El cáncer de próstata es una neoplasia maligna que afecta a los hombres, especialmente a los de mediana edad entre 45 y 60 años y contribuye significativamente, al aumento de las tasas de mortalidad en los hombres a nivel mundial.
Las etapas de aparición y progresión del cáncer, están indicadas por los procesos moleculares, genes y vías de señalización, que son importantes en las diferentes etapas del cáncer. El primer signo de cáncer de próstata es una inflamación de la glándula prostática, como resultado de una división celular incontrolable. Esta división celular incontrolable, es causada por mutaciones que surgen debido al ADN dañado.
Los factores de riesgo relacionados con el cáncer de próstata, incluyen el riesgo familiar, el origen étnico, la edad, la obesidad y otros factores ambientales.
A diferencia de otros cánceres como el de piel, mama, colon y pulmón, existen relativamente pocos factores de riesgo prevenibles con pruebas sólidas, para reducir el riesgo de cáncer de próstata. Aparte de los factores de desarrollo, el diagnóstico de sobrepeso u obesidad son los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de próstata avanzado, pero no existe evidencia suficiente para extender esta conclusión al cáncer de próstata no avanzado.
Los resultados de un estudio sueco reciente practicado en 57,652 hombres que completaron pruebas de aptitud física en bicicleta, en relación con una evaluación de su perfil de salud en algún momento entre los años 1982 y 2019, parece indicar que con un poco de mejora de capacidad física, los hombres por encima de los treinta años, no digamos aún mayores, pueden disminuir el riesgo de cáncer de la próstata.
En el estudio antes mencionado, en promedio, en los investigados transcurrieron 4.9 años entre las dos pruebas de aptitud física. Además, se les hizo mediciones del peso, altura y la presión arterial y los hombres respondieron preguntas sobre el estilo de vida y la salud percibida. Después de la última prueba de aptitud física, los hombres fueron seguidos en los registros nacionales durante un promedio de 6.7 años, y se pudo identificar que 592 hombres desarrollaron cáncer de próstata y 46 hombres murieron a consecuencia del cáncer de próstata. Se excluyeron los hombres afectados por cáncer de próstata, antes de la última prueba de aptitud física.
El resultado mostró que un aumento en la condición física entre las pruebas, covariaba con un riesgo significativamente menor de sufrir cáncer de próstata durante el período de seguimiento. Se observó una tendencia similar en el riesgo de morir por cáncer de próstata, pero esa reducción del riesgo no fue significativa, probablemente porque pocos hombres murieron por cáncer de próstata en el estudio.
Los participantes también se dividieron en tres grupos; aquellos que deterioraron su condición física en un tres por ciento o más por año, aquellos que aumentaron su condición física en un tres por ciento o más por año y aquellos que permanecieron estables en su condición física (- tres por ciento a + tres por ciento por año). Aquellos cuyo estado físico había mejorado en un tres por ciento o más por año, tenían un riesgo de 35 por ciento menor de desarrollar cáncer de próstata, en comparación con el grupo que había empeorado su estado físico.
Lo interesante del estudio, es que los autores en un gran grupo de hombres, pudieron investigar los cambios en la condición física entre dos mediciones repetidas y el riesgo de cáncer de próstata. En otros estudios, la aptitud física, generalmente se estudiaba en un momento determinado, y luego una mayor aptitud física a menudo covaría con un mayor riesgo de cáncer de próstata en particular.
Este estudio es claro que tiene sus limitaciones: es un estudio observacional y en esas circunstancias, no se puede ser concluyente completamente sobre causa y efecto. Por otro lado, un factor importante que no toca este estudio es la importancia genética. Existe ya prueba documentada, de la contribución genética al cáncer de próstata. El cáncer de próstata hereditario y la predisposición genética de este cáncer, se han estudiado durante años. Uno de los factores de riesgo genéticos más predisponentes al cáncer de próstata es la herencia familiar.
Tampoco podemos olvidarnos de la inflamación, de procesos inflamatorios, que se asocia con un mayor riesgo de cáncer de próstata (avanzado); por lo tanto, existe un enfoque cada vez mayor en comprender el papel de la condición física en el riesgo de cáncer, debido a las asociaciones entre una buena condición física y la inflamación sistémica. Además, la capacidad física, la buena condición física, son factores determinantes en la lucha contra la obesidad, la dislipidemia y la sensibilidad a la insulina.
Por tanto y ante lo visto y conocido sobre este cáncer, nada se pierde y mucho puede ganarse con tratar en la edad entre los treinta y cincuenta años, mejorar y mantener una condición física, como medida para evitar el cáncer de próstata.
Las opciones actuales de tratamiento disponibles para el cáncer de próstata son: vigilancia activa, quimioterapia, radioterapia, terapia hormonal, cirugía y crioterapia. Los tipos de tratamiento, están sujetos a la naturaleza del tumor y su evolución.
El estudio mencionado puede encontrarse en: https://bjsm.bmj.com/content/early/2024/01/03/bjsports-2023-107007