¿Merece tal título la red?
Hace treinta años, un estudio estimó que el 43% de usuarios adultos de Internet buscaron información de salud en los medios de aquel entonces. Actualmente, esa proporción es de 70% y varía según regiones y acceso a Internet. Eso ya significaba millones de consultas, que con los años y las nuevas bases de datos y buscadores, ha crecido, a tal punto que se considera que al menos una vez al año, los usuarios actuales de internet adultos, hacen una consulta sobre lo señalado y sobre prácticas de estilo de vida saludable. Hay miles de páginas WEB que tratan del tema.
¿Qué consulta el internauta sobre salud?
Se estima que el promedio de consultas por enfermedad que se hacen en la red, fluctúa entre el 60-80% (síntomas, diagnósticos, tratamientos). Muy cercano a esa proporción, el tema buscado es sobre dietas y nutrición y casi un 50% de internautas, lo hacen sobre estilo de vida saludable. Una de cada tres consultas, se realizan buscando manejos alternativos de enfermedades e indagación sobre efectos colaterales de tratamientos. Lo que sí es un hecho, es que muy pocos lo hacen en búsqueda de un médico para algún mal.
Actualmente, la búsqueda y las páginas sobre estilo de vida saludable se han multiplicado a gran velocidad y la atención que estos sitios merecen, va en crecimiento.
Y las fuentes de consulta sobre el tema
Especialmente en países desarrollados, los usuarios enfocan su búsqueda en centros asistenciales de fama mundial, que suelen tener páginas en internet, foros chats, abiertos al público, sobre aspectos médicos y servicios. Otra fuente lo son las instituciones estatales normativas y de control de enfermedades y medicamentos y revistas médicas de prestigio. Esa conducta tiene connotaciones diferentes en países desarrollados y subdesarrollados y entre grupos; pero de gran demanda en ambos grupos de países, son las redes sociales en que con frecuencia miles de usuarios vierten información tergiversada y no verídica o verídica a medias y experiencias propias. Los medios de comunicación tradicionales, cada vez pierden auditorio en este sentido.
Qué cabe esperar de este ejercicio
Sobre todo conocimiento es lo que se busca para aprender y un poco menos para verificar. Eso conlleva a lo que en la actualidad se llama alfabetismo en salud y mayor interés por saber sobre una enfermedad específica o de la de un ser querido. Un poco de consejería, también es razón de búsqueda y por supuesto, no falta indagación financiera sobre productos, procedimientos y todo tipo de atención.
Y sobre limitaciones ¿con qué podemos tropezar?
Hay varias, pero quiero referirme a las que creo de mayor importancia. Con lo que primero tropezamos es con saturación de información, que ahoga la selección de lo que se busca. En segundo lugar, con falta de certeza en la mayoría de casos o con evidencia útil a la vez de verdadera, dando lugar a errores o faltantes para una buena toma de decisiones. En tercer lugar, con lagunas sobre el origen de mucha de la información o con faltantes. Luego hay que considerar que hay mucha información presentada, que resulta llena de intereses comerciales y de otros tipos de interés, que desvirtúan la calidad de información y que resulta difícil de identificar al usuario común de esa información.
Tiene ventajas el acceso a información de salud en internet
Creo que sí. Muchos de esos centros de información, pueden funcionar como estímulos para el cuidado de la salud, mayor acceso a tecnologías, propiciar un manejo temprano y de mayor éxito de enfermedades, sobre su prevención y mayor conciencia sobre el cuido de la salud. Y en la actualidad, a todo ello se suma una mejor y mayor predicción sobre enfermedades, conservación de salud, identificación y predicción de riesgos.
Y sobre los riesgos del uso de la información
Una persona que no sea médico o tenga bases inadecuadas e insuficientes sobre salud y enfermedad, tiene limitaciones, primero, para buscar y luego para interpretar y nunca sabe con certeza necesaria, si se topó con un lugar en que lo que se informa es inseguro, inadecuado, presentación mal intencionada, desactualización, mala redacción o lectura. Todo ello si se reúne en una consulta a una página, genera al final una serie de errores de interpretación y uso y puede ser factor de riesgo para una mala evolución de una enfermedad, tratamiento o malas acciones sanitarias, según sea el caso.
Es por ello que, un adecuado y útil uso de esta información, requiere de compartirse y discutirse con personas capacitadas para su entendimiento e interpretación: profesionales de la salud.
Cómo corregir los defectos y limitaciones de las fuentes
Sugeríamos en el apartado anterior, que la información sobre salud que uno persona reúna, debe compartirla con un conocedor de confianza sobre el tema y enfermedad, antes de emplearla y si es sobre una enfermedad, lo ideal sería que un médico tratante le oriente sobre utilidad y fiabilidad de fuentes de información y sobre la seguridad de estas y confidencialidad para caer en interpretaciones. Con ello se evita en parte defectos y limitaciones de la fuente y errores de interpretación.
Toda persona que ha consultado y extraído información de salud de una fuente de internet, debería tener por rutina, la posibilidad de contrastarla con otros saberes al respecto, ya sea d personas calificadas o documentos veraces y con fuentes de información nacionales, como podrían ser los protocolos del sistema de salud sobre diversos aspectos de salud, enfermedad y saneamiento.
