El canciller alemán Olaf Scholz prometió el viernes tomar medidas rápidas para resolver una crisis presupuestaria, luego que un fallo judicial abrió una enorme brecha en el plan casi terminado para el año próximo y amenazó con alterar los esfuerzos para combatir el cambio climático y aliviar el impacto de los altos precios de la energía provocados por la invasión rusa de Ucrania.
“Algunos preguntan si el apoyo financiero del gobierno federal, que pone topes a los altos precios de la energía, puede seguir fluyendo o hay que devolverlo”, dijo en un video publicado en X, antes Twitter. “Son preguntas justificables”.
Sin embargo, dijo Scholz, “el gobierno se mantiene firme en nuestras intenciones de modernizar nuestro país, para que en el futuro tengamos una industria sólida, buenos empleos y buenos salarios cuando una vez que nuestra economía alcance la neutralidad climática”.
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La economía alemana se contrajo en los últimos meses y la confianza empresarial está por los suelos, según cifras difundidas el viernes. Mientras tanto, el gobierno hace esfuerzos para superar una crisis presupuestaria que amenaza con exacerbar los problemas de la economía con el peor desempeño entre las más desarrolladas del mundo.
La primera economía de Europa se contrajo 0,1% en el trimestre julio-septiembre, cuando la inflación atentó contra los deseos de la gente de consumir, informó la oficina de estadísticas el viernes.
Mientras tanto, la encuesta sobre el optimismo empresarial del instituto Ifo, un índice estrechamente vigilado, mostró una pequeña suba a 87,3 para noviembre, comparado con 86,9 en octubre, pero muy por debajo de su nivel de julio.
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Junto con estas cifras deprimentes, la crisis presupuestaria genera la posibilidad de recortes profundos en el gasto el mes próximo. Una corte sentenció la semana pasada que el gasto anterior violaba los límites constitucionales sobre los déficit, lo que obliga al gobierno del canciller Olaf Scholz a aplazar la votación final sobre el plan de gastos del año próximo.
Los economistas dicen que la incertidumbre presupuestaria y la posibilidad de recortes del gasto agravan los retos para la estancada economía alemana, que lucha por adaptarse a retos a largo plazo como la escasez de mano de obra calificada y la pérdida del gas natural ruso barato tras la invasión de Ucrania.
Alemania es la única de las grandes economías que previsiblemente se contraerá este año, según el Fondo Monetario Internacional, que pronostica una contracción del 0,5%.
