Se suele decir que el hombre existe entre la carne y el espíritu. A través de la interacción de ambos aspectos se manifiesta la salud y la enfermedad y también actúan las terapias.
Se suele decir que el hombre existe entre la carne y el espíritu. A través de la interacción de ambos aspectos se manifiesta la salud y la enfermedad y también actúan las terapias. Foto: Cortesía.

Como tratamiento médico complementario más que como terapia única, en medicina las intervenciones asistidas por animales (IAA) se viene afirmando que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes, como tratamientos médicos complementarios. 

Se suele decir que el hombre existe entre la carne y el espíritu. A través de la interacción de ambos aspectos se manifiesta la salud y la enfermedad y también actúan las terapias. Psicólogos e investigadores han sostenido muchas veces, que existe una respuesta terapéutica a multitud de hechos y acciones, no necesariamente solo a los químicos de los medicamentos, que favorecen el control y la curación de muchas enfermedades. Los riesgos y desafíos de las curas populares, involucran también a los animales, a los que la gente les atribuye magia en la curación. Muchas personas están convencidas que los animales, ciertos animales, tienen poderes mágicos de curación y, por lo tanto, pueden curar varios trastornos y despertar nuevos derroteros neurológicos para ello, que pueden incluso ser más efectivos que la medicina química. No obstante, las investigaciones científicas aún no están a punto, para de descubrir los secretos de los poderes curativos y místicos de los animales, como ya se conocen los de las plantas.

De tal manera que no es raro que los médicos se topen con pacientes que acuden a terapias con animales. Padres angustiados y desesperados que están dispuestos a usar cualquier cosa para ayudar a sus hijos con trastornos crónicos como el asma, haciéndoles convivir con un perro chiguagua por ejemplo. En general, todos los que usan IAA, esperan que, gracias a alguna fuerza desconocida, las criaturas del reino animal transformen mágicamente el cuerpo y la mente de su enfermo. Y eso tiene una explicación: la mayoría de enfermedades especialmente las de carácter crónico, constituyen una amenaza para el bienestar físico, psicológico y social del paciente. Las terapias tradicionales, de las cuales no podemos excluir las IAA, pueden actuar en esos tres niveles en forma exclusiva o mezclada.

Las IAA son usadas usualmente en enfermedades crónicas y las promesas del uso de la IAA en ciertas culturas no conoce límites: se afirma que ayuda desde el síndrome de Down, el SIDA, la epilepsia, la parálisis cerebral, el autismo, las dificultades de aprendizaje, la ceguera, la sordera el coma, el asma, incluso a llevar con paz y mejor, muchas de las enfermedades crónicas.

Los mecanismos de acción sugeridos por las IAA incluyen desde campos de bioenergía conocidos y por conocerse de los animales, como sonidos y substancias vaporosas y señales perceptibles desconocidas e incluso la capacidad de alterar directamente las «ondas corporales de todos los órganos humanos». 

Carl Sagan, eminente científico del siglo pasado y apasionado conocedor de lo humano decía que: «Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias». Las afirmaciones de los poderes curativos que se atribuyen a los animales, de sus atributos realmente extraordinarias, confirman la verdad de la afirmación de Sagan. Pero en la actualidad, aún estamos ante un hecho real: no hay pruebas que respalden actualmente con evidencia, las razones y propiedades atribuidas a los animales. La mayoría de las afirmaciones se basan en rumores, autoinformes y experimentos, extremadamente mal diseñados. Sin embargo, no se ha podido descartar ante la evidencia en algunos casos con efecto positivo, el efecto placebo, el efecto producto de creer que hay un efecto, o simplemente la reacción positiva de la persona ante una nueva experiencia de relación afectiva. Todo esto explica con evidencia para muchos médicos, por qué la terapia IAA ha llevado a mejoras en algunos de sus pacientes. En cualquier caso, estas explicaciones son más posibles, que explicaciones producto de propiedades propias de los animales y ¿Por qué? 

A menudo, independiente de edad y sexo, los pacientes con enfermedades crónicas experimentan efectos nocivos para la salud, debido al estrés significativo que implica controlar la enfermedad y sus tratamientos. Este estrés puede provocar un aislamiento social significativo, al afectar las relaciones con los seres queridos y el personal médico; la relación con una mascota, puede reducirlo. También contribuyen al estrés, los síntomas relacionados con la enfermedad como la fatiga, que puede afectar negativamente el estado de ánimo y, potencialmente, la función inmune, una mascota puede hacerlo más llevadero. Por lo tanto, proporcionar un tratamiento holístico, requiere atender los aspectos psicosociales en que la mascota es útil.

¿Evidencias científicas? Trabajando con delfines sobre el impacto de sus sonidos de alta frecuencia en los niños con discapacidades, un equipo de científicos Alemanes siguió de cerca las sesiones de interacción de delfines y niños con discapacidades mentales y físicas. Lo que descubrieron que, en su mayor parte, los delfines ignoraban a los niños y apenas se comunicaban entre sí a altas frecuencias. Pero esas eran interacciones muy rápidas y poco amigables, muy diferente a la que se puede dar con otros animales como perros y en consecuencia estudios de ese tipo, difícilmente pueden tenerse en cuenta y resultan poco concluyentes. Otros estudios con animales domésticos como perros, han encontrado que acariciarlos produce una sensación placentera disminuye la tensión y el paciente encuentra más confort en su medio emocional y corporal (alteración positiva de signos vitales).

En realidad se puede afirmar, como de hecho lo hacen muchos investigadores serios, que en la actualidad los estudios sobre la temática de IAA, no cumplen con los estándares mínimos de los ensayos clínicos (tamaño de muestra pequeño, grupos de control inadecuados, incapacidad para separar las influencias de entornos, tiempos, etc).

Si usted usa terapia IAA hay cosas que debe cuidar en su enfermo: no descuidar otras terapias o modificarlas o descuidar seguimiento de casos incluso exposición a lesiones. Además, existe la posibilidad de transmisión de enfermedades de la mascota que debe vigilar y no debe olvidarse de costos financieros.

¿Cuestión ética en IAA a cosiderar? Mal trato a los animales. No necesariamente tenemos derecho a capturar animales inteligentes con relaciones sociales y sistemas de comunicación complejos y convertirlos en terapia, esto probablemente podría estar justificado si estos animales realmente tuvieran misteriosos poderes curativos. Pero entonces necesita pruebas contundentes de que pueden.

En resumen: Se hace necesaria una teoría más contundente de la camaradería itinerante entre animal y paciente, no a pesar de y contra la técnica y la racionalización, sino a través de y con ella. Solo luego de investigaciones serias, se hará visible el fenómeno original de todo suceso patológico: la relación, entre enfermo, verdad, de padecimiento y tratamiento animal y entender resultados y actuar favorable de IAA sobre las limitaciones que imponen las enfermedades.

No cabe duda que en estos momentos, el fundamento central del uso de la IAA es el apoyo social y psicológico al enfermo. Esto esencialmente se fundamenta en que los humanos mantenemos redes de apoyo de diversa complejidad y magnitud que pueden determinar las reacciones al estrés. La IAA es una forma de sumar a esa red, pero su impacto debe ser mejor estudiado, para reforzar lo positivo aunque anecdótico de esta terapia: la relación dinámica entre personas y animales de tal manera que cada uno, influye en el estado psicológico y fisiológico del otro.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
Artículo anteriorAmparo de Porras eleva presión en su contra
Artículo siguientePanamá evalúa en visita a jungla del Darién el impacto ambiental y social de migrantes