En la fotografía se puede observar a una mujer trabajando. Foto: La Hora/AGN

El proceso de definir el salario mínimo para el 2023 cobra relevancia en medio de un crítico contexto económico, donde el precio de los bienes y servicios ha aumentado casi un 10%, al mismo tiempo que los ingresos de los guatemaltecos se mantienen en los mismos niveles.

A diferencia de otros años, este año el sector gobierno, empresarial y trabajador han concordado en la necesidad de incrementar el salario mínimo, sin embargo, las propuestas de cada uno difieren entre sí.

 

LAS PROPUESTAS

El gobierno propone un aumento del 6.3% para la circunscripción 1, que representa al departamento de Guatemala, y de 5.04% para la circunscripción 2, es decir el resto de los departamentos.

Con tal propuesta, el salario mínimo para los trabajadores del departamento de Guatemala llegaría a Q3,145.54 mensuales, más Q250 de bonificación incentivo de Q250. Mientras que para el resto del país llegaría a los Q3, 108.28 más la bonificación.

Por su parte, el sector empleador propuso un incremento de 4.3%, pero aplicado únicamente a las actividades no agrícolas y de exportación y maquila.

En ese sentido, el salario mínimo mensual del sector no agrícola sería de Q2,996.15 más Q250 de bonificación. Y para el sector maquila, sería de Q2,811.15 más la bonificación.

Con un incremento más significativo, el sector trabajador propuso que el salario mínimo aumente a Q180 diarios para todas las actividades económicas y circunscripciones. De esa cuenta, llegaría a Q5,475 mensuales más la bonificación incentiva de Q250.

 

¿ES NECESARIO UN AUMENTO?

A criterio de Ricardo Rodríguez, economista senior del Central American Business Intelligence (CABI), sí es importante ajustar el salario mínimo para el próximo año, pues la inflación que la economía local está experimentando ha ocasionado una pérdida de poder adquisitivo, es decir, el guatemalteco puede comprar menos con sus ingresos.

Erick Coyoy, economista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), considera que, debido a la elevada inflación, principalmente en el rubro de los alimentos, es imposible ignorar un aumento en el salario mínimo, pues afirma que la mayoría de los trabajadores tiene un ingreso bajo y lo destinan a la alimentación del hogar.

El profesional recomienda que el salario mínimo se ajuste a un monto lo suficientemente alto para que por lo menos dos personas puedan solventar el costo de la Canasta Ampliada (CA) de un hogar. A octubre de 2022, el costo de la CA llegó a Q8,390.33, por lo que esto implicaría que el salario mínimo debería oscilar los Q4,195.16.

¿LA VIDA ES MÁS BARATA EN EL INTERIOR?

Para Rodríguez, el efecto de la inflación y el poder adquisitivo no ha afectado de la misma manera a todo el país. “Es un fenómeno que ha tendido a afectar más a áreas urbanas que rurales. Los patrones de consumo son distintos en áreas rurales que urbanas y por eso los ajustes deberían ser distintos”, explicó.

De forma contraria, Coyoy opina que el Gobierno debería “ser más realista” en cuanto a las circunscripciones, ya que no hay una base sólida para afirmar que el costo de la vida es más bajo en otros departamentos que en Guatemala. El académico recomienda realizar nuevos estudios y encuestas, pues a su criterio, incluso la tasa de inflación actual tiene un grado de distorsión.

“Debe haber un incremento en proporción con la inflación (9.70%). Me parece bajo el 5% para los demás departamentos que propone el Gobierno”, comentó el analista de Asies.

 

EFECTO EN LA INVERSIÓN

Aunque el aumento del salario mínimo ayudaría a mermar el impacto de la inflación en los bolsillos de los guatemaltecos, también conlleva otros efectos de costos para el sector empleador.

Según Rodríguez, el salario mínimo en Guatemala es el segundo más elevado de la región, después de Costa Rica. El establecer un monto específico para el salario mínimo es una estrategia para atraer más empleos e inversiones, por lo que contar con un salario elevado coloca al país en cierta desventaja.

“Si bien si veo positivo elevar el salario mínimo, este monto debe tratarse con mucho cuidado para que al final no vaya a generar el efecto contrario, que por elevar el salario se desincentive la creación de empleos”, explicó.

En la fotografía el economista, Ricardo Rodríguez. Foto: La Hora/Agexport
¿QUÉ HACE FALTA PARA UN SALARIO MÁS ELEVADO?

Para Coyoy, el problema de que gran parte de la población no pueda optar a salarios más elevados, responde a que la mayoría no tiene la escolaridad mínima para desarrollarse en puestos con mejores condiciones.

“No tenemos exportaciones tan dinámicas como Costa Rica, donde el 40% de sus exportaciones son de industria y Guatemala no pasa del 20%. No tenemos una fuerza laboral para actividades más sofisticadas. Vemos que en México los salarios son más altos en el norte donde se ubica la actividad industrial”, recalcó el analista.

Por su parte, Rodríguez considera que el salario mínimo no puede subir sustancialmente porque se requiere de mayor productividad y, en lugar de enfocarse en elevarlo por decreto, hay que buscar impulsar las destrezas y conocimiento del talento guatemalteco.

En la fotografía el economista, Erick Coroy de Asies. Foto: La Hora/Archivo
MONTO EN ANÁLISIS

Por el momento, el porcentaje de aumento del salario mínimo aún no se ha establecido.

El Ministerio de Trabajo y Previsión Social (Mintrab) estudia el dictamen de la Comisión Nacional del Salario (CNS) y las observaciones del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), para formular una recomendación técnica al presidente Alejandro Giammattei, quien es el encargado de tomar en cuenta las consideraciones técnicas y propuestas para fijar el salario mínimo.

 

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