Por Rodolfo Arévalo S.


Alfred North Whitehead nació en Ramsgate, Reino Unido, el 15 de febrero de 1861 y murió en Cambridge, Massachussetts, el 30 de diciembre en 1947; estamos a 76 años de aquel diciembre. Alfred se recibió de matemático en Cambridge, Trinity College y entre 1910 y 1913, junto a Bertrand Russell escriben Principia mathematica, tres grandes volúmenes que tenían como motivación las inconsistencias encontradas por B. Russell en la lógica de Glottob Frege, considerado, ahora, el padre de la lógica matemática, en alguna otra ocasión nos detendremos en esto. 

En su estancia en Cambridge, Alfred compuso algunos ensayos sobre educación, y publicó El concepto de naturaleza (1919) ya que pertenecía a la Aristotelian Society, de donde fue su presidente entre el 1922-23, antes de partir para Harvard en 1924 donde sería profesor de filosofía.  

En Harvard comienza un período muy interesante para este matemático, maduro con 63 años y más de 40 de académico y, contra toda expectativa, desarrolló un pensamiento metafísico que culminará con varios libros, entre ellos el más famoso, Proceso y realidad (1929), (Process and reality. An essay in cosmology). Su filosofía rompe con la tradición occidental y edificó una ontología basada en el proceso, en el devenir, el ser es devenir, en contra de pensarlo como una esencia. Por supuesto, dentro de la historia de la filosofía se pueden encontrar muchos pensadores que formularon esta manera de filosofar, para mencionar algunos están Heráclito, Nietzsche, Bergson, Peirce, Simondon, Derrida, Deleuze.  Para el tema que nos ocupará brevemente en este artículo, es importante tener como base: el proceso fundamental y también la conformación de un “organismo” del que somos parte. El propio Alfred lo llamaba así, “filosofía del organismo”, en Proceso y realidad (1929;10).

Su enorme experiencia como profesor y como administrador en las grandes universidades de aquellos días, le proporcionó una visión crítica de la educación, sin decir que su abuelo y su padre fueron también connotados formadores. Desde 1912 escribió sobre educación. Los fines de la educación, que tenemos a mano, es una compilación de sus ensayos a través de toda su vida, estas reflexiones están íntimamente relacionadas con su filosofía novedosa, que hasta hace unos tres decenios fue desconocida.

A principios de diciembre de este año, sobresalió en las noticias el resultado que encontró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, (OCDE) -asociación europea-, más conocido como el informe PISA (Programme for Internationale Students Assessment) o en español Informe del Programa para Evaluación Internacional de los Estudiantes. En este caso se evalúa alumnos de más de 15 años y las materias que se examinan son lenguaje, matemática y ciencias. Sus críticos principales señalan que se basa en estándares de países con alta auto-inversión en el estatus de su población, es decir naciones ricas. Alfred diría que son las escuelas, no el sistema, las que debieran ser evaluadas. Más allá de estos reparos, lo que se puede ver es una indicación de que la educación siguen estando en crisis y a nivel mundial. Las causas son muchas y una de ellas, que es motivo de este artículo es la ausencia de proyectos educativos que tengan algo nuevo que decir a los estudiantes, no al sistema, porque el sistema siempre se caerá si el alumno no sabe qué hacer y qué debe esperar. Esto es lo que presenta Alfred North Whitehead, no es una panacea y jamás se pensó como tal. Debe servir de motivación para crear nuevos conceptos, procesos, necesarios ante un problema serio. Lo que tenemos delante es el resultado de una vida dedicada a la educación y tiene algunos conceptos que debemos analizar detenidamente, ante un mundo “siempre en crisis”.

Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora
Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora

   Aquí lo que él consideró válido y urgente para los estudiantes: 

 

  1. Lo que debemos tratar de producir es hombres que posean al mismo tiempo cultura y un conocimiento experto en determinada especialidad. Sus conocimientos especializados les servirán de punto de partida, y su cultura les hará profundizar con la filosofía y elevarse con el arte. Debemos recordar que el desenvolvimiento intelectual que vale es el autodesarrollo.
  2. Luchar contra las ideas inertes, es decir aquello que no se puede relacionar con otros saberes, para pensar y combinar con nuevos conocimientos: lo que no encuentra relación y/o fuerzas relacionadoras, comunicantes, eso es un conocimiento inútil. De aquí se deduce que las materias enseñadas deben tener una vinculación (la desvinculación de las materias es fatal) como actividad perpetua, delicada, receptora, que responde a estímulos.
  3. La solución que se propone es extirpar la fatal desvinculación de las materias, que mata la vitalidad de nuestro programa de estudios. Solo hay una materia para la educación, y es la vida en todas sus manifestaciones. Por eso es vital interrelacionar los conocimientos, porque la vida (material y orgánica) es interrelación. Es necesario que todas las materias estén relacionadas, si los profesores no lo hacen lo tienen que hacer los alumnos, en grupos o en solitario, pero debe hacerse.
  4. Nunca menospreciar el presente. Lo aprendido debe relacionarse con la vida cotidiana.
  5. Lo teórico que no es practicado no sirve. Importancia de la investigación y evitar el plagio, porque cada vez es más accesible.
  6. La educación es el arte de utilizar conocimientos. Volvamos ahora a la anterior afirmación, la de que las ideas teóricas deben siempre hallar importantes aplicaciones dentro del plan de estudios. No es una doctrina fácil de aplicar, sino sumamente difícil. Lleva implícito el problema de mantener vivo el conocimiento, de evitar que torne inerte, que es el problema central de la educación.
  7. Los exámenes siempre deben tratar de lo manejado en clase, de lo contrario serán exámenes para memorizar sin haberse practicado el conocimiento y esto ya es conocimiento inerte
  8. La mente nunca es pasiva; es una actividad perpetua, delicada, receptiva, que responde a estímulos. Esto se debe aplicar constantemente. 
  9. El algebra y la geometría deben ser parte cotidiana de entender nuestro entorno, si no existe en el programa, debemos buscarlo por nuestra cuenta. Si no tenemos una base, por incipiente que sea, de matemática la comprensión de nuestro presente y nuestro mundo se achica considerablemente. Para el efecto Alfred realizó un librito para facilitar este punto: Una introducción a las matemáticas (1911) de A. N. Whitehead. (Está en la web)
  10.  Debe comprenderse bien el poder de las ideas y cómo emplearlo en relación con nuestros trabajos de comprensión y de vinculación de lo aprendido. Con esto se debe conseguir una visión de la totalidad de lo aprendido.
  11. Debe desarrollarse la más austera (sencillez y rigurosidad) de las cualidades mentales: el sentido del estilo. Es un sentido estético, basado en la admiración de un logro de un fin previsto, simplemente y sin desperdicio. El estilo en el arte, en la literatura, en la ciencia, en la lógica, en la realización práctica, tiene fundamentalmente las mismas cualidades estéticas: logro y restricción. El amor a un objeto en sí y por sí mismo, sin el soñoliento placer de una distracción mental, es el amor al estilo manifestado en ese estudio. 
  12. Esto nos lleva a nuestro punto de partida: la utilidad de la educación. El estilo, en su más alto sentido, es la última adquisición de la mente educada; es también la más útil.
  13. Encima del estilo, y por encima del conocimiento, existe algo, una vaga forma, como el destino encima de los dioses griegos. Ese algo es Poder. Estilo es la elaboración del poder y la restricción del poder.
  14. El estilo nos permite alcanzar sin cuestiones al margen, sin levantar inflamaciones indeseadas. Con el estilo alcanzamos nuestro fin y nada más que nuestro fin. Con el estilo el efecto de nuestra actividad es previsible, y la previsión es el don supremo otorgado al hombre por los dioses. Con el estilo, el poder se acrecienta, porque la mente no se distrae en cosa ajenas a su propósito, y es más factible lograrlo.

