Primera: un producto lanzado hace algún tiempo para el control glicémico en diabéticos tipo2 «Wegovy» a partir de ahora se ha convertido en el primer medicamento aprobado por la FDA para bajar de peso y también para ayudar a prevenir eventos cardiovasculares potencialmente mortales en adultos con enfermedades cardiovasculares y obesidad o sobrepeso (muerte cardiovascular, infarto de miocardio no mortal o accidente cerebrovascular no mortal) -afirmó John Sharretts, MD, director de la División de Diabetes, Trastornos de Lípidos y Obesidad en el Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA. Este es un producto considerado agonista del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1) y se recomienda su uso intramuscular una vez por semana para reducir los riesgos de eventos cardiovasculares adversos importantes (MACE).
Antes Wegovy estaba indicado en combinación con una dieta baja en calorías y un aumento de la actividad física para reducir exceso de peso corporal y mantenimiento de la reducción de peso a largo plazo en adultos con obesidad (IMC ≥30 kg/m 2 ) o con sobrepeso (IMC ≥27 kg/m 2 ) en presencia de al menos 1 condición comórbida relacionada con el peso.
Pero atención a los con sobrepeso y obesidad: no se trata de inyectarse y ya está. No es una medicina mágica. El mayor estudio realizado en Latinoamérica de sobrepeso en más de 150,000 individuos (edad 52 ± 13 años) desde el 98 al 2004 y luego vueltos a evaluar entre el 2015 al 2019 (seguidos por 18 ± 4 años) nos muestra que cuando las personas se ejercitan dos veces por semanas en actividad de duración al menos 30 minutos en comparación con los que no se ejercitan la probabilidad de enfermedad cardiovascular disminuya y esto, por supuesto, sale más barato. Así que si algún día va a usar la inyección, no se olvide de acompañarse de la perspectiva preventiva desde hace mucho conocida como muy eficaz: ejercicio y dieta. Como bien señala el epidemiólogo mexicano, El Dr. Tapia-Conyer: hay que considerar siempre que en cualquier enfermedad no se puede ser extremoso en los tratamientos. Para el caso del estudio de ejercicio o de la inyección no significa: «Ya no te preocupes de hacer actividad, con que hagas un rato unos días alcanza y es suficiente o ya no te preocupes de dieta y ejercicio, con la inyección basta. No, una cosa no excluye otra».
La otra noticia que me impactó por sus posibles consecuencias éticas y especialmente de modificación ambiental de la biosfera; es decir para bien o para mal, es una hoja de ruta que se ha establecido para desarrollar la capacidad de secuenciar cualquier molécula de ARN de cualquier sistema biológico con todas sus modificaciones. Trabajo liderado por un organismo de supervisión establecido como la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca y en manos no adecuadas, esto podría tener impactos que podrían ir mucho más allá de las ciencias biomédicas y la salud.
¿Por qué es importante el ARN? Como bien dice el comunicado reciente de la National Academies Sciences engineering medicine al explicar esto: El ARN hace que el ADN entre en acción en todas las células vivas transfiriendo instrucciones del ADN en el núcleo al citoplasma donde se producen las proteínas. Cada célula de cada organismo tiene un conjunto diferente de moléculas de ARN modificadas que forman su epitranscriptoma. Los epitranscriptomas cambian constantemente a medida que las células se desarrollan y responden a su entorno. Y concluyen diciendo: Actualmente, sin conocer la composición exacta de todas las moléculas de ARN que se derivan de cada gen, la capacidad de los investigadores para comprender los fundamentos moleculares de la salud y la enfermedad es muy limitada. El ARN puede actuar como indicador de la salud de un paciente, es una vía potencial para administrar tratamientos y proporciona información en tiempo real, sobre lo que está cambiando y sucediendo en un organismo. Sobre la utilidad de la investigación de esta molécula, basta con recordar que gracias a esa investigación, los científicos pudieron producir rápidamente una vacuna contra la COVID basada en el ARNm.
Finalmente la tercera noticia tiene que ver con una publicación de la National Academies of Sciences Engineering and Medicine interrogándose sobre la seguridad y beneficio de los alimentos de mar.
Hablando de la seguridad, comprender la seguridad de los productos del mar es un proceso complicado que requiere información sobre cada tóxico potencial, para cada especie que se consume comúnmente. Luego se necesita información sobre la cantidad de cada especie consumida por los distintos grupos de etapas de la vida (desde el nacimiento hasta los 18 años, mujeres embarazadas o lactantes, etc.). Encontrar información al respecto es imposible, son escasísimos los estudios al respecto.
En cuanto a salud no cabe ninguna duda: Los mariscos, los peces, moluscos y crustáceos marinos y de agua dulce, son un alimento proteico y a la vez una rica fuente de nutrientes necesarios durante el embarazo y la lactancia, así como de aquellos vitales para apoyar el crecimiento y el desarrollo desde la infancia hasta la adolescencia. Y ahora su importancia con el punto anterior, aunque los alimentos marinos son una fuente importante de nutrientes clave, también pueden ser una fuente de exposición a contaminantes como el metilmercurio, substancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, dioxinas, bifenilos policlorados y peligros microbiológicos, que pueden ser perjudiciales para la salud del consumidor. Cuatro metales (arsénico, plomo, cadmio y mercurio), pueden tener efectos adversos en el desarrollo infantil, particularmente en el neurodesarrollo. De tal forma que uno piensa que no se puede pasar por alto, especialmente en nuestro país donde vertimos al mar cuanta porquería se nos ocurre, esa yuxtaposición de beneficios nutricionales y riesgos toxicológicos asociados con el consumo de productos del mar. Por consiguiente, alimentación marina y seguridad, es un área de trabajo epidemiológico que el país no ha afrontado con la seriedad que merece el caso.
A pesar de que los datos de consumo indican que las generaciones más jóvenes consumen menores cantidades de micronutrientes provenientes de alimentos marinos, excepto vitamina B12, es muy posible que ante la evolución demográfica y el deterioro de la biosfera terrestre, en un futuro próximo, los alimentos provenientes del mar serán una fuente no despreciable y de ahí su necesidad de conocer el daño que esta tiene y el impacto en la salud que puede tener ese cambio de dieta futuro en el ser humano. Lo que si resulta cierto en estos momentos es que, la mayor parte de los productos del mar que se consumen, provienen de compras minoristas y se ingieren en el hogar como parte del almuerzo.
Los programas de educación nutricional en nuestro medio ponen poco énfasis en los alimentos marinos o de aguas dulces y ello a pesar de que la evidencia actual sobre el contenido de nutrientes de esos alimentos indica, que son una fuente rica de múltiples nutrientes, incluyendo vitamina D, calcio, potasio y hierro, que se identifican como nutrientes de salud pública.