MADRID
Agencia DPA/Europa Press
El Gobierno iraní ha anunciado la suspensión de todos los contactos diplomáticos con la UE en represalia a la aprobación de ayer de la renovación durante al menos un año de las sanciones que pesan contra Irán por violaciones de Derechos Humanos y que afectan a 89 personas y cuatro entidades.
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«En respuesta a esta medida de la UE, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Irán suspenderá todas las conversaciones integrales con la UE, incluidas las relativas a Derechos Humanos, así como toda forma de cooperación derivada de esas conversaciones, en particular en materia de terrorismo, drogas ilícitas y refugiados», ha explicado el portavoz del Ministerio Said Jatibzadé.
Además, Irán «está estudiando sanciones recíprocas en reacción a esta medida de la UE, cuyos detalles serán anunciados más adelante». «Irán condena con contundencia esta medida y la considera carente de cualquier tipo de credibilidad», ha subrayado.
En particular, Irán denuncia los «falsos sermones sobre derechos humanos» que solo deparan «silencio» por motivos políticos ante «las violaciones de los derechos del pueblo iraní bajo las inhumanas e ilegales sanciones de Estados Unidos».
La UE ha añadido este lunes a ocho personas y tres entidades iraníes a la lista de sancionados, responsables de la violencia contra las manifestaciones de noviembre de 2019. Las protestas estallaron por el alza de los precios del combustible y fueron duramente reprimidas, dejando al menos 230 muertos, según el balance oficial de Teherán.
Las sanciones implican la inmovilización de activos y prohibición de visados a personas y entidades responsables de violaciones graves de los derechos humanos.
El régimen de restricciones también incluye un embargo a la exportación de equipos que puedan ser utilizados para la represión interna y equipos para vigilar las telecomunicaciones.
La UE ha venido imponiendo sanciones a individuos y empresas en Irán «responsables de graves violaciones de los Derechos Humanos» desde 2011, por lo que sus activos financieros y económicos permanecen congelados en Europa y tienen prohibida la entrada al territorio europeo. Desde entonces se han venido extendiendo.
El anuncio se produce tras cuatro días de contactos entre representantes de Irán y de las potencias firmantes del acuerdo nuclear de 2015 que terminaron el pasado viernes en Viena.