La demandante Sabrina Deliry responde preguntas de los periodistas en el Palacio de Justicia de París. Foto La Hora/AP/Lewis Joly.

Por ANGELA CHARLTON

PARÍS

Agencia AP

Un tribunal de París celebra una audiencia hoy sobre una demanda colectiva que busca hacer responsables a las autoridades de Salud francesas y a las empresas después que miles de personas con el coronavirus murieran en hogares para ancianos. Las familias dijeron que no sabían lo que estaba sucediendo con sus seres queridos, aislados en el interior.

La audiencia es un primer paso en un maratón legal que probablemente durará años. Las familias esperan que arroje luz sobre lo que salió mal el año pasado cuando el COVID-19 devastó a la generación de más edad de Francia y privó a sus hijos y nietos de la oportunidad de ayudar o incluso de despedirse.

«Queremos asegurarnos de que no se repitan los errores, de que alguien sea hecho responsable», dijo Sabrina Deliry, quien como demandante ha movilizado a familias en toda Francia desde que el asilo de ancianos de su madre en París fue aislado por primera vez hace un año.

La audiencia del miércoles involucra una solicitud especial con la que se busca tener acceso a documentos u otro material sobre las decisiones en los hogares para ancianos. Es uno de los muchos esfuerzos legales en torno a la mala gestión de la pandemia que se están ventilando a través del sistema de justicia francés. Otros incluyen cargos de homicidio involuntario o se enfocan en los principales ministros del gobierno, pero este podría ser uno de los casos de mayor alcance.

La demanda está dirigida contra varios hogares de ancianos, la agencia nacional de salud DGS, la autoridad de hospitales públicos de París y otros. Los demandantes incluyen familiares de residentes, médicos y asociaciones de hogares de ancianos.

Su queja se centra en múltiples problemas en los hogares para ancianos y discapacitados de Francia durante el primer semestre de 2020. Esas fallas incluyeron escasez de mascarillas para los residentes y el personal; escasez de pruebas diagnósticas; el uso de un poderoso sedante llamado Rivotril en algunos residentes mientras las casas estaban aisladas; y decisiones oscuras sobre qué residentes recibieron tratamiento hospitalario por el virus y cuáles fueron abandonados a su suerte dentro de los hogares para ancianos.

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