Foto: Cortesía - Fondo de Cultura Económica

Por: Carla Natareno Letona


 

En la actualidad tanto niñas como adultas necesitamos escuchar las historias de las mujeres que abrieron las puertas para que hoy gocemos de derechos humanos como votar o educarnos. 

Necesitamos apoyarnos de sus fuerzas, esperanzas, derrotas, sueños y de su valentía para inspirarnos y alimentarnos de un espíritu de lucha que sigue vivo, para que las niñas puedan soñar y crecer en paz.

Y la historia de Elvia Carrillo Puerto es la de una heroína que desde el ámbito doméstico vio nacer su conciencia política, que la motivó a salir de la cocina para abogar por sus derechos y los de miles de mujeres en su país, México. 

A finales del siglo XIX no se esperaba que una mujer dejara las tareas del hogar para luchar por los derechos de sus congéneres. Un marido intolerante y vengativo maltrató de todas las maneras posibles a Elvia.

Una sociedad terca y cruel, la juzgaron por querer separarse de un hombre que no la trató como una esposa. En esa época el divorcio significaba la ruina para la mujer, han tenido que pasar muchos años para que la sociedad entienda que esa separación es uno de los actos más dignos que una mujer puede hacer.

Un sistema político la censuró para que no despertara la inquietud en otras mujeres, y también la persiguió con amenazas de muerte y despojos económicos. Ese mismo sistema se burló de ella al negarle una pensión ofrecida.

Así de duro fue el camino que tuvo que caminar Elvia Carrillo para lograr que las mujeres pudieran expresarse en las urnas, para tener la potestad de pedir matrimonios sanos e igualdad económica. También organizó campañas de alfabetización, educación sexual y control de natalidad, donde tuvo el atrevimiento de acompañarse de una comadrona y no de un médico. 

Elvia Carrillo Puerto, ahora es recordada como la mujer que se enfrentó a Porfirio Díaz para luchar por los derechos de la mujer y tiene un lugar muy especial dentro del feminismo mexicano. 

Esta historia de resistencia es narrada por Damiana Leyva Lorí, una investigadora literaria que a través de la colección Vientos del pueblo, editado por el Fondo de Cultura Económica llega a nuevas generaciones que deben de nutrirse con relatos de mujeres como Elvia Carrillo Puerto.

Damiana Leyva Lorí
Foto: Cortesía – Fondo de Cultura Económica
RESEÑAS

Obras completas, de Guadalupe Dueñas

Obras completas de Guadalupe Dueñas reúne, en una primera sección, los libros ya publicados: Tiene la noche un árbol (FCE, 1958), No moriré del todo (1976), Imaginaciones (1977) y Antes del silencio (FCE, 1991); todo el material aparecido en la revista Kena de 1963 a 1970, los cuentos no recopilados, las reseñas, los textos autobiográficos y las adaptaciones o prólogos que llegaron a manos de los lectores. también contiene un segundo apartado con la obra inédita: poemas, novela, variaciones o primeras versiones de algunos de sus más célebres relatos, así como sus textos inconclusos y los textos que asesoro para el IMSS.

Obras completas, de Guadalupe Dueñas
Foto: Cortesía – Fondo de Cultura Económica

La tuerta y otros relatos, de Julia Lopes de Almeida

La Tuerta y otros relatos reune siete cuentos que forman parte del libro Ânsia eterna, publicado en 1903, que incluye cuentos escritos por la autora en las decadas previas. Los cuentos de Julia Lopes de Almeida exponen, con cierta crudeza, el drama humano, se mueven entre la melancolia, la tristeza y la locura, se caracterizan por su fuerza narrativa y dan cuenta de la osadia de la autora para tratar temas como el deseo y el erotismo femenino.

La tuerta y otros relatos, de Julia Lopes de Almeida
Foto: Cortesía – Fondo de Cultura Económica
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