Foto La Hora: Cortesía.

 

Usted y yo usamos objetos, nos ponemos ropa, respiramos aire, sin saber con exactitud qué contienen y de que están compuestos. Por consiguiente, es probable que usted nunca haya estado escuchando el término PFAS, incluso apostaría que el término es nuevo para usted, y realmente será un misterio lo que hacen o nos afectan estos «químicos para siempre». Y créame, se encuentran en todo lo que usted se topa diariamente, desde su ropa, utensilios de cocina, alfombras implementos deportivos.

Pues bien, PFAS significa sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, que son un gran grupo de productos químicos fabricados por el hombre y no se asuste pues es un químico dentro de los probables 9,000 compuestos químicos que se utilizan ampliamente en productos de consumo y en la industria. Un enlace carbono-flúor y se utilizan por sus características persistentes, como su capacidad para resistir el agua, el calor y la grasa.

Y usted se preguntará si muchos de ellos son malos incluyendo el PFAS ¿por qué los usan? y muchos le dirán para proteger, hacer resistentes algunos productos, que se yo, para darle utilidad a utensilios y materiales de la vida diaria del hombre moderno. En el caso de nuestro producto, la ropa y los cosméticos impermeables para exteriores, la tapicería y las alfombras resistentes a las manchas, los envases de alimentos diseñados para evitar que se filtren líquidos o grasas, y ciertos equipos de extinción de incendios a menudo contienen PFAS. Varios estudios han encontrado que la mayoría de los productos etiquetados como resistentes a las manchas o al agua contienen PFAS, y este incluso se ha encontrado entre los productos etiquetados como «no tóxicos» o «verdes». Los PFAS también se encuentran en lugares inesperados, como ceras y snowboard de alto rendimiento, ceras para pisos y dispositivos médicos. Y me pregunto si también en las computadoras. Ahora si vale ya su pregunta: ¿cuál es el problema? La respuesta es corta. La respuesta corta las PFAS que son perjudiciales para la salud humana y el medioambiente. Y aunque usted no lo crea algunas de las mismas propiedades químicas que hacen que las PFAS sean útiles y atractivas de usar en los productos, también significa que estas sustancias químicas persistirán en el medioambiente durante generaciones. Entonces cabe concluir que debido al uso generalizado de PFAS, estos ahora están presentes en el agua, el suelo y los organismos vivos y se pueden encontrar en casi todas las partes del planeta, incluidos los glaciares del Ártico, los mamíferos marinos, las comunidades remotas que viven con dietas de subsistencia y en el 98% del público urbano de todos los continentes. ¿Aún no satisfecho con la respuesta? Continuemos entonces.

Una vez que las personas se exponen a las PFAS, las sustancias químicas permanecen en sus cuerpos durante mucho tiempo (de meses a años, según el compuesto específico) y pueden acumularse con la edad. Una revisión reciente realizada por un panel de expertos que llevó a cabo la investigación sobre la toxicidad de las PFAS, concluyó con un alto grado de certeza que las PFAS contribuyen a la enfermedad de la tiroides, el colesterol elevado, el daño hepático y el cáncer de riñón y testicular. Además, concluyeron con un alto grado de certeza, que las PFAS también afectan a los bebés expuestos en el útero al aumentar su probabilidad de nacer con un peso más bajo y responder de manera menos eficaz a las vacunas, al tiempo que perjudican el desarrollo de las glándulas mamarias de las mujeres, lo que puede afectar negativamente su capacidad de amamantar y por consiguiente daña ello al bebé en fase de amamantamiento.

Esos expertos también encontraron evidencia de que el PFAS puede contribuir a una serie de otros trastornos, aunque se necesita más investigación para confirmar y mencionan: enfermedad inflamatoria intestinal, reducción de la fertilidad, cáncer de mama y una mayor probabilidad de aborto espontáneo y de desarrollar presión arterial alta y preeclampsia durante el embarazo. Y continúan con los bebés hablando de que la investigación sugiere que los bebés expuestos prenatalmente, tienen un mayor riesgo de experimentar obesidad, pubertad de inicio temprano y reducción de la fertilidad más adelante en la vida. Como usted podrá deducir las PFAS constituyen un factor de riesgo alto para que puedan aparecer muchas enfermedades y más si se detectan en substancias como el agua y productos comestibles.