Pero ideal sería que el sistema nacional de salud, los colegios profesionales de medicina, las universidades, especialmente las nacionales, fueran sistemáticamente críticos de estos servicios y orientar al público sobre su uso.
Y sobre el uso de la información en salud de internet, por los profesionales de salud ¿qué podemos decir?
No podemos pasar por alto, que el sector de cuidadores de la salud que abarca, diversas disciplinas como médicos, enfermeras, farmacéuticos, químicos biólogos, trabajadores sociales, etc. cada vez más son usuarios de la red (divulgadores y recolectores de información) y cada vez menos reticentes para usar Internet y aunque la mayoría de veces lo hacen para uso personal, sería bueno que lo hicieran más, para orientar a sus pacientes, en una adecuada búsqueda, uso e interpretación, del material de salud disponible en la red.
En la etapa de preparación profesional, los estudiantes de las distintas ramas de la salud, hacen ya uso extensivo de Internet para aprendizaje, investigación y formación académica y continua. Hoy la autoeducación se fortalece y va más allá de las aulas universitarias.
Qué impacto está teniendo la información en salud de Internet, en la relación médico-paciente
Es evidente que la información clínica y sanitaria, está cambiando la relación no solo médico-paciente sino con los sanos y la población también. En todos estos grupos, la relación y participación de los afectados, se está transformando de algo pasiva a algo más activo y dinámico. De tal manera que juega un papel más participativo en toma de decisiones sobre conductas y tratamientos para lo que les pasa y padecen. La disponibilidad de información clínica y sanitaria en línea, ha empoderado a los pacientes, quienes ahora participan de manera más activa en la gestión de su salud. Este cambio se debe a varios factores:
Acceso a la Información: Con el auge de internet, los pacientes pueden acceder a una vasta cantidad de información sobre enfermedades, tratamientos y opciones de cuidado y estilos saludables de vida. Esto les permite informarse sobre sus condiciones y ser más proactivos en sus consultas médicas.
Educación del Paciente: La educación sobre la salud se ha vuelto más accesible. Los pacientes pueden aprender sobre los factores que afectan su salud, lo que les permite tener conversaciones más informadas con sus médicos y tomar decisiones más fundamentadas respecto a su tratamiento y prevención de enfermedades y vida más saludable
Expectativas Cambiantes: Los pacientes ahora esperan que los profesionales de la salud no solo se limiten a proporcionar diagnósticos y tratamientos, sino que también escuchen sus opiniones y preocupaciones. La relación se ha transformado en un diálogo más equitativo hacia un fin: toma de decisiones.
Tecnología y Herramientas Digitales: Las aplicaciones de salud, foros en línea y redes sociales, cada vez más permiten a los pacientes compartir experiencias, buscar apoyo y acceder a recursos que antes estaban fuera de su alcance. Esto fomenta un sentido de comunidad y empoderamiento.
Telemedicina y Consultas Virtuales: La pandemia de COVID-19 aceleró la adopción de la telemedicina, lo que ha ampliado las opciones de atención y ha permitido a los pacientes interactuar con profesionales de la salud desde la comodidad de su hogar.
Qué hay que optimizar
La variabilidad de contenidos de salud en Internet, plantea dudas sobre la validez y fiabilidad de la información disponible, especialmente en el ámbito de la salud. Tanto los sistemas de salud, como los colegios profesionales y las asociaciones de pacientes, deberían abordar estas preocupaciones mediante un análisis riguroso de las fuentes de información. La falta de fiabilidad puede llevar a decisiones erróneas que impactan gravemente en la salud de los pacientes.
Es esencial establecer criterios claros sobre la calidad de las fuentes de información en salud de los distintos sistemas de información de Internet, tanto a nivel nacional como internacional. Esto implica la necesidad de realizar estudios que evalúen la veracidad y la interpretación de los contenidos informáticos de páginas, foros y otras modalidades de internet con información sanitaria. Además, se requiere la implementación de planes de formación dirigidos a diferentes grupos de usuarios, para mejorar su capacidad de búsqueda y análisis crítico de los datos.
La estandarización de los sistemas de evaluación de la calidad de la información es fundamental. Todos los actores involucrados, desde profesionales de la salud hasta ciudadanos, buscan información precisa y accesible sobre sus problemas de salud. Las herramientas informáticas actuales, están mejorando la capacidad de los médicos para acceder y utilizar información relevante, permitiendo una atención más personalizada.
En resumen
Para los profesionales de salud, la información en Internet debe ser considerada como un recurso complementario a su trabajo; como una ayude para tomar decisiones más informadas y basadas en evidencia científica.
Para los pacientes y la población, esta información amplía su conocimiento y fomenta un diálogo más enriquecedor con los proveedores de salud. Es crucial destacar que la información en Internet, no reemplaza la atención profesional, sino que la complementa y mejora la comunicación.
Finalmente, existe una necesidad urgente de realizar estudios que evalúen la suficiencia, confiabilidad y veracidad de las fuentes de información de salud en Internet, así como de orientar a los diferentes grupos de usuarios en su uso e interpretación.