Aída Toledo, nació en la Ciudad de Guatemala. Poeta, narradora, ensayista, antologadora, tallerista, investigadora y docente. Obtuvo su licenciatura en letras por la Universidad de San Carlos de Guatemala y con el apoyo de las Becas Fulbright su maestría y doctorado en Estudios Culturales por la Universidad de Pittsburgh. Trabajó en la Universidad de Alabama como profesora de lengua y literatura. Ha ganado tres primeros lugares en el Certamen Permanente de los Juegos Florales Hispanoamericanos de Quetzaltenango en las ramas de poesía (2003), cuento (2010) y ensayo (2013). |
ELLA / LA MISMA
Me miro en el espejo
y no he dejado de ser
la misma
la que creyó en príncipes
la virgen
la que leía libros en el bus
la misma
con sus faldas cortas
y sus piernas flacas
la de la invariable rutina
de la casa al instituto
del instituto a la casa
la misma
la que medio soñó con hijos
la que pasó seis años con el
mismo novio
la que se equivocó
pensando que lo amaba
la misma
la que no miraron
cuando ella los miró
la que ahora escribe
en tanto un hombre
¿su príncipe tan esperado?
la deja la olvida la ignora
o la evade
ella / la misma
NI YO NI YO NI NADIE
Que cuánto tiempo va a durar
qué importa
yo vivo
amo y sueño su cuerpo
ahora junto a mí
que cuánto va a durar dices
quién puede saberlo
puede ser hoy
puede no serlo
o llegar al final de nuestras vidas
o no llegar
romperse
por un impulso de pasados
o extenderse en reencarnados remolinos
quién puede saberlo
ni tú que me preguntas
ni él que escribe versos
ni yo
ni yo
ni nadie
ESTUPOR DE LUNA
Aquel hotel fue escenario
De mi primera noche
Las sábanas de la cama
soltaban un olor a naftalina
El hombre
a cerveza y tabaco
Sus pequeños ojos
Me miraban fijamente
Así llegó la madrugada
Fría como ahora
Intacta
Fui al baño a despertar
De aquella pesadilla
A QUÉ ESPERAR ENTONCES
el miedo también es un espejo
revirtiendo imágenes
miedo
de no tener de ti
carias/ palabras/ besos/ poemas/
todo/
miedo de qué
miedo cómo
subiendo y bajando gradas
eterno el miedo/
miedo/ lo ves
de no poder precipitar ayeres
o borrar del mapa lo pasado
V
Hicimos del amor
Un rito de dioses aislados
El placer fue siempre tuyo
En la pira de los sacrificios
El cordero degollado
Fui siempre yo
VI
Sí
La soledad que disfruto es obra tuya
Eres hábil
X
(La piedad de Gilaume)
Ayer me contaron que vas a la iglesia
A pedir por mi para que olvide
No sigas
Ahórrate los rezos
El proceso se inició hace meses
LA PRIMERA
En cultivar el arte
Del grafiti
Fue Penélope
Maculó su baño
Con dibujos
e inscripciones
Alusivas a Ulises
y a los otros
BONDADES DE LA CIBERNETICA
Fustigada por mí
Una mujer escribe
Se pregunta si soy
La mujer ideal
La que no fuma ni bebe
La mujer ideal
La que cocina y es para la cama
Por eso escribe mi nombre
En la pantalla
una a una
Las letras de su nombre
En la pantalla
Y espero
espera
La respuesta
La respuesta
IMPÚDICA DECLARACIÓN DE AMOR
No creo que puedas entender este sentimiento. Viene del cuerpo,
de ese pozo que ansía succionarte y traerte de nuevo hacia el
origen. Allí donde cumplas todas las promesas dadas con los ojos.
No observes sorprendido estas líneas, son para ti, para tus manos
que me palpan sin tocarme, para tu boca que en sueños me
ensaliva y me muerde, para tu cuerpo, sí, para tu cuerpo que me
monta en las lujuriosas fantasías de tu ventana.
Y yo ahora coloco (imaginariamente) mis delgadas piernas sobre
tu cuello y tú me encuentras (desde el vacío de tu cuarto) en
la penumbra del mío, musitando tu nombre. Cuando (desde tu
soledad de libros) me penetras y me devuelves los poemas que
me debes.
NO TENGO NADA QUE OFRECERTE
Una vida muy usada
Un cuerpo flácido
Un cabello entrecano
Un corazón desgastado
Una memoria de pájaro
No tengo nada que ofrecerte
No tengo nada para darte
No tengo ni siquiera una auténtica pasión
Para brindarte
Sólo
Rimas cavernosas
Líneas despobladas
Palabras huecas
Señales
O
Lágrimas
Única dote
Selección de textos. Roberto Cifuentes