Imagen: Cortesía Suplemento Cultural
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Dennis Orlando Escobar Galicia

Después de varios años de no asistir a una sala cinematográfica, como era mi costumbre antes de disfrutar el cine en casa, retorné para ver Oppenheimer, gracias a la recomendación de un experto cinéfilo y por lo mucho que se dice del filme, considerado por más de algún crítico como de los mejores de la última década de Hollywood.

Antes de ver Oppenheimer me tomé algún tiempo para leer comentarios de la película y algo sobre la vida de Julius Robert Oppenheimer (1904-1967, Nueva Jersey, USA).  Físico estadounidense conocido como “padre de la bomba atómica” debido a su meritoria participación en el Proyecto Manhattan, plan que desarrolló las primeras armas nucleares de la historia durante la Segunda Guerra Mundial.

Mi preparación para ver la película e ir nuevamente a una sala cinematográfica, se debió a qué la matemática, la física y la química no son ciencias de mi gusto y entendimiento, además porque la duración del filme es de 180 minutos y ya estaba acostumbrado a la comodidad y el relajamiento de la casa, donde te das el lujo de pausar, reflexionar, investigar y satisfacer necesidades básicas sin perderte parte del contenido.  “Te vas a disfrutar los efectos de sonido y demás”, me dijo un amigo.

Imagen: Cortesía Suplemento Cultural
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Me dirigí a Miraflores –supuestamente donde hay buenas salas- y me encontré con pantalla sin cortinas, asientos incómodos, público con celulares encendidos, detrás de mí    una persona  de la tercera edad queriendo explicar asuntos de historia, ruido de poporopos al ser masticados. Y a pesar de que había muy poca asistencia pues eran las 15:00 horas de un lunes. En fin…muchos distractores e incomodidades para la lectura de un filme que requiere concentración para entenderse y disfrutarse.

En la película -con escenas en blanco y negro y otras a color, para diferenciar dos puntos distintos en los tiempos- encontrarás tópicos sobre carrera armamentista, intrigas políticas, suspenso, compartimentación política-ideológica, secretos de Estado, espionaje, macartismo, comunismo, imperialismo, macartismo… y demás palabras claves que fueron usuales durante el periodo conocido como la “Guerra Fría”.  Pero también operadores semánticos propios de la física cuántica y de otras llamadas ciencias exactas, a saber: principio de incertidumbre, dualidad de onda-partícula, físico teórico, físico experimental, átomo, molécula, hidrógeno, implosión, termonuclear.

Empero, gracias a lo que había investigado, comprendí que la película es una emocionante y aterradora historia sobre lo que Estados Unidos le hizo a uno de sus científicos más famosos. No obstante que gracias a él la bomba atómica no fue detonada por otra potencia que sin ninguna duda hubiese acabado con el imperialismo norteamericano o posiblemente con la humanidad.

Oppenheimer que dirigía el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey, en 1954 se encontró en uno de los jardines a Albert Einstein, quien ahí laboraba desde 1933 cuando huyó de Alemania, y le contó que se retiraría durante un tiempo porque tenía que defenderse en Washington de unas acusaciones que lo señalaban de desleal y de personaje riesgoso en asuntos de seguridad estatal. Esto ocurrió 11 años después de ser lanzadas las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.

Einstein trató de disuadir a Oppenheimer de que no fuera tonto y rechazara el sometimiento de un tribunal irregular que solo quería humillarlo públicamente.  Y efectivamente el padre de la teoría de la relatividad tuvo razón pues el padre de la bomba atómica fue hasta señalado de haberse relacionado con comunistas, de haber apoyado a los republicanos en la guerra civil española y hasta de haberse casado con una estudiante radical de Berkeley, su esposa Katherine Puening Harrison con quien tuvo un hijo.

Y es que todas las injurias contra Oppenheimer se debieron a que él, después de lanzadas las bombas, ocupó el cargo de jefe de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos, utilizando su posición para abogar por el control internacional del poder nuclear y frenar la carrera armamentística entre USA y URSS. No olvidemos que Julius Robert, después de su mortal invento, dijo: “Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. ¡No tenía tranquila su conciencia!

Imagen: Cortesía Suplemento Cultural
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El macartismo -término que se utiliza en acusaciones de deslealtad, comunismo, subversión o traición a la patria-, se ensañó ferozmente contra Julius Robert y sus acusadores no le permitieron el debido respeto para tener un proceso legal justo donde se consideraran sus derechos humanos. En 1954 le retiraron sus pases de seguridad y perdió su acceso a documentos confidenciales, entre ellos los que contenían sus argumentos de oposición rotunda a la construcción de la superbomba de hidrógeno o arma termonuclear.

La película es una adaptación del libro American Prometheus, biografía escrita por Kar Bird y Martín J. Sherwin.  La producción es del cineasta británico Chirstopher Nolan, ganador de varios premios cinematográficos y miembro del Sindicato de Directores Cinematográficos de Estados Unidos.  La interpretación de J. Robert Oppenheimer recayó en Cillian Murphy, destacado actor de cine y teatro, actor de voz, músico y productor irlandés.

Algunos han criticado la película porque contiene muchos diálogos y largos minutos de audiencias jurídicas. Hay quienes hasta han llegado a decir que mejor hubieran realizado un documental. Lo cierto es que estos insatisfechos lo que deseaban era una película de acción donde se mostrara la espantosa tragedia cuando se lanzaron las bombas en Hiroshima y Nagasaki.

“Creo que va a ser un logro artístico impresionante, y tengo esperanzas de que realmente estimule una conversación nacional, incluso global, sobre los temas que Oppenheimer estaba desesperado por hablar: sobre cómo vivir en la era atómica, como vivir con la bomba y sobre el macartismo, lo que significa ser patriota, y cuál es el papel de un científico en una sociedad empapada de ciencia y tecnología; para hablar de asuntos públicos”, expresó el historiador Kar Bird, uno de los escritores que en 2005 realizó una biografía oficial de J. Robert Oppenheimer.

Oppenheimer es una epopeya fenomenal protagonizada por un excelente actor. Película biográfica o biopic que nos introduce en la compleja historia del “padre de la bomba atómica” y que nos sorprende de cómo el ser humano tiende a autodestruirse. Mucho asombro y terror sin necesidad de ver escenas dantescas de sangre y muerte. La ciencia y la tecnología al servicio de la destrucción. ¡Vaya paradoja!  La existencia del planeta pende de un hilo si no hay moralidad en la ciencia y la tecnología.

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