Lemay Acosta tira de un bote con su hija, Layla, de dos años, y su perro, Buster, dando un paseo en su barrio inundado en Plantation, Florida, el lunes 9 de noviembre de 2020, al día siguiente de que la tormenta tropical Eta tocara tierra en los Cayos de Florida e inundara partes del sur de Florida. (Carline Jean/South Florida Sun-Sentinel via AP)

POR THE ASSOCIATED PRESS
FORT LAUDERDALE, Florida, EE.UU. (AP) — Varias ciudades del sur de Florida limpiaban el martes después de que la tormenta tropical Eta inundara zonas urbanas con un aguacero que anegó barrios enteros y llenó casas de agua durante horas.

Fue la 28va tormenta en una intensa temporada de huracanes, y la primera en tocar tierra en Florida. Este año igualó el récord de 2005, cuando los huracanes Katrina, Rita y Wilma golpearon la costa del Golfo de México. Pero eso fue antes de la formación de Theta el lunes por la noche en el nordeste del Atlántico. La 29na tormenta de la temporada de batió el récord de 2005.

Tras golpear Nicaragua como huracán categoría 4 y matar a más de 100 personas desde México a Panamá, Eta causo lluvias torrenciales en Cuba y arrasó el sur de Florida y después se movió el lunes hacia el Golfo de México.

Para el martes en la mañana, estaba justo al norte del canal de Yucatán entre Cuba y México, con vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros (50 millas) por hora.

En Cuba, Eta siguió desbordando ríos e inundando zonas costeras. Unas 25.000 personas fueron evacuadas y no había reportes de muertes, aunque la lluvia continuaba y se esperaba que se acumularan 63 centímetros (25 pulgadas) de agua.

Casi una semana después de que Eta arremetiera contra Nicaragua, las autoridades desde Panamá a Guatemala han reportado más de 100 muertos y una cifra aún mayor de desaparecidos. Las extensas inundaciones y deslaves han afectado a cientos de miles de personas en países ya golpeados por las consecuencias económicas de la pandemia.

A miles de kilómetros de distancia, en el nordeste del Atlántico, Theta se convirtió el lunes en la 29na tormenta con nombre de la temporada 2020. Se formó unos 1.600 kilómetros (995 millas) al suroeste de las Azores, según los meteorólogos, con vientos máximos sostenidos de 85 km/h (50 mph). El sistema se desplazaba al este a 24 km/h (15 mph) y no planteaba una amenaza inmediata para tierra.

En tanto, la lluvia sigue cayendo en Florida. El condado Broward, que incluye Fort Lauderdale, estaba entre las zonas más afectadas.

“Está muy mal. En los últimos 20 años, no he visto nada como eso”, dijo Tito Carvalho, propietario de un negocio de radios para autos en Fort Lauderdale y que estimó que el agua rondaba el metro (3 pies) de profundidad en algunos lugares.

Los bomberos sacaron a una persona de un auto que había caído al canal el domingo por la noche en el norte de Miami. El paciente fue hospitalizado en estado crítico, según las autoridades.

“Es mucho peor de lo que podíamos haber imaginado, y estábamos preparados”, dijo Arbie Walker, estudiante de 27 años y que vio su apartamento en Fort Lauderdale inundado.

“Nos llevó 20 minutos salir de nuestro barrio debido a la importante inundación de la zona”, dijo Walker. El auto de su hermana también quedó semisumergido.

En uno de los centros de pruebas diagnósticas de coronavirus más grandes del estado, el estadio Hard Rock del condado de Miami-Dade, entraron hasta 40,6 centímetros (16 pulgadas) de agua, según las autoridades. Ha sido uno de los lugares más utilizados durante la pandemia para hacer diagnósticos de COVID-19. Se espera que el lugar permanezca cerrado hasta el miércoles o el jueves.

Todos los centros de pruebas en los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach gestionados por el gobierno de Florida cerraron el domingo y el lunes debido a la tormenta. Al menos siete lugares de pruebas permanecerían cerrados el martes.

Eta tocó tierra el domingo en los Cayos.

El alcalde de Fort Lauderdale, Dean Trantalis, dijo que eran las lluvias del siglo.

“Una vez la tierra se satura, en realidad el agua no tiene a dónde ir”, dijo Trantalis. “No es como un gran huracán. Es más bien un fenómeno de lluvia, y estamos haciendo todo lo que podemos para asegurar que la gente de nuestra comunidad está protegida”.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo en Twitter que la población debía monitorear la corriente durante los próximos días. “Aunque la tormenta ha vuelto al mar, aún podría provocar situaciones peligrosas en la costa del Golfo al final de la semana”, tuiteó.

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