 

Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora
Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora

Sobre las escuelas y/o universidades

15. Son las escuelas las que debieran ser examinadas y no los estudiantes. Si una escuela y/o universidad que no prepare para las ciencias y las tecnologías del futuro está consiguiendo matar el talento de su país. Esto se desarrolla mediante sistemas de investigación, es decir, inversión en investigación. “Cuando se considera en toda su magnitud la importancia de esa cuestión de la educación de la juventud de un país, las vidas arruinadas, las esperanzas frustradas, los fracasos nacionales que resultan de la frívola inercia con que se trata, es difícil contener la ira”. 

16. ¿Qué es la educación religiosa? Una educación religiosa es aquella que inculca el deber y la reverencia. El deber surge de nuestro control potencial sobre el curso de los acontecimientos. Ahí donde el conocimiento obtenible pudo haber cambiado los hechos, la ignorancia tiene la culpa del vicio. Y la base de la reverencia es el conocimiento de que el presente entraña la suma completa de la existencia, anterior y posterior, esa total amplitud del tiempo, que es la eternidad.

17. El ritmo de la educación. La vida es esencialmente periódica. Ahí distingue tres grandes etapas que se irán entrelazándose, son: la fase de la fantasía, de la precisión, y de la generalización.

18. A la etapa de la fantasía la ha llamado la etapa romántica. Estamos en presencia de una inmediata cognición del hecho, es la aprehensión de los hechos desnudos, inexplorados. La educación debe ser esencialmente la puesta en orden de un fermento que se agita ya en la mente: no se puede educar la mente in vacuo. Esto se da en la etapa o fase de la precisión.

19. En la etapa de la precisión representa también una adquisición de conocimientos. En esta etapa se desarrolla el lenguaje, la gramática y a gramática de la ciencia. Es una etapa de análisis. Necesita de la fase previa.

20. Es un retorno a la etapa del romanticismo, le llamo etapa de la generalización, con la ventaja de disponer de ideas clasificadas y de la técnica pertinente.

21.Entonces tenemos que advertir que este proceso es cíclico con sus grandes diferencias. Los alumnos (y nosotros -la sociedad-) debemos sentir la alegría de alcanzar metas y adquirir nuevas, constantemente, aunque cada uno a su ritmo. 

Esta última parte es importante: este proceso es cíclico y unas partes corresponden al alumno y educadores, y otras a la responsabilidad del Estado, como serán proporcionar los medios y los útiles necesarios, así como personal capacitado para la enseñanza. En nuestra Constitución esto está contemplado en la Sección Cuarta -Educación- y Sección Quinta -Universidades-.  El proceso de la educación también merece un punto especial en cuanto a los diferentes ritmos y la manera de evitar el conocimiento inerte, donde entrarían los medios de comunicación actuales, resumidos en los teléfonos celulares que son máquinas de información y des información. Si a esto se suma la importancia que se le da al autodesarrollo y a la necesidad de tener sólidos saberes de matemática y geometría… nos enfrentamos con toda una problemática, pero también, a nuevas maneras de poder solucionar tan apremiantes dificultades sociales. Por ejemplo, tenemos los métodos de aprendizaje de idiomas, algebra y geometría.

Por otra parte, el concepto de estilo en este filosofo, tiene en su proceso el cuidado de sí mismo (y sus repercusiones en su entorno y en la sociedad), que ha sido bastante estudiado por M. Foucault, aquel famoso epígrafe: “cómo se llega a ser el que se es”. Y todo el conjunto de actividades que se necesitan ejercer para lograr una actitud coherente ante sí mismo y el mundo, tratado en obras como La hermenéutica del sujeto (2001) o El gobierno de sí y de los otros (2009). Son temas de suma importancia, pero debido al espació será en otro momento.

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