Arte: Alejandro R./La Hora
Arte: Alejandro R./La Hora

Por: Juan Alberto Sandoval Aldana

La narrativa de la pasión de Cristo en Los Pasos de la  procesión del Santo Entierro del templo de Santo Domingo de Guatemala. 

Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala

La función pedagógica y formativa para la enseñanza de los relatos del Evangelio sobre  la Pasión de Cristo a los fieles, que presenta la Hermandad del Señor Sepultado de Santo Domingo cada año se cumple como objetivo propuesto, con la presentación, a través de la plástica,   de la secuencia de escenas de los momentos cruciales  del proceso político al que Jesús es sometido y que culmina con su muerte clavado en la cruz en el monte Calvario, llevados en procesión por las calles de Guatemala.

El carácter narrativo que distingue el “corpus” estructural de la procesión del Santo Entierro del templo y convento de Santo Domingo de Guatemala, a partir de 1929, está figurado en las escenas de los pasos de misterio españoles que se importaron desde la Casa de Arte Sagrado de la ciudad de Olot, jurisdicción municipal de Girona, provincia de Cataluña, Barcelona, al norte de España, la que fue fundada en 1880 por los hermanos María y Joaquín Vayreda y Vila, con el apoyo del pintor José Berga y Boix, quienes se vieron influenciados por corrientes artísticas que predominaban en la capital de Francia,  denominadas Artes de San Sulpicio, impulsadas por artistas instalados en el barrio parisino  con el nombre  de ese santo. De la relación entre los hermanos escultores y el pintor nace la sociedad artística que crea la primer industria de imaginería religiosa en serie,  de España,  con el nombre de Vayreda Berga y Cia. Que dos años más tarde cambiaria su nombre a El Arte Cristiano.

Arte: Alejandro R./La Hora
Arte: Alejandro R./La Hora

Las figuras de Jesús sufriente en compañía de otros personajes de la pasión, se logran por la reproducción serial de esculturas de bulto redondo, realizadas a escala natural, con rostros de finos rasgos y buenos acabados en estilo neoclásico francés, a partir de modelos originales diseñados y realizados en conjunto por los escultores Miguel Blay y Fábrega y José Clará Ayats en 1920, ante la demanda de las cofradías de la semana santa abulense, localidad de Ávila, con poco poder adquisitivo que ante la imposibilidad de encargar sus imágenes con un escultor, optan por las figuras realizadas en conjunto utilizando la novedosa materia prima inventada en Olot, la pasta de cartón madera cuyos productos en esculturas vaciadas en moldes y completados con técnica de modelado, pastillaje, policromía y dorado representando a Jesús, la virgen María y los santos en los conjuntos de pasión conocidos como Pasos, que  gozan desde 1920 con  la concesión afirmativa y  aprobación por parte de la Sagrada congregación de Ritos e Indulgencias en la Santa Sede, para su utilización, que considera el material de que están hechas como  noble y venerable.                           

Los conjuntos de imágenes encarnadas y policromadas, responden a los datos contenidos en fuentes hagiográficas tales como las sagradas escrituras y los relatos  sobre la Pasión de Cristo tomados de la Leyenda Dorada Medieval escrita por Santiago de la Vorágine y aceptados por la tradición y la piedad popular, las que debieron leer los escultores antes de tallar en madera y modelar en barro sus obras que reproducidas en serie, vemos pasar por las calles de la ciudad de Guatemala,  en las carrozas con escenas bien logradas en las que aparece Jesús Nazareno en posición orante, llevando la cruz a cuestas, caído, crucificado y depuesto de ella, rodeado de personajes, en algunos casos con compañía numerosa, según el momento crucial que se representa.  

La intención de formar al espectador por medio de esculturas, presentando pasajes de la pasión en forma historiada de manera progresiva, la tarde de Viernes Santo está relacionada con la catequesis a través de simbolismos,  que surge de la meditación en el ámbito de la  espiritualidad de la Orden seráfica, guardiana de esta tradición y su principal difusor, la cual presenta un modelo de imitación de Cristo que es aprovechado luego de que se produce la reforma religiosa en Europa y la respuesta de la iglesia católica establecida en las normas de las sagradas sesiones del concilio de Trento, Italia y su interpretación para adecuarlo a la realidad americana que se realiza en México a mediados del siglo XVI, por medio de sagradas sesiones en las que se instruye a los fieles a través de sus postulados para acercarse a Dios por medio de la contemplación de las imágenes y la meditación del dolor profundo.   

El Sr. Ricardo Arguedas, integrante de la hermandad desde 1938 y coautor del libro “Apuntes históricos de la Hermandad del Señor Sepultado del templo de Santo Domingo”  publicado en 1990, afirma que en 1867 luego de la institución de la hermandad del Señor Sepultado,  el “corpus” estructural de la procesión del Santo Entierro incluía la presentación de escenas del “Vía Crucis” realizados en superficies planas, en pinturas de caballete o impresiones litográficas de origen europeo.

Luego de la promulgación de la constitución liberal en 1879 con la que se da por finalizada la relación del estado con la iglesia, la procesión del Santo Entierro de Santo Domingo  se reorganiza , figurando en actas de sesiones celebras en las cuaresmas de los años 1897 y 1899 datos que sustentan y hacen referente la presencia de portadores de los estandartes con las escenas del “vía crucis” y sus coleros en el cortejo procesional de Viernes Santo. 

