Mario Alfredo Ubico Calderón
Universidad de San Carlos de Guatemala
El presente artículo es parte de un trabajo mayor que será publicado próximamente acerca de las cofradías de la Veracruz en pueblos de indios coloniales de Guatemala.
La pasión, muerte y resurrección de Jesucristo ha sido siempre motivo de piadosas devociones a través del tiempo, en efecto, los lugares santos, las reliquias, las tradiciones entre otras expresiones visibles han permitido a los fieles devotos establecer comunicación con el Altísimo a través del tiempo, destacando los instrumentos del martirio del Redentor, principalmente la cruz. Desde muy temprano del cristianismo la cruz se convierte en símbolo de vida, y la devoción a la misma es manifiesta, aspecto que con el tiempo cobrara auge, máxime con el descubrimiento de la cruz por Santa Elena madre del emperador Constantino en el siglo IV, ello motivó que dicho instrumento fuese un símbolo que pasó de la ignominia a la veneración. En el Medievo esta visión cobró más fuerza aunado a la presencia de diversas órdenes religiosas como la franciscana que con su austeridad y servicio al prójimo expuso un modo de vida en el cual se acrecentó aún más la gratitud a Jesucristo por su sacrificio al padecer indeciblemente por la salvación del género humano, por lo que las cofradías y hermandades penitenciales que veneraban la Veracruz proliferaron, siendo el siglo XV y siguiente donde estas organizaciones tuvieron gran expansión en Europa. La dominación hispánica del actual territorio de Guatemala trajo consigo la nueva fe y con ella la organización de cofradías locales, inicialmente de españoles y prontamente de indígenas.
En el caso de las cofradías de la Veracruz, surge la primera, según el cronista Domingo Juarros en 1533, en la Capital del Reino en el asiento de Almolonga, aunque se hallaba en funciones un poco antes, allí estaría por breve tiempo dado que en septiembre de1541 un alud de agua, lodo, piedras y árboles arrancados procedentes del volcán de Agua destruyó buena parte de la incipiente ciudad, lo que motivó a las autoridades reales para trasladarla al cercano Valle de Panchoy, en este nuevo lugar dicha cofradía se consolidaría y llegaría a ser una organización muy importante por sus actividades penitenciales donde los disciplinantes formaron parte esencial en las sentidas procesiones que eran organizadas en Semana Santa.
Por su parte los indígenas de muchos pueblos de indios coloniales llegaron a contar con una cofradía de la Veracruz, y en el siguiente cuadro con información emanada del Archivo Histórico Arquidiocesano “Francisco de paula García Peláez” se puede apreciar algunas cofradías de esos lugares y parte de sus bienes:
AÑO | PUEBLO | Recursos |
1738 | Chimaltenango | 124 tostones de principal |
1738 | Zacualpa | 403 tostones de principal |
1738 | S. Pedro Jocopilas | 200 tostones de principal |
1738 | Joyabaj | 326 tostones de principal |
1738 | Zacapa | Sin principal |
1739 | Palín | 136 tostones de principal |
1740 | Escuintla | 220 tostones de principal |
1740 | Ostuncalco (fundada en 1664) | 507 tostones de principal |
1740 | Alotenango | 113 tostones de principal |
1740 | Esquipulas (habían 2, se cree que una era de indígenas y otra de ladinos). | -106 reses y otros animales
-108 cabezas de ganado y otros animales. |
1740 | Santa Bárbara (fundada en 1687) | 160 tostones de principal |
1740 | Cuyotenango | 371 tostones de principal |
1740 | Tutuapa | 550 tostones de principal |
1740 | Tectitán (fundada en 1623) | 109 tostones de principal |
1740 | Santa Lucia Cotzumalguapa | 60 tostones de principal |
Muchas de esas organizaciones penitenciales fueron fundadas en el siglo XVII, sin embargo pocas mencionan su fecha de fundación, asimismo destaca que igualmente son muy pocas las que carecían del todo de recursos para su adecuado funcionamiento, en otros casos en el mismo pueblo funcionaban dos cofradías de la Veracruz, una de indígenas y otra de ladinos.
Todas ellas llevaron a cabo sus actividades devocionales a lo largo del año, sin embargo para la Cuaresma y Semana Santa hubo especial esmero por celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo con procesiones en las cuales hubo en muchas de ellas la inserción de disciplinantes portando cruces, cilicios y flagelándose algo habitual en las cofradías de la Veracruz de todo el mundo, también era común que estas procesiones llevaran imágenes de Jesús crucificado, Cristo de la Columna y otras advocaciones de pasión así como algunas portaban el Lignum Crucis es decir una reliquia que se creía era de la cruz donde murió el Salvador del mundo.
La mayor parte de las cofradías de la Veracruz tenían la simbología franciscana de los brazos cruzados uno de Jesucristo y otro de S. Francisco de Asís y la cruz en medio o más simplemente las 5 llagas representadas por heridas de las cuales brota sangre, en otras una cruz simplemente que incluye en ocasiones la Sábana Santa colgando del travesaño. En Guatemala la Venerable Orden Tercera –VOT– también tenía estos símbolos para identificar su institución, pero son diferentes: una cosa era la cofradía de la Veracruz y otra la VOT, pero sus integrantes podían estar en ambas.
La más documentada de las cofradías fue la que funcionó en Santiago Capital del Reino de Guatemala, y de allí sin duda hubo ejemplos de mortificación que fueron replicados en el interior de la provincia de Guatemala a lo largo del tiempo colonial y se cree después de año 1821.
Más información de la cofradía de la Veracruz de la Capital del Reino es posible conocerla en dos aportes de este servidor: La cofradía de la Santa Veracruz de Santiago capital del reino de Guatemala y sus ordenanzas del año 1533 (2018) y Sucesos notables de la cofradía de la Santa Veracruz del templo de San Francisco de la Capital de Guatemala 1604-1825 (2019) así como una síntesis publicada en el Suplemento Semana Santa del diario La Hora del 7 de abril de 2020 titulada: De las ordenanzas y funcionamiento de la cofradía de la Santa Veracruz del templo franciscano de la Capital del Reino de Guatemala.