El presidente Joe Biden realiza unos comentarios sobre el cambio climático en la Casa Blanca, en Washington, Estados Unidos. Foto La Hora/AP/Evan Vucci.

Por MATTHEW DALY y ELLEN KNICKMEYER
WASHINGTON
Agencia AP

Con la intención de prevenir lo peor del cambio climático, el presidente Joe Biden firmó ayer diversos decretos para dejar de usar combustibles fósiles y desarrollar una economía de combustión limpia, deteniendo las concesiones para la explotación de petróleo y gas en tierras federales y eliminando los subsidios a esas industrias.

Las directrices pretenden que 30% de las tierras y aguas del país sean zonas de conservación en los próximos 10 años, duplicar la generación eólica en las costas de la nación y contar con una flotilla de vehículos federales totalmente eléctricos, entre otros cambios. El plan de Biden está dirigido a prevenir lo peor del calentamiento global causado por la quema de combustibles fósiles.

Pero su plan también conlleva un riesgo político para el presidente y los demócratas debido a que los estados productores de petróleo y carbón se enfrentan a la pérdida de empleos por las medidas para aumentar considerablemente el uso de energías limpias, como la eólica y la solar.

«No podemos esperar más» para abordar la crisis climática, declaró Biden en la Casa Blanca. «La vemos con nuestros propios ojos. Lo sabemos. Es momento de actuar».

Dijo que sus órdenes «potenciarán el ambicioso plan de nuestro gobierno para hacer frente a la amenaza existencial del cambio climático».

Biden ha fijado el objetivo de eliminar la contaminación provocada por los combustibles fósiles en el sector eléctrico para 2035, y de la economía estadounidense en general para 2050, acelerando lo que ya es un crecimiento de la energía solar y eólica impulsado por el mercado y reduciendo la dependencia del país en el petróleo y el gas. El agresivo plan está dirigido a desacelerar el calentamiento global causado por el ser humano que está magnificando los fenómenos meteorológicos extremos, como los incendios forestales en el oeste del país y las lluvias torrenciales y huracanes en el este.

Biden reconoció el riesgo político y mencionó varias veces que su enfoque crearía empleos en el sector de energía renovable y en el automotriz para compensar cualquier pérdida en el sector petrolero, de carbón y de gas natural.

«Cuando pienso en el cambio climático y las respuestas a él, pienso en empleos», manifestó Biden. «No se trata de sueños ilusorios. Son soluciones concretas que se pueden poner en práctica. Y sabemos cómo hacer esto».

En un cambio respecto a los gobiernos anteriores de ambos partidos, Biden también instruyó a las agencias para que centren la ayuda e inversiones en las comunidades de bajos ingresos y de minorías que viven más cerca de las refinerías y de otros peligros, y en las localidades productoras de petróleo y carbón que enfrentan pérdidas de empleos por el mayor uso de fuentes de energía que no emiten los gases de efecto invernadero.

Biden se comprometió a crear «millones de puestos de trabajo sindicalizados y bien remunerados» en la manufactura de automóviles eléctricos, la instalación de paneles solares y aerogeneradores, y en trabajos especializados para restaurar terrenos mineros y convertir viejos sitios industriales «en los nuevos centros del crecimiento económico».

Los republicanos criticaron inmediatamente el plan y señalaron que iba a acabar con los empleos.

«Los mandatos y directivas gubernamentales que restringen nuestras industrias minera, petrolera y del gas afectan negativamente nuestra seguridad e independencia energética», dijo la representante Cathy McMorris Rodgers, la principal republicana en la Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes.

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