Jacques Le Goff
(Selección de textos)
—Nos enseñaron en clase que el XVI es el siglo del Renacimiento; el siglo XVII, el del Clasicismo; y el XVIII, el de la Ilustración. Pero ¿cuándo empieza y cuándo termina la Edad Media?
—La Edad Media duró mucho tiempo: ¡al menos mil años! Es verdad que, cuando se habla de ella, se suele pensar en el período que va desde el año 1000 hasta el 1500. Sin embargo, comenzó al menos cinco siglos antes, hacia el año 500, por tanto a lo largo del siglo V d.C. En 476, el último emperador romano fue expulsado de Roma y reemplazado por un rey bárbaro, Odoacro. Esta fecha señaló el fin del Imperio romano, pero, además de este gran acontecimiento político, significó también el fin de la Antigüedad.
—De todos modos, no se produce un cambio de época cada vez que desaparece un rey o cada vez que se
extingue un linaje (una dinastía) de reyes o emperadores.
—Exacto. En el siglo V d.C., se produjeron otros cambios muy importantes. En primer lugar, a partir del siglo IV comenzaron las «grandes invasiones» de los pueblos a los que los romanos llamaban «bárbaros». Llegaron primero del norte (pueblos germánicos y del norte de Europa) y del oeste (celtas), y más tarde del este (húngaros y pueblos eslavos). La palabra «invasión» hace que nos imaginemos hordas bárbaras que irrumpirían devastándolo todo a su paso. Pero, en realidad, se trataba más bien de gente que se desplazaba pacíficamente para asentarse más al sur. Tomemos como ejemplo a los vikingos seguramente habréis visto imágenes que los muestran desembarcando en las costas normandas para saquear y provocar estragos tierra adentro. De hecho, con toda probabilidad fueron mercaderes que venían de los países del norte para comerciar, y algunos acabaron por establecerse «entre nosotros».
—¿También entonces se cambió de religión?
—Sí, pero no fue por esta razón. El Imperio romano, ya desde los siglos IV y V, se había cristianizado, tras la conversión de los emperadores romanos, y había presenciado el final del paganismo (palabra empleada por los cristianos para designar la religión romana, con sus numerosos dioses y diosas). Así, desapareció el paganismo —con mayor o menor rapidez, pero sin duda nunca del todo— y fue dejando progresivamente su lugar al cristianismo. Los múltiples dioses paganos fueron sustituidos por un dios único, el de la Biblia (el Antiguo y el Nuevo Testamento), a pesar de que el Dios de los cristianos comprende tres personas (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo). Y los propios bárbaros se hicieron bautizar para volverse cristianos: la conversión más célebre, en Francia, fue la de un rey franco del que sin duda habréis oído hablar, Clodoveo (hacia el año 500 d.C.).
Según la leyenda, su conversión al cristianismo se debió a la insistencia de su mujer, Clotilde.
—Porque… ¿es una leyenda?
—Sí, dije expresamente: «Según la leyenda…». De este modo quería llamar vuestra atención sobre el hecho de que los historiadores, en lo que se refiere sobre todo al comienzo de la Edad Media, tienen a su disposición muy pocos documentos, y aquellos de los que disponen —por ejemplo, el relato de la conversión de Clodoveo— no cuentan necesariamente las cosas tal como sucedieron. Por tanto, es preciso juzgarlos con espíritu crítico y contrastarlos con otros documentos o «fuentes», como decimos los historiadores. Quienes escribieron estos relatos tenían en mente otras intenciones. Por ejemplo, en
este caso, se trataba de mostrar que el país que más tarde sería Francia había sido bautizado, que era cristiano desde un principio. La realidad es mucho más compleja.
—Nuestro profesor nos habló también de una
«larga» Edad Media.
—Tenía razón, aunque es muy discutible la fecha de su final. Os dije «hacia 1500» porque en vuestros libros de texto se presenta así: según ellos, hacia finales del siglo XV comenzó, primero en Italia y luego en el resto de Europa, un nuevo período, el del «Renacimiento»; o incluso, en los programas escolares, como pronto veréis, equivale al comienzo de los llamados «tiempos modernos». Pero, para algunos historiadores, como es mi caso, la Edad Media duró en realidad hasta finales del siglo XVIII.
—¿Por qué?
—Porque, para abreviar, fue tan sólo en esta época cuando tres acontecimientos transformaron por completo la vida de la sociedad (precisemos de la sociedad occidental, europea, y quizá ni eso, pues se trataba ante todo de los países más avanzados, como Inglaterra, Francia y el norte de Europa). En primer lugar, la ciencia experimentó extraordinarios progresos y empleó instrumentos y métodos de investigación cada vez más precisos. Luego —y es una consecuencia de los progresos realizados en las distintas ciencias—, hacia finales del siglo XVII se construyeron y utilizaron máquinas cada vez más eficaces y se inventaron técnicas de producción cada vez más rápidas. La primera máquina de vapor apareció en Inglaterra en 1698 (gracias al francés Denis Papin y al inglés Thomas Savery). Dicho de otro modo, fue el comienzo de lo que se llamaría «la revolución industrial». Por último, se produjeron entonces las revoluciones políticas, y en especial la Revolución francesa, que se percibió como un auténtico cambio en la historia de Francia, de Europa e incluso del mundo puso fin al antiguo sistema político, al «Antiguo Régimen», y al sistema denominado «feudal», que se convirtió en el símbolo mismo de la «fea» Edad Media.