A nuestra forma de ver las cosas, la semana santa moderna y contemporánea encuentra sus cimientos en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, luego de la fundación de la hermandad del Señor Sepultado en 1851 que la alejan de los cánones y formas de asociación penitencial que prevaleció durante el periodo de dominación hispánica, en una acción de subsistencia para la antiquísima fraternidad que logra trascender al periodo independiente y republicano,  superando los embates de las políticas de los gobiernos liberales ilustrados, adecuándose a las nuevas formas de pensamiento logrando su subsistencia posicionándose nuevamente, lo que queda referido en la urna francesa que  se integra a la imagen en la parte baja del siglo XIX y la alta del siglo XX con los nuevos pasos de estilo neoclásico francés para forjar su actual identidad procesional y devocional.

Ya en el siglo XX,  la evidencia de la transformación profunda que caracteriza la nueva Semana Santa que se aleja de los conceptos del antiguo régimen, emergiendo renovada luego de la supresión de las antiguas cofradías penitenciales,  se pone en evidencia con la restauración de las antiguas cofradías penitenciales dominicas en 1908 y la consagración de Jesús Nazareno de Candelaria en 1917 en manos del arzobispo reinante Monseñor Raymundo Ribeiro y Jacinto, la fundación canónica de la hermandad de Jesús Nazareno de la Escuela de Cristo en 1924  y la incorporación de cinco pasos españoles de misterio en 1929 que le dan a la procesión del Santo Entierro de Santo Domingo el sentido de solemnidad que la enriquece, completando el modelo de imitación de la Real Procesión del Santo Entierro de Sevilla  capital de Andalucía, que presenta en los pasos procesionales de las distintas cofradías sevillanas las escenas que narran el juicio político, la pasión y muerte de Cristo, siguiendo el orden de los Evangelios, incluyendo el paso del Triunfo de la santa cruz (La canina), finalizando con la presencia del cuerpo de cristo fallecido colocado en su fastuosa urna francesa de bronce y oro convirtiendo las andas de la virgen de soledad de Santo Domingo en el paso de duelo, acompañada de las santas mujeres y los santos varones con la misma estructura que completa el modelo del santo entierro hispalense. 

Para lograr este resultado, el padre Fray Luis F. Arenas, director de la hermandad del Señor Sepultado propone la adquisición de los pasos del vía crucis en figuras de bulto,  que los integrantes de la hermandad pueden cargar, por lo que solicitó catálogos en distintas casas de arte sagrado en el norte de España, según consta en acta de junta general ordinaria del  6 de mayo de 1928. 

Se obtuvo propuestas de proveedores españoles, tales como El Arte Cristiano, Talleres  Castellanos y  taller de Francisco de P. y Gomara, de la ciudad de Olot, Barcelona, España, siendo seleccionada entre ellas las propuesta de la Casa de Arte Cristiano. 

El 14 de agosto de 1928 se solicitan 4  pasos de misterio, iniciándose la recaudación de fondos, logrando la adquisición final de 5 conjuntos que llegan a Guatemala en los primeros meses de 1929, siendo estos La Oración en el Huerto de los olivos,  Jesús y el cirineo, Jesús encuentra a su madre, El Calvario  y La Piedad.  

En marzo de 1931 se adquiere el sexto conjunto, presentando el pretorio de Pilatos y la sentencia con el Ecce Homo”, cuya procedencia no se consigna en los archivos de la hermandad, teniendo la imagen de Jesús cautivo características ligeramente distintas a las de los conjuntos anteriores, siendo factible que proceda del mismo taller de Olot, pero realizada por distinto escultor.  Para conformar lo anterior se ha localizado información sobre un paso de la sentencia atribuido al escultor Jaime Martrus y Riera que fue realizado en la primera mitad del siglo XX en la casa de Arte Cristiano de Olot con características similares a las del paso que adquiere la hermandad del señor sepultado.                                             

Arte: Alejandro R./La Hora
Arte: Alejandro R./La Hora

El paso de la Sentencia fue bendecido  el 13 de marzo por el vicario provincial  Fray Antonio Saldaña, siendo director de la hermandad Fray Honorato Martínez O.P. 

En 1933 se logra la compra e incorporación del paso de La verónica  (verdadera imagen), en el que una mujer de nombre Serafia, que según la tradición limpia el rostro de Jesús nazareno quedando impresa la faz en el lienzo, siendo bendecido el domingo de ramos de ese año.  Iniciada la segunda mitad del siglo XX se registra la presencia de dos pasos más siendo estos el beso de judas y las tres caídas de Jesús. 

El origen de las obras es referente en las piezas que integran los pasos mencionados para cada escena de las cuales, algunas obras luego de las restauraciones a que han sido sometidas, aún presentan en su estructura el sello de la casa matriz de donde proceden, fabricados con materiales maleables vaciados en moldes,  reproducidos en serie, con encarnado, policromía mixta y  dorado en las texturas que simulan encajes y listones  en las vestimentas de las esculturas, consideradas de arte mayor en el catálogo del fabricante, por la perfección de sus detalles. 

Arte: Alejandro R./La Hora
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En la actualidad  el programa se ha completado con conjuntos de pasos de distinta calidad, realizados en fibra de vidrio.   Los pasos originales se conservan en buen estado gracias a las comisiones de mayordomía dirigidas por varios hermanos entre los que sobresale el Sr. Rodolfo García (+)                                                                      

A las puertas del primer centenario de los pasos de Santo Domingo el próximo 2029, la Hermandad del Señor Sepultado de Santo Domingo ha iniciado la difusión de la información acerca de la historia y el origen de Los Pasos dominicos, preparando la celebración de la efemérides, labor que ha recaído en manos del cronista de la hermandad el Dr. Rony García quien ha creado una serie de folletos que incluyen los relatos sobre el origen de estas obras de arte sagrado, entre otros temas, que caracterizan la procesión del santo entierro la tarde de viernes santo en la ciudad de Guatemala.

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