Fotografía de archivo del Capitolio de Estados Unidos en Washington. Foto La Hora/AP/Jacquelyn Martin.

Por LISA MASCARO y JILL COLVIN
WASHINGTON
Agencia AP

La cuestión de si la mayoría de los estadounidenses recibirán cheques de asistencia de 2,000 dólares por el COVID-19 está ahora en manos del Senado, más específicamente de los republicanos que, pese a pertenecer al mismo partido del presidente Donald Trump, han mostrado poco interés en apoyar la idea del mandatario de triplicar los pagos ya aprobados por el Congreso.
Trump ya aprobó de mala gana un proyecto de ley de alivio masivo que autorizó cheques de 600 dólares. La Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, aprobó el lunes por abrumadora mayoría la demanda del presidente, pero los senadores republicanos se resisten a aumentar el gasto.
El Senado se reúne el martes para analizar la nueva iniciativa y el líder de la mayoría republicana en la cámara alta, Mitch McConnell, se ha negado a hablar públicamente de cómo planea manejar el tema. El resultado de la sesión del martes es muy incierto.
Los demócratas, compartiendo raramente una prioridad con Trump, han aprovechado la oportunidad para obligar a los republicanos a realizar una difícil votación para respaldar o desafiar al presidente saliente.
La cámara baja aprobó la medida con 275 votos a favor y 134 en contra, con el apoyo de la mayoría demócrata y de decenas de republicanos. El Congreso había acordado pagos de 600 dólares en un proyecto de ley que Trump firmó renuentemente el domingo. Los demócratas estaban a favor de los pagos más elevados, pero la posición del mandatario puso a sus aliados republicanos en una situación difícil.
La votación dividió profundamente a los republicanos, que en su mayoría se oponen a un mayor gasto gubernamental, pero muchos republicanos de la cámara baja también apoyaron la iniciativa, prefiriendo unirse a los demócratas que oponerse al presidente.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que «los republicanos tienen una opción: Votar en favor de este proyecto de ley o votar para negarle al pueblo estadounidense» la ayuda que necesita durante la pandemia.
A fin de cuentas, los resultados del enfrentamiento podrían terminar siendo más simbólicos que concretos.
La acción de los legisladores durante la rara sesión en la semana posterior a la Navidad podría hacer poco para modificar el paquete por más de 2 billones de dólares para gastos federales y ayuda económica por el COVID-19 que Trump promulgó el domingo, uno de los proyectos de ley más grandes de este tipo y que proporciona apoyo a millones de estadounidenses.
El representante Kevin Brady, el republicano de mayor rango en la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes, reconoció la división y dijo que el Congreso ya había aprobado fondos durante la crisis del COVID-19. «Nada en este proyecto de ley ayuda a nadie a volver a trabajar», argumentó.
El paquete que el presidente firmó para convertir en ley incluye dos partes: 900.000 millones de dólares en ayuda por el COVID-19 y 1,4 billones para financiar a las agencias del gobierno. Proporcionará dinero a negocios y personas, además de evitar un cierre gubernamental que de otro modo hubiese comenzado el martes, en medio de la crisis de Salud Pública.

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