MADRID
Agencia DPA/Europa Press
El ministro de Sanidad israelí, Yuli Edelstein, ha defendido que se dé prioridad a los ciudadanos israelíes en la vacunación a pesar de que la ONU haya recordado que Israel, como potencia ocupante de los territorios palestinos, tiene la responsabilidad de garantizar el acceso a la vacuna a los palestinos.
«En lo que respecta a la vacuna, la obligación principal y prioritaria de Israel es para con sus ciudadanos. Pagan impuestos, ¿no? Una vez dicho esto, somos los primeros que tenemos interés, no obligación legal, en que los palestinos consigan la vacuna, que no propaguen la COVID-19», ha afirmado en declaraciones a la BBC.
En particular, Edelstein se ha referido a los Acuerdos de Oslo de 1993 por los que se creó la Autoridad Palestina y ha recordado que dicen «alto y claro que los palestinos tienen que asumir su propia salud».
«¿Si la responsabilidad de la salud de los palestinos es del ministro de Sanidad israelí, cuál es exactamente la responsabilidad del ministro de Sanidad palestino? ¿Cuidar de los delfines del Mediterráneo?», ha argumentado sarcásticamente.
Edelstein ha explicado que cuando los palestinos se pusieron en contacto con ellos autorizó la entrega de vacunas para los equipos médicos que trabajan directamente con pacientes de coronavirus. «No es porque crea que tengamos una obligación legal, sino porque son médicos y enfermeras y en este momento no tienen la vacuna», ha subrayado.
Los relatores especiales de la ONU Michael Lynk y Tlaleng Mofokeng han emplazado recientemente a Israel a incluir a «los palestinos bajo ocupación» en su programa de vacunación, ya que «desde un punto de vista moral y jurídico», el acceso diferencial a la inoculación es «inaceptable». «La denegación de un acceso igualitario a la atención de la salud, por ejemplo, por motivos de etnia o raza, es discriminatoria e ilegal», han añadido.
Más concretamente, la ONG Human Rights Watch (HRW) ha recordado que Israel tiene la obligación de garantizar los suministros médicos, incluida la lucha contra la propagación de pandemias en virtud del Cuarto Convenio de Ginebra.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 160.000 palestinos en el territorio palestino ocupado han dado positivo y más de 1.700 han fallecido como consecuencia de la enfermedad.