En esta imagen de archivo, agentes de policía retienen con sus armas a manifestantes en la Cámara de Representantes en el Capitolio de Estados Unidos. Foto La Hora/AP/Andrew Harnik.

Por NOMAAN MERCHANT y MARY CLARE JALONICK
WASHINGTON
Agencia AP

La jefa interina de la Policía del Capitolio se disculpó por no haber estado preparados para lo que se convertiría en una insurrección violenta a pesar de las advertencias de que supremacistas blancos y otros grupos ultraderechistas atacarían al Congreso.

Yogananda Pittman, en un testimonio preparado ante el Congreso, dijo que la Policía del Capitolio «no cumplió sus propios estándares elevados ni los de ustedes». Mencionó varios errores: no tener suficientes agentes ni provisiones disponibles, no proseguir con la orden de cierre total que ella emitió durante el sitio y no contar con un plan de comunicaciones suficiente para una crisis.

«Sabíamos que grupos milicianos y de supremacistas blancos iban a asistir», escribió Pittman. «Sabíamos además que algunos de esos participantes tenían intención de traer armas de fuego y otras al mitin. Sabíamos que era muy posible que hubiera violencia y que el Congreso era el blanco».

Sus admisiones tienen lugar en momentos en que las agencias federales investigan una serie de amenazas contra miembros del Congreso y cuando se acerca la fecha de inicio del segundo juicio político contra Donald Trump. Un funcionario policial dijo a The Associated Press que las autoridades han detectado conversaciones preocupantes sobre matar a legisladores o atacarlos afuera del Capitolio.

Partidarios de Trump arrancaron cercas e irrumpieron por puertas y ventanas en el Capitolio después de un mitin en el que el ahora expresidente les pidió «luchar» y «parar el robo». Dentro del Congreso, los legisladores certificaban en ese momento la victoria del presidente Joe Biden. Cinco personas murieron, incluido el policía del Capitolio, Brian Sicknick, que fue golpeado en la cabeza con un extintor de incendios. Un sexto fallecimiento, el de otro policía del Capitolio, fue por suicidio.

El día después de los disturbios, el entonces policía del Capitolio, Steven Sund, dijo que su fuerza «tenía un sólido plan establecido para enfrentar esperadas actividades relacionadas con la Primera Enmienda». Sund renunció poco después, al igual que los sargentos de armas del Senado y la Cámara de Representantes.

Policías que hablaron con la AP han dicho que se vieron superados por los alzados que en muchos casos estaban mejor armados que ellos. Los agentes dijeron no haber recibido plan alguno por adelantado y tampoco de comunicaciones durante los disturbios.

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