El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) esperó apenas horas para empezar a adjudicar contratos en favor de La Botica, farmacéutica vinculada al exjefe del Centro de Gobierno y pareja del expresidente Alejandro Giammattei, Miguel Martínez.
Sobre dicha empresa pesaba una prohibición de venta a raíz de una suspensión temporal que tuvo su origen en la inspección que hizo el Departamento de Regulación y Control de Productos Farmacéuticos, del Ministerio de Salud, a una de sus bodegas, en donde detectaron irregularidades que representaban un «riesgo para la salud».
Dicha inspección se desarrolló el 19 de febrero de este año e identificó que La Botica operaba fuera de los márgenes legales establecidos, ya que compartía espacio físico con otra droguería, Abasto Farma, sin una separación adecuada, con lo cual violaba las normas técnicas vigentes.
Además, funcionaba con una licencia de farmacia, aunque no se halló una área diferente para que funcionara un negocio de esas características. También, en la inspección, se encontró producto vencido almacenado en áreas no autorizadas y empaques de medicinas con registros sanitarios de años anteriores, entre otras anomalías.
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Estos hallazgos llevaron a que la referida dependencia del Ministerio de Salud ordenara el cierre temporal del establecimiento y la suspensión de su licencia sanitaria.
NUEVA HABILITACIÓN
Sin embargo, el pasado 30 de julio se conoció de una resolución emitida días antes que levantó la suspensión, con lo cual La Botica recuperó el permiso para comercializar sus productos en el país.
De esa cuenta, las autoridades del IGSS avisaron a sus unidades médicas ejecutoras que las adjudicaciones a la farmacéutica en cuestión estaban, de nuevo, permitidas.
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Así lo decía una circular fechada el 28 de julio y que conoció La Hora. Esta fue enviada a directores departamentales, médicos, administrativos, financieros, administradores, encargados de compras, jefes de farmacia y bodega, así como al departamento de abastecimientos del IGSS.
“Se considera procedente que las unidades médicas reanuden la recepción de medicamentos y productos farmacéuticos contratados con la empresa la Botica, en apego a los términos contractuales y a partir de la fecha en que se notificó el levantamiento de las medidas antes descritas”, dice el documento.
El Ministerio de Salud confirmó a este medio el levantamiento de la suspensión e indicó que «resolvieron los problemas que tenían en bodega».
Las unidades del IGSS comenzaron a adjudicar contratos, incluso, desde días antes de que se emitiera la circular.
Así, de acuerdo con información detallada en el portal Guatecompras, desde el 24 de julio se retomaron las compras a La Botica. Hasta el 5 de agosto registra 14 procesos de adquisición, 10 por compra directa y cuatro más de baja cuantía.

Estos suman Q214 mil 267. Las unidades que le han comprado medicamentos son: el hospital de Quetzaltenango, el Camip 3 Zunil; la Policlínica, zona 1; el consultorio de Sololá, el de San José Pinula, así como los hospitales de Chimaltenango y el consultorio de Retalhuleu.
CUESTIONADA FARMACÉUTICA
La Botica se convirtió en una de las principales proveedoras del Estado —en especial del IGSS— durante la administración del expresidente Alejandro Giammattei, sancionado por el Departamento de Estado de Estados Unidos por recibir sobornos durante su gobierno.
La empresa está vinculada con Martínez, sancionado por el Departamento del Tesoro de EE. UU. con la congelación de sus activos bajo la ley Global Magnitsky, por confabularse con otros funcionarios para adjudicar de forma ilegal.
El nexo de Martínez con La Botica se establece a través de Jairo Ernesto Ponce Fernández, su amigo, identificado en redes sociales con el apodo de “Cuto”. Su hermano, Dorian Fabián Ponce Fernández, figuró como presidente del Consejo de Administración de La Botica; no obstante, reportes de prensa señalan que es Jairo Ponce quien en realidad dirige la empresa.
Ambos acompañaron a Giammattei en un viaje a España en diciembre de 2019, cuando aún era presidente electo, a una reunión de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales.
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En abril de 2022, una nota de La Hora dio cuenta de que el gobierno renombró un puente en Sacatepéquez, con el apodo de “Cuto”, en aparente dedicatoria a Jairo Ponce. La estructura se ubica en la Ruta Nacional 14, sobre el río Guacalate, y anteriormente se llamaba Tetuán. Además, una imagen ampliamente difundida muestra a Martínez, Giammattei y Ponce brindando juntos en una boda.
Mientras tanto, los ingresos de La Botica crecieron de forma exponencial. De 2015 a 2019, acumuló adjudicaciones por Q16.7 millones. Pero entre 2020 y 2023 —bajo la administración de Giammattei— el monto subió a Q547.9 millones, según Guatecompras. El 75% de ese total provino del IGSS, mientras que el resto fue adjudicado por el Ministerio de Salud y otras entidades.
En esos cuatro años, la empresa obtuvo el 97% de todos los contratos públicos que ha ganado desde que comenzó a hacer negocios con el Estado.
DENUNCIA QUE NO CAMINA
El 13 de junio de 2024, La Hora dio a conocer que el Ministerio Público (MP) de Porras no daba impulso a una investigación contra La Botica, S. A., a pesar de los indicios de transacciones sospechosas detectadas por la Intendencia de Verificación Especial (IVE) de la Superintendencia de Bancos (SIB). La denuncia que presentaron sigue sin avances.
Según la publicación, un banco del sistema alertó que las cuentas a nombre de La Botica habían recibido depósitos millonarios procedentes del IGSS y de la Tesorería Nacional, correspondientes a adjudicaciones públicas. Las sumas involucradas encendieron alarmas por no corresponder con el perfil económico de la empresa.

La investigación apuntaba, además, a un incremento inusual en las adjudicaciones y una fuente citada en la publicación indicó que en Guatecompras se podía observar un incremento en los contratos y compras directas que ha tenido la entidad, incluso cuando sus ofertas han sido superiores a los demás participantes, generando una especie de monopolio con precios sobrevalorados.
Asimismo, la publicación indica que dicha pesquisa estableció que La Botica tiene como beneficiarios de fondos a diferentes personas individuales y jurídicas con las cuales no se observa relación comercial, debido a que algunas se dedican a la venta de materiales de construcción, arrendamiento de maquinaria y reparación de obras, por lo que las transacciones financieras con estos últimos podrían no tener una justificación legal o comercial.