¡La familia no se elige! Esta es una frase que tal vez hayas escuchado de tus amigos o de personas cercanas. Hasta en las mejores familias existen experiencias desagradables, comentarios o palabras despectivas que fracturan las convivencias. Estas situaciones de constantes conflictos se han vuelto un fenómeno potente de las nuevas generaciones que, sin más, deciden cortar vínculos con sus padres o al menos con un algún familiar.
El alejamiento o distanciamiento puede ser a largo plazo o por un período de tiempo mientras se calman las aguas. Terminar una relación con un familiar es muy distinto a cortar relaciones con una amiga o con tu novio. Es cuestión de que no puedes terminar, abruptamente, una relación con personas que llevan tu misma sangre y con quienes hay muchos lazos que te unen.
Por su parte, Karl A. Pillemer, profesor de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell, en EE. UU dice a una entrevista para BBC News que decir se “terminó” con un familiar es un fenómeno muy potente y distinto.
POCOS ESTUDIOS SOBRE ESTE COMPORTAMIENTO
Sin embargo, aunque este tema es muy común en las nuevas generaciones, el profesor se dio cuenta de que había pocos estudios al respecto del alejamiento, fue en 2020 en donde emprendió una investigación para su libro: «La línea divisoria: familias fracturadas y cómo repararlas”.
Las encuestas en Estados Unidos demostraron que una de cada cuatro familias afirmó estar alejada de por lo menos algún familiar. Algo muy similar a las encuestas realizadas en Reino Unido que detallan que el fenómeno afecta a una de cada cinco familias, ¿a qué se debe este comportamiento?
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Si los roces familiares son principalmente con los padres, cuando los jóvenes alcanzan la edad para independizarse de sus padres, toman esta decisión sin dudarlo. Por otro lado, hay grupos que viven una epidemia silenciosa que no habla del tema por motivo de vergüenza y rechazo.
Los factores que influyen en estos comportamientos generalmente son los vínculos de la infancia y experiencias fuertes en esta etapa, como las violencias vividas, disputa sobre valores, falta de privacidad, entre otros y que marcan pauta para alejarse de alguien cercano. A lo que las personas en estas situaciones se pueden llegar a preguntar, ¿me quedo, arreglo la situación o me alejo por completo?
POR SALUD MENTAL
El psicólogo Joshua Coleman, quien también es autor del libro “Las reglas del alejamiento: por qué los hijos rompen los lazos con sus padres (y cómo sanar esa ruptura)», describe que una de las razones principales de estos alejamientos son los hechos de violencia ocurridos en el pasado y en el presente, ya sean verbales, físicos o sexuales.
Sin embargo, la salud mental juega un papel importante. Muchas de las personas toman conciencia sobre su bienestar integral y de lo dificultoso que es tener algún lazo de comunicación con un familiar con quien no han tenido buenas experiencias.
“Si bien los conflictos familiares o aislarse del entorno familiar no es algo nuevo, conceptualizar el acto de ruptura hacia un miembro de la familia es una expresión de crecimiento personal, y así como es algo común hacerlo en estos días, también es un fenómeno nuevo”, anota Coleman.
“Decidir qué personas mantener cerca o lejos se ha convertido en una importante estrategia de vida”, agregó en una entrevista: «Los temas de salud mental se hablan mucho más y por eso es más fácil decir —estas personas no me hacen bien—. Creo que las personas ahora tienen más confianza en poner sus propios límites y decirle ‘no’ a la gente”, consideró el psicólogo.
¿LIMAR ASPEREZAS?
Hoy en día las personas deciden iniciar etapas de alejamiento; yéndose de viaje, mudarse a otro país o cortando comunicación por completo. Los expertos explican que este comportamiento es una inclinación hacia la “cultura del individualismo”, quienes prefieren realizar su propia voluntad, alejados de las críticas u opiniones ajenas.
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Sin embargo, hay quienes prefieren conversar la situación y limar asperezas para llevar “la fiesta en paz”, o por lo menos no tener que evitar al familiar con quien se tiene conflictos. Desde esa perspectiva, en LHBienestar te brindamos algunas recomendaciones para lidiar con mala relación familiar.
Reconoce tus sentimientos: Acepta cómo te sientes y no juzgues tus sentimientos. No te culpes por no sentir cercanía con personas que no te caen bien.
Decide cómo actuar: No toda relación es salvable o incluso digna de ser conservada. Hay veces en las que hace más daño mantener una relación y en ese caso es esencial considerar cortar temporalmente o permanentemente los lazos.
Arregla la relación: Esta medida es válida solo si los sentimientos positivos pueden restablecerse. Este es un paso que requiere disposición de todas las partes involucradas.
Establece límites: Poner límites puede ayudarte a tener una mejor relación o sentirte más tranquilo. Por ejemplo, establece un tiempo para verlos o los temas que se pueden o no discutir.
Mantén tu privacidad: Tácticas como distanciarse de la situación o mantener intencionadamente los detalles de su vida en privado pueden ayudar.
Aléjate: Si decides alejarte, haz las paces con la decisión. Recuerda que es mejor tomarla con un poco de distancia y tiempo para tener perspectiva.
Cuéntanos: ¿Cómo es la relación con tu familia?
