Por LAURAN NEERGAARD
Agencia AP
Una respuesta inmunitaria rara e impredecible es la principal sospechosa en las investigaciones de las autoridades sobre los casos extremadamente raros de trombosis que se han dado tras la aplicación de dos vacunas similares contra el coronavirus: la de Johnson & Johnson y la de AstraZeneca.
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El gobierno de Estados Unidos recomendó ayer a los estados que suspendan la aplicación de la vacuna de J&J mientras las autoridades examinan seis casos de dichos trombos, incluido un fallecimiento, entre los más de 6,8 millones de estadounidenses a los que se ha aplicado la vacuna hasta ahora.
Pero el pequeño número de casos ha suscitado preocupaciones porque, apenas la semana pasada, las autoridades europeas dijeron que casos similares de trombosis posiblemente estuvieron vinculados a la vacuna de AstraZeneca cuyo uso aún no está autorizado en Estados Unidos. Ello hizo que algunos países restringieran la aplicación en ciertos grupos de edad.
También el martes, J&J aplazó la distribución en Europa.
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¿QUÉ HACE A ESTOS TROMBOS DIFERENTES?
Estos trombos no son típicos, sino peculiares en dos aspectos.
Primero, ocurren en partes poco comunes del organismo, como en las venas que drenan la sangre del cerebro. Segundo, esos pacientes tienen niveles de plaquetas anormalmente bajos, una afección que por lo general está vinculada a una hemorragia, no a la coagulación. Las plaquetas son células que contribuyen a la coagulación de la sangre.
Científicos de Noruega y Alemania fueron los primeros en plantear la posibilidad de que algunas personas estuvieran experimentando una reacción anormal de su sistema inmunológico a la vacuna de AstraZeneca, formando anticuerpos que atacan a las plaquetas propias. Esa es la teoría asumida mientras Estados Unidos investiga ahora los casos de trombosis entre quienes han recibido la vacuna de J&J, dijo el martes el doctor Peter Marks, director de vacunación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés).
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¿POR QUÉ SOSPECHAR DE LA RESPUESTA INMUNITARIA?
La primera pista: un antigoagulante de uso generalizado llamado heparina a veces causa un efecto secundario similar. Muy raras ocasiones, quienes han recibido heparina forman anticuerpos que atacan y sobreestimulan las plaquetas, dijo el doctor Geoffrey Barnes, experto en trombos de la Universidad de Michigan.
«Puede causar ambos extremos en el espectro hemorragia-coagulación», dijo Barnes.
Como la heparina es utilizada en forma muy frecuente en los hospitales, esa reacción es algo «que todos los hospitales de Estados Unidos saben diagnosticar y tratar».
También hay informes increíblemente raros sobre esta extraña combinación de coágulos-plaquetas bajas en personas que jamás tomaron heparina, como después de una infección. Esos casos inexplicables no habían captado gran atención sino hasta que surgieron los primeros reportes sobre la formación de trombos entre algunas personas a las que se aplicó la vacuna de AstraZeneca, según Barnes.
Funcionarios de sanidad dijeron que una razón por la que J&J adoptó la pausa fue para tener la certeza de que los médicos sepan cómo atender a pacientes cuando sospechen que tienen trombos, lo que incluye no administrarles heparina.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) emitieron recomendaciones el martes sobre cómo detectar y atender estos raros trombos.
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¿QUÉ MUESTRAN LAS INVESTIGACIONES?
En dos estudios difundidos la semana pasada en la revista New England Journal of Medicine, equipos de Noruega y Alemania detectaron anticuerpos que atacaban las plaquetas en la sangre de algunas personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca y tenían los trombos extraños. Los anticuerpos eran similares a los encontrados como efecto secundario de la heparina, aunque los pacientes jamás habían utilizado ese anticoagulante.
No está claro aún si existe un vínculo similar con la vacuna de J&J. Sin embargo, las vacunas de J&J y de AstraZeneca, así como una vacuna rusa y otra de China contra el COVID-19 están fabricadas con la misma tecnología. Estas vacunas entrenan al sistema inmunitario para que reconozca la proteína espiga que recubre al coronavirus. Con ese fin usan un virus de la gripa, llamado adenovirus, para introdicir el gen de las espigas en el organismo.
Marks, de la FDA, no dijo si los casos de trombosis podrían ser comunes entre las llamadas vacunas de vectores de adenovirus. Además de los datos de AstraZeneca, J&J fabrica una vacuna contra el ébola de la misma manera y Marks afirmó que las autoridades examinarían «la totalidad de las pruebas».
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¿QUÉ HAY DE LAS DEMÁS VACUNAS?
Las vacunas más utilizadas en Estados Unidos contra el coronavirus –de Pfizer y Moderna– son fabricadas con una tecnología totalmente distinta, y la FDA señaló que no hay indicios de casos similares de formación de trombos con ellas.
¿Qué hay de las personas preocupadas por haber recibido la vacuna de J&J? Marks señaló que es importante no confundir el riesgo extremadamente raro de sufrir trombosis con los síntomas normales similares a la gripe que las personas sienten a menudo uno o dos días después de ser vacunadas. Señaló que síntomas preocupantes como severo dolor de cabeza o severo dolor abdominal podrían presentarse de una a tres semanas después de recibir la vacuna de J&J, la cual es de una sola dosis.