El desgaste de la vista se produce poco a poco, no ocurre en un solo momento. Las dioptrías, que son la unidad de medida con la que se expresa el poder de refracción de un sistema óptico o un lente. Esta condición no llega de repente, en realidad, va aumentando lentamente y pasa un tiempo hasta que empezamos a notar que no distinguimos los objetos igual que antes.
Algunas veces solemos pensar que es algo pasajero y que con un poco de descanso nuestros ojos volverán a ser lo que eran. No obstante, en la mayoría de los casos las señales continúan en los días siguientes.
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Para empezar, lo mejor es creer que la explicación más sencilla es la correcta. Antes de pensar otras posibilidades, es recomendable relajarse y descartar que las molestias sean ocasionales y provocadas por el estrés o por un esfuerzo continuado.
Algunos ejercicios visuales básicos para aliviar los ojos son muy sencillos de realizar:
- Variar el enfoque de cerca a lejos.
- Parpadear rápidamente para generar lágrimas y evitar el ojo seco.
- Guiñar alternativamente.
- Masajear suavemente las cuencas.
- Presionar los ojos ligeramente.
Si la visión no vuelve a ser la de antes después de dos o tres días, ha llegado el momento de sopesar la posibilidad de que necesitamos lentes.
¿CUÁLES SON LAS SEÑALES QUE INDICAN QUE NECESITO LENTES?
«Una vez descartadas las molestias temporales, nuestro consejo desde lo profesional es acudir a un óptico cuando hayan transcurrido varios días desde que comenzaras a percibir alguna molestia», aseguró el oftalmólogo, Cristian Rodríguez.
¿CUÁLES SON LAS MOLESTIAS PARA USAR LENTES?
- Ojos cansados y enrojecidos.
- Dolores de cabeza frecuentes.
- Mareos.
- Problemas para ver de cerca o de lejos.
- Visión borrosa o doble.
- Dificultad para ver líneas rectas.
- Mala percepción de las distancias.
- Necesidad de más luz para ver bien y, por lo tanto, dificultades para distinguir objetos por la noche.
- Halos luminosos o puntos flotantes.
¿QUÉ PUEDE ESTAR PASANDO?
Una revisión en profundidad junto a una valoración personal permitirá obtener recomendaciones para sus ojos. «Entre las enfermedades más habituales están la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia», aseguró el profesional.
¿QUÉ ES LA MIOPÍA?
Hace que los objetos distantes no se vean con claridad. En estos casos, una de las primeras señales de alerta es que se comienza a ver borroso de lejos. Un signo común suele ser, también, el dolor de cabeza.
¿QUÉ ES LA HIPERMETROPÍA
Se tiene una percepción borrosa de objetos cercanos. Los indicios suelen ser picor y dolor de ojos, con el consiguiente cansancio ocular, ya que es necesario hacer un esfuerzo extra para ver nítidamente.
¿QUÉ ES EL ASTIGMATISMO?
Produce una visión distorsionada tanto de lejos como de cerca. Las personas que la tienen, suelen decir que no ven claros los contornos de los objetos y, en la mayoría de los casos, les cuesta ver bien por la noche.
¿QUÉ ES LA PRESBICIA?
Se comienza a tener dificultad para ver de cerca. Suele resultar sencillo darse cuenta de los primeros signos de vista cansada porque necesitamos alejar los objetos para verlos mejor.
OTRA OPINIÓN: HAY CREENCIAS ERRÓNEAS
En ese contexto, Sara Bueno, encargada del área Docente del Grado en Óptica Optometría y Audiología de la Universidad CEU San Pablo en Madrid, agrega que, “existe la creencia totalmente errónea de que si ves mal y te pones gafas, cada vez verás peor o que te aumentará más rápidamente la graduación».
También cita que se tiende a decir que si, «empiezas a tener problemas para ver de cerca, es mejor aguantar y esperar, porque cuando finalmente te pones gafas empeorará tu visión y dependerás ya para siempre de ellas”.
No obstante, las declaraciones de la experta, según el sitio Cuidate Plus, señalan que la realidad es que si necesitamos gafas y no las utilizamos solamente pueden pasar dos cosas:
La primera es que no veamos bien, ya sea de lejos o de cerca.
La segunda es que consigamos ver bien, pero sometiendo a nuestros ojos a un sobreesfuerzo que puede tener otras consecuencias, como la fatiga ocular, el dolor de cabeza, el lagrimeo, la pesadez de ojos.
La experta subraya que una revisión completa realizada por el óptico-optometrista determinará qué está pasando.
“Si sospecha que hay algún problema patológico derivará a ese paciente a un médico oftalmólogo que diagnostique y ponga la solución. Si es necesario prescribir un sistema de compensación, el óptico-optometrista es el profesional sanitario que hará la indicación del sistema de corrección más adecuado: unas gafas, unas lentes de contacto, e incluso ejercicios específicos (terapia visual) para desarrollar o fortalecer el sistema visual”, apuntó.
LENTES DE CONTACTO TAMBIÉN SON UNA OPCIÓN
Finalmente, la Clínica Ciudad del Mar anota que los lentes de contacto son igual de efectivos que los ópticos a la hora de corregir los problemas de la vista, «es más, incluso hay situaciones en que es mejor usar este tipo de lentes correctores y no ópticos, como cuando se tiene mucho aumento en un ojo y muy poco o casi nada en el contralateral».
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