Por BOBBY CAINA CALVAN y BRENDAN FARRINGTON
TALLAHASSEE, Florida, EE.UU.
Agencia (AP)
Tal vez la Florida sea el único estado donde una derrota por menos de cuatro puntos porcentuales sea considerada un papelón.
En un estado famoso por los estrechos márgenes por que se deciden las elecciones, la magnitud de la derrota de Joe Biden ante Donald Trump fue humillante para los demócratas y los dejó tratando de encontrar una explicación a este nuevo revés en un estado clave.
Los demócratas ensayaban dos respuestas: Para empezar, Biden no captó el voto hispano, sobre todo el de la comunidad cubana del sur de la Florida. Y tal vez pagaron caro el hecho de que decidieron no ir de puerta en puerta buscando votos debido a la pandemia del coronavirus.
«Está claro que Biden no echó a volar la imaginación del electorado de la Florida ni generó entusiasmo para que la gente saliese a votar por él, como hizo Trump con su gente», opinó Fernand Amandi, encuestador demócrata de Miami. «Es una inoperancia inaceptable. Lo peor es que los problemas que hay que resolver son muy evidentes, pero no se resuelven».
Amandi se enfocó en las dificultades que tuvo la campaña de Biden para captar el voto hispano.
Trump y los republicanos promovieron por meses la noción de que Biden era un «socialista» que cedería a las presiones del ala izquierda del Partido Demócrata. Fue una prédica que caló hondo más que nada entre los cubanos y los venezolanos, quienes asocian ese término con líderes autoritarios y corruptos de América Latina.
Las debilidades de Biden se hicieron evidentes en el condado de Miami-Dade, que tiene la concentración de votantes hispanos más grande del estado, especialmente de cubanos. Biden ganó la votación del condado más poblado del estado por solo siete puntos porcentuales, comparado con la ventaja de 30 puntos con que triunfó Hillary Clinton en el 2016 contra el mismo Trump.
El VoteCast de AP, un estudio del electorado de la Florida, indicó que Trump sacó el 58% del voto cubano y que el voto se dividió por partes iguales entre los otros sudamericanos. Biden ganó por un margen de 2-1 entre los puertorriqueños.
El flojo desempeño demócrata en el sur de la Florida incluyó a otros candidatos y los republicanos se quedaron con las bancas de las representantes Donna Shalala y Debbie Mucarsel-Powell.
«Cuando miras lo que pasó en Miami-Dade en particular, el otro bando lo asoció mucho (a Biden) con el socialismo y hasta se usó la palabra ‘comunismo'», dijo el representante demócrata Charlie Crist, que fue gobernador cuando era republicano.
«Creo que eso incidió», expresó Crist. «Cuando te atacan, respondes. Y no sé hasta qué punto lo hicimos».
Trump se movilizó primero y logró ganar terreno entre los hispanos, que representan una quinta parte del electorado de la Florida.
Biden arrancó más tarde. Por un lado tuvo que asegurarse la candidatura de su partido y luego optó por hacer una campaña menos agresiva por el coronavirus. Por momentos Florida fue ignorada prácticamente por ser un epicentro del brote.
Si bien Biden y su compañera de fórmula Kamala Harris visitaron el estado, buena parte de la campaña se hizo en forma virtual por el virus. Y cuando los republicanos volvieron a ir de puerta en puerta, los demócratas permanecieron a un lado.
Los problemas, no obstante, venían de atrás, de antes de la pandemia, según la senadora estatal demócrata Annette Taddeo, quien cuestiona desde hace tiempo las estrategias de campaña de su partido.
«Necesitas una presencia constante y no puedes dar por descontado el apoyo de las comunidades minoritarias», sostuvo. «No puedes venir dos meses antes de una elección y esperar generar entusiasmo en estas comunidades».
El gobernador republicano de la Florida Ron DeSantis dice que la campaña de Trump logró generar entusiasmo a pesar de la pandemia.
«Se apuntó una victoria muy importante en la Florida», afirmó DeSantis, un firme aliado de Trump. «Sus visitas a zonas rurales, los grandes eventos, la electricidad que generó».
Algunos demócratas reconocen que los republicanos lograron inscribir a mucha gente nueva y acortar la ventaja que siempre han tenido los demócratas en ese campo.
Los demócratas, por su parte, revirtieron la situación en relación con el voto adelantado, donde tradicionalmente los republicanos les llevaban ventaja. Al mismo tiempo, sin embargo, los republicanos empujaron a mucha gente a votar por adelantado en persona.
Hay más demócratas que republicanos en el estado, pero eso no se refleja en las urnas. En el 2016, Clinton perdió por estrecho margen ante Trump. Hace dos años, el candidato demócrata a gobernador Andrew Gillum –quien hubiese sido el primer gobernador afroamericano del estado– cayó también por muy poco ante DeSantis. Y el senador nacional Bill Nelson no fue reelegido por escasa diferencia.