Un policía del Pentágono falleció luego de que fue apuñalado este martes en instalaciones de transporte afuera del inmueble, y un sospechoso fue baleado por agentes del orden y murió en el sitio, informaron autoridades.
El Pentágono, la sede del ejército de Estados Unidos, fue cerrado temporalmente luego de que una persona atacó al policía en una estación de autobús poco después de las 10:30 de la mañana. Una andanada de disparos posterior dejó «varias víctimas», dijo Woodrow Kusse, director de la Agencia de Protección de la Fuerza del Pentágono, la cual es responsable de la seguridad en el complejo.
Las muertes del policía y del sospechoso fueron confirmadas inicialmente por funcionarios que no estaban autorizados para comentar sobre la situación de manera pública y hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato. El Departamento de Policía del condado de Fairfax también tuiteó sus condolencias por la muerte del policía. Funcionarios dijeron que creen que dos transeúntes resultaron heridos.
Las circunstancias seguían sin estar claras incluso horas después de que se registraron los hechos. Sin embargo, el episodio ocurrido en un tramo muy concurrido del sistema de transporte del área metropolitana de Washington puso los nervios de punta en una región ya preparada para estar en alerta máxima ante la violencia y los posibles intrusos en el exterior de los edificios del gobierno federal, sobre todo después de los disturbios del 6 de enero en el Capitolio.
Durante una conferencia de prensa en el Pentágono, Kusse rechazó confirmar que el agente había sido asesinado y tampoco brindó información básica sobre cómo se habían desarrollado los hechos o cuántas personas habrían fallecido. Sólo dijo que un agente había sido atacado y que «hubo disparos».
Kusse y otros funcionarios se negaron a descartar que se tratara de un acto terrorista o a proporcionar cualquier otro posible motivo. Pero Kusse dijo que el complejo del Pentágono era seguro y que «no estamos buscando a otro sospechoso en este momento». Añadió que el FBI estaba dirigiendo la investigación.
Más tarde, la Agencia de Protección del Pentágono emitió un comunicado en el que confirmó la muerte del oficial, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, expresó sus condolencias y dijo que las banderas en el Pentágono ondearán a media asta.
«Este oficial caído murió en el cumplimiento de su deber, ayudando a proteger a las decenas de miles de personas que trabajan -y que visitan- el Pentágono a diario», manifestó Austin en un comunicado.