Que mal se ve todo y entonces viene su pregunta ¿y por qué no se regula su uso? Déjeme contarle una historia, pero antes y para empezar, grávese esto, las PFAS, perón, los productos químicos PFAS existen desde finales de la década de 1930. Ahora la historia: cuando un científico de DuPont creó uno por accidente durante un experimento de laboratorio. DuPont lo llamó –y ahora si va a brincar porque si lo conoce– teflón, que finalmente se convirtió en un nombre familiar por su uso en sartenes antiadherentes. Pero no es sino muchas décadas posteriores, en 1998, cuando el fabricante de Scotchgard, 3M, un repelente de derrames y manchas de tapicería de tela, notificó a la Agencia de Protección Ambiental que aparecía una sustancia química PFAS en muestras de sangre humana. Lo triste de la historia es que no fue sino hasta ese momento en que 3M dijo que se habían detectado niveles bajos del químico fabricado en la sangre de las personas desde la década de 1970. Y le termino de contar que a pesar de la larga lista de riesgos graves para la salud relacionados con las PFAS y la enorme inversión en investigación relacionada con las PFAS en los últimos años, las PFAS no han sido reguladas a nivel de muchísimos países y no espere el milagro en el nuestro, lo que se puede sacar en conclusión de lo que hacen los países más poderosos es que han emitido avisos y pautas basadas en la salud para dos compuestos de PFAS: PFOA y PFOS, en el agua potable, aunque estas pautas no son estándares legalmente aplicables en casi ningún país.

La medicina defensiva ¿bueno o malo?

También se ha tratado de regular su uso en otros utensilios de la vida diaria y lo cierto en este momentos es que con el tiempo, vamos aprendiendo más sobre las posibles amenazas que plantean estos ingredientes y se van encontrando formas alternativas y seguras de lograr efectos deseables en los productos de otra manera; por ejemplo en la historia contada, la empresa que produce Scotchgard desde entonces ha cambiado a una fórmula alternativa que utiliza sulfonato de perfluorobutano (PFBS) en lugar de PFAS pero, aunque el PFBS no es tóxico, sin embargo, persiste en el medioambiente y nadie sabe si es seguro para nuestro cuerpo y el medioambiente, la respuesta aún no está clara.

En fin, según el conocimiento científico actual, la mayoría de las personas están expuestas a muchos químicos como estos, a través de la dieta, aunque la exposición al agua potable y al aire puede ser también significativa. Y la pregunta final ¿qué hago?

Las mejores formas de protegerse a sí mismo y a su familia de los riesgos asociados con las PFAS son informarse sobre las posibles fuentes de exposición.

Los productos etiquetados como resistentes al agua o a las manchas tienen muchas posibilidades de contener PFAS. Verifique los ingredientes de los productos que compra y busque nombres químicos que contengan «fluor-«. También es probable que nombres comerciales específicos, como Teflon y Gore-Tex, contengan PFAS. Verifique si hay fuentes de contaminación cerca de usted, como agua potable o industrias relacionadas con PFAS en el área.

Algo novedoso a tomar en cuenta: la ropa para niños resistente a las manchas o al agua se anuncia como «ecológica» o «no tóxica», aún podría contener PFAS. PFAS se ha encontrado en uniformes, almohadas, muebles tapizados y varios otros artículos. Ninguna de las etiquetas de esos productos advertía la presencia de productos químicos.

La exposición de los niños a PFAS es motivo de especial preocupación porque el tamaño más pequeño de los niños, los cuerpos en desarrollo y los cambios hormonales y fisiológicos pueden hacerlos más susceptibles a los efectos de PFAS.

En resumidas cuentas, las sustancias químicas nocivas conocidas como PFAS se pueden encontrar en todo, desde la ropa de los niños hasta el suelo y el agua potable, y la regulación de estas sustancias químicas ha sido un objetivo de los investigadores de salud pública y ambiental durante años y aún no se está del todo claro. Entonces en sus manos solo queda Prevenir antes que lamentar.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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