Redes sociales
Cuando la actitud y el comportamiento de un hater persisten, existen algunos recursos que ofrecen las plataformas, como esconder sus respuestas en el caso de X (antes Twitter), o silenciar y bloquear. Foto: Pixabay.

Mario Ramos es un joven que tenía sus redes sociales abiertas, publicaba contenido de su vida, una vez posteó que había conseguido un trabajo, sus amigos lo felicitaron, pero otros conocidos, le colocaron comentarios negativos, entre ellos, que se había tardado mucho en conseguirlo, que «ya era hora«, que «que bueno porque era un vago«, entre otros.

Esta situación afectó la estabilidad emocional de Mario, pero le demostró que tenía que tener cuidado con las personas, incluso en redes sociales.

En las plataformas hay varios tipos de usuarios, pero de los más señalados son los haters, quienes han cobrado mucho protagonismo en los últimos años. El insulto a través de estas plataformas puede afectar psicológicamente al usuario que lo recibe.

La llegada de las redes sociales cambió de la noche a la mañana la forma de relacionarnos con los demás, condicionando numerosos aspectos de nuestras vidas. Hablar con amigos, encontrar trabajo, impulsar un negocio, conocer nuevos amores.

Todo cambio también lleva consecuencias negativas.

¿CÓMO SE DESCRIBE EL CIBERACOSO?

Cuando no hay relación directa entre el agresor y la víctima, hablamos de odio en las redes, y es aquí donde la figura del hater cobra especial protagonismo.

Se trata de aquel usuario que incomoda, que centra su actividad en la polémica con un discurso que incorpora diferentes técnicas que incluyen desde la ironía hasta el insulto. Esto, según la psicóloga Ángela Contreras, quien además, definió que “ese comportamiento hostil puede, además, mostrarse de forma recurrente y focalizarse en un perfil concreto”.

ANONIMATO Y FRUSTRACIÓN 

Por un lado, se encuentra la sensación de impunidad que otorga el anonimato de estar detrás de una pantalla o de haberse creado un perfil falso. Por otra parte, normalmente se trata de una cuestión de intolerancia a la frustración o al ‘no’. Los haters son personas que no aceptan un no por respuesta, por lo que se enfadan y se apodera de ellos la ira.

El distanciamiento hacia el usuario al que los haters dirigen sus ataques lleva a una cierta deshumanización, de tal manera que es percibido como un objeto blanco de sus comentarios críticos y burlas, llegando incluso, en ocasiones, a ridiculizar, acosar y hasta amenazar.

El odio en redes también se ve influido por la inmediatez que genera el entorno online. Las plataformas social media contribuyen a que se produzcan reacciones espontáneas y, por tanto, más emocionales que racionales.

CLAVES PARA COMBATIR EL ODIO
La educación en el ámbito virtual. 

La concienciación de que nuestro comportamiento en Internet tiene sus consecuencias en el mundo real.

La disuasión. 

Cuando la actitud y el comportamiento de un hater persisten, existen algunos recursos que ofrecen las plataformas, como esconder sus respuestas en el caso de Twitter, o silenciar y bloquear. Además, se puede alertar a la propia plataforma sobre el comportamiento inadecuado de un usuario para que tome medidas.

LA IMPORTANCIA DE PEDIR AYUDA
Redes sociales
Cuando la actitud y el comportamiento de un hater persisten, existen algunos recursos que ofrecen las plataformas, como esconder sus respuestas en el caso de X (antes Twitter), o silenciar y bloquear. Foto: Pixabay.

Los efectos del hater pueden ser importantes para la víctima. En concreto, el usuario que es atacado puede aislarse y autolimitarse, dejando de hacer uso de las redes sociales y experimentando un impacto en el plano emocional y psicológico.

Por eso, es esencial contar con la presencia de un marco legal claro para perseguir la actividad de estas personas que se esconden detrás de un dispositivo tecnológico para insultar, vejar, acosar y amenazar.

Marysabel Aldana
Soy periodista con más de 10 años de experiencia, he trabajado en radio, televisión, medios escritos, lo que más me apasiona es contar historias, narrar eventos históricos y pensar que con mi trabajo dejaré una huella diferente en el mundo.
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