POR NICOLE WINFIELD
ROMA
Agencia AP
El Papa Francisco denunció hoy el nacionalismo «agresivo» que rechaza a los migrantes y dijo que los católicos deben seguir el mandato evangélico de una Iglesia acogedora que no distingue entre «autóctonos y extranjeros, residentes y huéspedes».
En su mensaje anual a los migrantes y refugiados, el Papa dijo que la pandemia ha demostrado cómo el concepto de la familia humana está «fragmentado, herido y desfigurado» y que los más pobres y marginados pagan el precio más elevado.
El «nosotros» universal, dijo, «se derrumba y resquebraja debido a las formas miopes y agresivas de nacionalismo y el individualismo radical».
Exigió que los católicos en particular actúen «con catolicidad» en un sentido universal y destacó que los migrantes y refugiados enriquecen la fe, la Iglesia y mutuamente.
Francisco ha mostrado solidaridad con los migrantes y refugiados de manera prioritaria durante su Pontificado. Su primer viaje como Papa fue a la isla siciliana de Lampedusa, centro de la crisis de migrantes europea. Ha visitado campos de refugiados y en una ocasión transportó a una decena de refugiados sirios en el avión papal de regreso a casa.
Sus exhortaciones a los gobiernos de que acojan a los migrantes suelen caer en oídos sordos en Europa y Estados Unidos, sobre todo al crecer los movimientos nacionalistas.
«Se trata de compromiso personal y colectivo, que se hace cargo de todos los hermanos y hermanas que seguirán sufriendo mientras tratamos de lograr un desarrollo más sostenible, equilibrado e inclusivo», dijo. «Un compromiso que no hace distinción entre autóctonos y extranjeros, entre residentes y huéspedes, porque se trata de un tesoro común, de cuyo cuidado, así como de cuyos beneficios, nadie debe quedar excluido».