Vamos a hablar de un agente tóxico. Originalmente la cantaridina es una substancia toxica (toxina) que la produce y se extrae de los escarabajos coleópteros, que en su nombre vulgar son conocidos como mosca española aunque no es una mosca.
Tradicionalmente en otros continentes no en el nuestro, se utilizaba como afrodisíaco, vesicante o abortivo.
Cuentan que las andanzas de Fernando -esposo de Isabel la Católica- por el mundo del sexo fueron mayores luego que enviudó y algunos argumentan que la razón fue que no quería dejarle el reino a su yerno. Y en esa persistencia de andanadas, se volvió un adicto a la cantaridina, la viagra de la época, un compuesto químico venenoso, producido por coleópteros de la familia Meloidae, pero que producía una erección de caballo.
Desde entonces son cientos de productos que los buenos hombres han probado, con tal de no quedar mal a sus mujeres sin que ninguno de ellos pase de moda, incluso la Cantaridina. En la Francia del siglo XVIII, se le bautizó con el curioso nombre de “caramelos de Richelieu”.
Pero la historia de esta droga, su uso, no es tan reciente como para situarla con el descubrimiento de América. Su uso se remonta a Hipócrates. Desde entonces hasta la actualidad ha sido empleada como medicamento con diferentes indicaciones. Los primeros usos farmacológicos registrados de cantaridina se remontan a la dinastía Han en China y en Europa durante el año 50-100 d.C. El escarabajo ampolla macho del orden Coleoptera y de la familia Meloidae, produce cantaridina en forma líquida que se almacena en su tubo digestivo. Fue aislada por primera vez por el químico francés Pierre Jean Robiquet en 1812 y sintetizada en 1952.
Las aplicaciones médicas a lo largo de la historia han sido múltiples, una de ellas ha sido como agente afrodisíaco. Plinio en su obra Historia Natural la cita varias veces: «tiene la propiedad de quemar la carne, también provocan la orina; por esto las daba Hipócrates a los hidrópicos«. Disocórides le atribuye propiedades litontrípticas y también describe sus peligros, puesto que al ingerirse «hace orinar sangre y corro la vejiga y los riñones«. También se conocía sus efectos sobre la erección: «tienen tanta eficacia en provocar la luxuria estos animalejos«
En la década de los cincuenta, los productores y más los comercializadores de cantaridina, no lograron producir datos científicos sobre su eficacia, lo que provocó que en 1962 el medicamento perdiera la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA). Pero nunca es tarde. En 1998, la cantaridina fue aprobada mediante una enmienda a los estatutos de la FDA denominada «Lista de sustancias a granel«. Esta regulación restringe la cantaridina al uso en el consultorio y para que la aplique únicamente un médico. Lo real es que su uso por la práctica médica moderna ha ido menguando definitivamente y se volvió controvertida. A pesar de la controversia, el papel de la cantaridina sigue siendo el tratamiento preferido en muchos consultorios médicos para tratar algunas enfermedades.
Existen varias formulaciones de la misma, aunque su disponibilidad limitada impide su uso generalizado. Y en lo que más se usa es en: verruga vulgar (incluidas las verrugas plantares, peri/subungueales) y en una enfermedad llamada molluscum contagiosum (MC). Las indicaciones no autorizadas incluyen eliminación de callos, leishmaniasis cutánea, herpes zoster y dermatosis perforante adquirida. Los factores que pueden alterar este período de tiempo son el volumen o la concentración de cantaridina utilizada, el tiempo de contacto (de cuatro a veinticuatro horas), la oclusión o la sensibilidad a la cantaridina.
La cantaridina es un inhibidor de la proteína fosfatasa 1 y la proteína fosfatasa 2. Aplicada sobre la piel, la cantaridina produce erupciones, enrojecimiento e irritaciones. Consumida por vía oral produce irritaciones en el aparato urinario y la erección del pene. Por esa razón, erróneamente se creía que se trataba de un afrodisíaco.
Además, se ha utilizado como modelo inflamatorio y en el tratamiento del cáncer como citostático, actualmente está limitado por su alta toxicidad. Los efectos secundarios más graves, pero menos comunes son linfangitis, celulitis bacteriana secundaria, cicatrices y dermatitis vesicular variceliforme.
Los efectos adversos son leves, pero comunes, y se deben tomar medidas adecuadas para aumentar la tolerabilidad, particularmente en la población pediátrica.
Lo cierto es que como afrodisíaco se olvidó su uso. En la historia, el rey Fernando finalmente no logró triunfar y muerto ya su yerno, y él sin posibilidad de tener heredero con su segunda esposa, traslada el poder a su nieto el futuro Carlos I de España y V de Alemania. Carlos I siendo aún menor de edad si lía con su abuelastra y tiene una hija con ella.
La intoxicación que puede provocar la cantadirina, ha sido ampliamente reportada, generalmente asociada con complicaciones gastrointestinales, como hemorragia digestiva, y trastornos genitourinarios, como hematuria y lesión renal aguda.
Entonces aclaremos su uso afrodisiaco: es un mito. Probablemente inducido por la observación de congestión pélvica y priapismo en intoxicaciones, y su ingestión con esta intención, suele asociarse a intoxicaciones graves o mortales.
Este caso pretende ilustrar la no despreciable tendencia de la población actual a consumir productos de origen no controlado con exposición creciente a sus efectos tóxicos. La intoxicación por cantaridina ha sido demostrada, sobre todo teniendo en cuenta su alta toxicidad sistémica, con especial énfasis en la afectación neurológica y renal.