la distancia, o para ayudar –de vez en cuando- las penurias de los más pobres y desvalidos del caserío.

 

Tengo muy presente los videos que presentan la preparación y degustación de elotes cocidos o sados con tusa, los caldos de gallina de patio, la carne asada con carbón vegetal y bellotas secas de pino o ciprés, los frijoles volteados y fritos con manteca de marrano, las sopas de quilete y otras hierbas, las pacayas envueltas con huevo, los guisados de punta de güisquil, el ichintal forrado con huevo, las carnitas y chicharrones, los chorizos y longanizas… y hasta el subanik, estofado ceremonial de San Martín Jilotepeque.

Y como mencionamos la comida, vale recordar esos videos que muestran todo el proceso de elaboración de tortillas: desde la siembra del grano de maíz y el cuidado de la milpa, el corte y desgranado de las mazorcas, la cocción de los granos, la ida al molino de nixtamal para obtener la masa, el torteado, el cocimiento en el comal de barro, y cuando nos llevamos a la boca la tortilla con sal, con chile, con queso, con frijoles y hasta con una tajada de carne embadurnada con chirmol picante.

A veces nos hemos sensibilizado al máximo –a más de alguno se le han puesto acuosos los ojos- cuando hemos visto a Gente de Guate llevar alimentos a viejecitos solitarios o a madres con la marimbita de hijos abandonados. Incluso cuando uno de los suscriptores envió dinero para que le compraran una pila de cemento para lavar ropa a la esposa de Marvin, posiblemente el más limitado económicamente de los youtuberos. Fue todo un calvario subir la pila hasta la vivienda del favorecido, situada en lo más alto y escabroso de un cerro. Hubo momentos que pensamos en un accidente de graves consecuencias y precipitadamente sugerimos construirla en el mismo lugar o comprar una de material liviano, olvidándonos del costo económico.

La gente del caserío Cruz Nueva vive en condiciones diferentes a la mayoría de las familias rurales guatemaltecas, principalmente las que padecen los flagelos de la miseria extrema. Gente de Guate tiene acceso a energía eléctrica, agua y una débil señal de Internet; servicios que la familia youtubera utiliza al máximo para resolver sus necesidades y mejorar su calidad de vida. La creación de su canal les sirve para mostrarse y comunicarse con el mundo, entretenerse sanamente y también para ser emprendedores en el mundo de la comunicación virtual.

Gente de Guate es un equipo donde cada integrante pone en práctica sus habilidades y cualidades en beneficio del objetivo común: la prosperidad de todos. De ahí que se aprecia el liderazgo de Óscar, la intelectualidad de Carlos, la intrepidez de Marvin, el buen humor de Brenda y Saira, la tranquilidad conciliatoria de Mateo, la disciplina de las primas Karina y Griselda, y la respetuosidad de Yener, el más pequeño.

Gente de Guate es un grupo influyente –los llamados influencers– pero afortunadamente positivo porque sus integrantes practican valores morales como honradez, bondad, paciencia, gratitud, solidaridad, tenacidad, honestidad, respetuosidad… En sus reuniones prevalece la alegría sin uso de bebidas embriagantes y demás. Poco a poco por la sugerencia de algunos suscriptores han ido descartando el consumo de gaseosas, sustituyéndolas por aguas naturales; tampoco abordan temas candentes o complejos que induzcan a la contrariedad, al disgusto e incluso a los peligros. Recientemente un canal de la televisión guatemalteca utilizó uno de sus videos para referirse a la colecta de hongos comestibles, poniendo a sus autores como expertos. Ellos, a pesar de la felicidad de sentirse famosos, sugirieron tener mucho cuidado con el acopio de hongos porque resulta riesgoso confundir los comestibles con los tóxicos y los alucinógenos.

Es de resaltar que los integrantes de Gente de Guate ya practican nuevas formas de convivencia, por ejemplo:  los hombres realizan actividades que, hasta hace poco, se consideraban propias de las mujeres como la preparación de alimentos, la limpieza del hogar o el cuidado de los infantes. Lo mismo está ocurriendo con las mujeres: ayudan a los hombres en faenas agrícolas e incluso en tareas como la albañilería. Hay un video donde las mujeres aprenden a colocar bloques de concreto y otro donde los hombres son enseñados a hacer tortillas.

La Gente de San Martín Jilotepeque, del canal susodicho, es un ejemplo de lo beneficioso que es la tecnología cuando llega a manos de personas inteligentes y honorables. Abrigo la esperanza que continuarán realizando videos con contenidos propiciadores de calidad de vida y que nos muestren la realidad. Además a que sigan emitiendo mensajes sin injerencia de personas manipuladoras, principalmente de politiqueros.

No faltarán los puristas del idioma que criticarán sus errores de habla y de escritura, pero no debe olvidarse que su primera lengua es el caqchikel. Su inteligencia, la práctica y las sugerencias de suscriptores contribuirán a que cada día se mejore la calidad de la forma y el contenido de sus videos.

Ver los diferentes videos de Gente de Guate puede convertirse en un objeto de aprendizaje para quienes tienen interés científico, ya sea en las ciencias sociales como en las naturales.  Si como esta familia hubiera muchas en Guatemala, otra sería nuestra realidad.  ¡Ánimo y felicitaciones!

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