MADRID
Agencia DPA/Europa Press
El expresidente de Colombia Álvaro Uribe (2002-2010) ha pedido la entrada de manera urgente en las calles del país del Ejército después de que se registraran algunos altercados durante las protestas contra la reforma tributaria lanzada por el Gobierno de Iván Duque.
«No pedimos represión a las libertades sino prevención militar y policial contra el vandalismo. Distorsiones maliciosas finalmente protegen al terrorismo. No más vandalismo», ha escrito en su cuenta de Twitter, en la que se ha mostrado especialmente activo durante la primera jornada de movilizaciones.
«El Ejército en las calles es urgente y mejor que estar registrando la noticia del asesinato y la destrucción vandálica», ha espetado Uribe, quien ha deslizado que los promotores de las protestas contra la medida del Gobierno no estarían haciendo lo suficiente para evitar el vandalismo.
«Nosotros encabezábamos nuestras marchas y evitábamos el vandalismo», ha escrito horas después de que señalar que «la protesta no puede ser la excusa del terrorismo y de sus promotores, apoyemos a las Fuerzas Armadas para encarcelar a los vándalos, proteger las libertades, las personas, los bienes públicos y privados».
El expresidente colombiano ha estado compartiendo en su cuenta de Twitter imágenes de altercados durante las movilizaciones que se han organizado este miércoles en varias de las principales ciudades del país, que hasta el momento han dejado una veintena de personas detenidas.
«En nombre de los Derechos Humanos debilitan a las Fuerzas Armadas y consiguen el imperio del vandalismo y la peor violación de los Derechos Humanos», ha dicho Uribe, para quien la violencia ya «estaba preparada» y la reforma tributaria es solo una excusa, pues «no hay manera de que la aprueben».
Miles de colombianos descontentos han salido este miércoles a las calles en la primera jornada de unas movilizaciones, que tienen previsto alargarse durante toda la semana, no ya solo por la propuesta fiscal, sino también por la crisis económica provocada por la pandemia, su gestión, los retrasos en la vacunación, y las violaciones continuas de los Derechos Humanos contra diferentes actores sociales.