El candidato presidencial Guillermo Lasso. Foto La Hora/AP/Dolores Ochoa.

Por GONZALO SOLANO
QUITO
Agencia AP

Millones de votantes ecuatorianos aprovechaban ayer el silencio electoral para reflexionar su voto con miras a elegir a su nuevo Presidente entre dos opciones opuestas: por un lado, Andrés Arauz, el joven izquierdista y delfín del expresidente Rafael Correa (2007-2017), y por otro el exbanquero de derecha Guillermo Lasso, quien se postula por tercera ocasión a ese cargo.

Tras una saturación de propaganda, especialmente en los últimos días, en medios de comunicación convencionales y redes sociales, a la media noche del jueves se suspendió toda clase de proselitismo político atendiendo una disposición legal.

Los dos postulantes cumplieron el cierre de sus respectivas campañas, Lasso en Guayaquil y Arauz en Quito, y quedaron a la expectativa de los comicios del domingo, al que han sido citados 13,1 millones de votantes, tanto en suelo ecuatoriano como en el exterior.

Arauz pasó al balotaje tras acreditarse en primera ronda electoral el 7 de febrero con poco más del 32% de los votos, mientras que Lasso quedó en un disputado segundo lugar con cerca del 20%, apenas medio punto porcentual por arriba del candidato de los indígenas Yaku Pérez, quien denunció fraude, aunque sin aportar pruebas concluyentes.

El consultor político y analista, Alejandro Zabala, expresó a The Associated Press que no sólo se trata de elegir un nuevo presidente, sino «quién pueda dar solución a los problemas que tenemos, como la falta de empleo, la inseguridad, la pandemia, la falta de oportunidades, la crisis económica, también está quién podrá garantizar las libertades ciudadanas, la libertad de expresión, por ejemplo … no se trata de escoger un nombre sino soluciones». Añadió que «en este momento hay mucho voto en rechazo al uno o al otro candidato, porque el uno es exbanquero o el otro es sucesor de Correa, más que un voto reflexivo hay un voto de rechazo».

Desde el mediodía del viernes entra en vigencia la prohibición de vender y consumir alcohol, que se mantendrá hasta la misma hora del lunes, para cuando los ecuatorianos ya conocerían al nuevo gobernante.

El ganador de las elecciones reemplazará en el cargo desde el 24 de mayo, para un período de cuatro años, al presidente Lenín Moreno, otro delfín de Correa, de quien se distanció poco después de llegar al poder.

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