Hoy conmemoramos el centenario de la masiva manifestación que salió de la Plaza que existía frente a las actuales instalaciones de la central del Banco Industrial hacia el parque central, para mostrar la fuerza del Movimiento Unionista que se había ido conformando para demandar la renuncia del dictador de los 22 años, don Manuel Estrada Cabrera. Para lo que era la población de aquellos días, la marcha fue de verdad multitudinaria y tras ella vinieron acontecimientos como la llamada semana trágica en la que estudiantes y obreros se enfrentaron a las fuerzas armadas que respaldaban al tirano y el 8 de abril se produjo el fin de esa oprobiosa dictadura.

Publicamos un artículo del doctor Rodrigo Montúfar sobre esa importante gesta que, como él dice, pasa inadvertida para la mayoría de la población no obstante que en términos porcentuales sin duda es la mayor movilización política de la historia del país.

Y este centenario llega justo cien días antes de la conmemoración del centenario de la primera publicación del diario La Hora, lo cual ocurrió poco después de la caída de Estrada Cabrera, a iniciativa del entonces estudiante universitario y esforzado miembro y activista del movimiento Unionista, Clemente Marroquín Rojas, quien había destacado en las páginas de los periódicos publicados por el mismo partido y los que editaron estudiantes y obreros. Para más información de ese momento histórico vale la pena leer el detallado relato que se encuentra en https://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Tr%C3%A1gica_de_1920 .

Los ideales que inspiraron a Marroquín Rojas y quienes le acompañaron en esa primera etapa de La Hora era la promoción de la Justicia, entendida la misma no sólo en términos judiciales sino también en amplio sentido social, la defensa de la libertad recién adquirida luego de la jornada violenta y la creación de un orden político distinto en el que se privilegiara la democracia y se acabara con el latrocinio que es propio de todas las dictaduras y que, en el caso nuestro, llegó cien años más tarde a demostrar que la corrupción en sí misma puede ser una oprobiosa dictadura que le roba a muchos para beneficio de unos pocos.

Durante los próximos meses iremos publicando aspectos relevantes de los cien años de vida del diario y del entorno en que cada uno de ellos ocurría. Un serio y profundo trabajo de investigación realizado por nuestro gran amigo, el doctor Alfonso Mata, nos permitirá conocer detalles de estos cien años y de la personalidad del fundador de La Hora. Por eso hoy decimos que llegó La Hora del Centenario.

Redacción La Hora

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