En esta fotografía, una trabajadora de Salud en Pennsylvania, llena una jeringa con la vacuna contra el COVID-19 de Moderna para inyectarla a personal médico de emergencias. Foto La Hora/AP/Matt Slocum.

Por MIKE STOBBE y HANNAH FINGERHUT
Agencia AP

Alrededor de uno de cada tres estadounidenses dicen que decidida o probablemente no se vacunarán contra el COVID-19, de acuerdo con una encuesta nueva. Los expertos dicen que es una noticia desalentadora si el país espera lograr la inmunidad colectiva y vencer la epidemia.

La encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research halló que, si bien el 67% prevén vacunarse o ya lo han hecho, el 15% dijo terminantemente que no lo hará y el 17% dice que es lo más probable. Muchos expresaron dudas sobre la seguridad y eficacia de la vacuna.

La encuesta indica que persiste el escepticismo en proporción importante después de un mes y medio de una campaña de vacunación en la que se han registrado pocos o ningún efecto secundario entre los vacunados. Halló que la resistencia es mayor entre los jóvenes, las personas sin título universitario, los estadounidenses negros y los republicanos.

El doctor Anthony Fauci, el principal especialista en enfermedades infecciosas del gobierno, calcula que es necesario inocular entre el 70% y el 85% de la población para detener el azote que ha matado a casi 470.000 personas. Recientemente dijo que la aparición de variantes más contagiosas del virus acrecienta la necesidad de que más gente se vacune y lo haga rápidamente.

¿El 67% de la población será suficiente? «No. No, no, no, no», respondió William Hanage, experto en dinámica de enfermedades de la Universidad de Harvard. «Se necesita que una alta proporción de la población se vacune para ver un resultado verdadero», agregó.

Alrededor del 10% de la población, unos 33 millones de personas, han recibido al menos una dosis y 9,8 millones están totalmente inmunizados, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).

La encuesta de 1.055 adultos, realizada del 28 de enero al 1 de febrero, revela algunos pormenores del escepticismo.

Entre los que se niegan terminantemente a recibir la vacuna, el 65% dijo temer los efectos secundarios a pesar de lo registrado en los últimos meses. El mismo porcentaje dijo que no confía en las vacunas. Adicionalmente, el 38% dijo que no cree necesitar una vacuna, mientras que una proporción similar dijo que no sabe si la vacuna es eficaz y que no confía en el gobierno.

Entre los que dicen que probablemente no se vacunarán, pero que no lo descartan totalmente, el 63% dice que está esperando para ver si es segura y el 60% dice temer los efectos secundarios.

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