CIUDAD DE MÉXICO
Agencia AP
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, arremetió contra las auditorías a algunos de sus proyectos de infraestructura favoritos efectuadas por la Auditoría Superior de la Federación.
La ASF señaló que el mandatario subestimó en miles de millones de dólares el costo de cancelar el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en la zona federal del lago de Texcoco, impulsado por su predecesor Enrique Peña Nieto.
La dependencia indicó que el costo de cancelar los contratos de construcción y liquidar los bonos que respaldaban el proyecto podría llegar a 14.500 millones de dólares, en comparación con los cálculos de López Obrador de 4.500 millones.
El mandatario dijo ayer que la auditoría era «exagerada».
«Están mal sus datos, yo tengo otros datos», manifestó.
En lugar de continuar con la obra parcialmente construida del aeropuerto en el suburbio oriental de Texcoco, en la que ya se habían gastado al menos 2 mil millones de dólares, el presidente decidió remodelar y ampliar la base aérea militar de Santa Lucía, al norte de la capital.
Aunque se pronostica que el nuevo proyecto costará 4.100 millones de dólares, López Obrador había afirmado que representaba un ahorro en los costos, incluso tomando en cuenta las pérdidas por cancelar el aeropuerto en Texcoco.
López Obrador dice que el aeropuerto cancelado podría haber costado hasta 15.000 millones de dólares una vez concluido, y habría estado sujeto a inundaciones y hundimientos debido a que se situaba en suelo lacustre.
La legisladora opositora Verónica Juárez Piña, del Partido de la Revolución Democrática, dijo que «si el presidente tanto presume la austeridad y la lucha contra la corrupción, en lugar de descalificar a la ASF, debe aclarar las irregularidades, el despilfarro y la falta de transparencia en el uso de los recursos públicos en prácticamente todas las áreas de su gobierno, particularmente en sus megaproyectos y programas sociales predilectos».
López Obrador ha ordenado la construcción de ambiciosos proyectos de infraestructura, como una nueva refinería en la costa del Golfo de México y el llamado Tren Maya, una línea férrea de 6.800 millones de dólares que recorrerá unos 1.500 kilómetros (950 millas) por la península de Yucatán y unirá destinos turísticos costeros con sitios arqueológicos mayas.
Los críticos alegan que pocos de esos proyectos cuentan con estudios adecuados de viabilidad e impacto ambiental, y advierten que podrían convertirse en elefantes blancos.
El informe de auditoría presentado el fin de semana también contiene duras críticas al Tren Maya, que está siendo supervisado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), y será operado por el ejército cuando sea completado en varios años.
La auditoría halló que «ni Fonatur, ni Fonatur Tren Maya (FTM) acreditaron contar con un proyecto ejecutivo ni un modelo financiero con el fin de identificar el esquema de financiamiento y las posibles obras y servicios por contratar» para el tren.