El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo hoy de madrugada que llevaría el resultado de las elecciones presidenciales a la Corte Suprema. Foto La Hora/AP/Brynn Anderson.

Por MARK SHERMAN
WASHINGTON
Agencia AP

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo hoy de madrugada que llevaría el resultado de las elecciones presidenciales a la Corte Suprema, aunque no estaba claro a qué se refería, en un país en el que el conteo de votos suele demorarse más allá del día de las elecciones y los estados marcan gran parte de las normas sobre cuándo debe terminar el conteo.

«Iremos a la Corte Suprema, queremos que pare la votación», dijo Trump de madrugada.

Pero la votación ya ha terminado. En todo el país, sólo se sigue adelante con el conteo de boletas. Ningún estado computará votos por correo enviados después del día de las elecciones.

La campaña del aspirante demócrata, Joe Biden, describió la declaración de Trump como «indignante, sin precedentes e incorrecta».

«Si el Presidente cumple su amenaza de ir a la Corte para tratar de evitar la computación correcta de los votos, tenemos equipos legales listos para desplegarse para resistir a ese esfuerzo», dijo en un comunicado la directora de campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon. «Y prevalecerán».

El experto en derecho electoral Richard Hasen escribió el domingo en Slate que «nunca ha habido ninguna base para afirmar que una boleta que llegue a tiempo no puede contabilizarse si las autoridades no pueden terminar de contar en la noche de las elecciones».

Por su parte, el profesor de derecho electoral de la Universidad Estatal de Ohio Edward Foley tuiteó el miércoles: «Los votos válidos se contarán. La Corte Suprema de Estados Unidos sólo se vería implicada si hubiera votos de validez cuestionable que supusieran una diferencia, lo que podría no ser el caso. El estado de derecho determinará el ganador oficial del voto popular en cada estado. Dejen trabajar al estado de derecho».

En cualquier caso, no hay forma de apelar directamente al Supremo con una acusación de fraude. Trump y su campaña podrían alegar problemas con la forma en la que se cuentan los votos en estados concretos, pero tendrían que iniciar su batalla legal en un tribunal estatal o una corte federal de categoría inferior.

Hay una apelación republicana pendiente en la Corte Suprema sobre si Pensilvania puede computar los votos que lleguen por correo entre el miércoles y el viernes, una ampliación ordenada por el máximo tribunal del estado pese a las objeciones de los republicanos. Ese caso no afecta a los votos ya presentados y que estén en manos de las autoridades electorales, aunque aún no se hayan contabilizado.

El alto tribunal rechazó antes de las elecciones descartar esas boletas. Sin embargo, jueces conservadores señalaron que podrían reconsiderar la cuestión tras los comicios. La Corte Suprema también rechazó bloquear una extensión para recibir y contabilizar votos a distancia en Carolina del Norte más allá de los tres días marcados por la ley estatal.

Incluso una pequeña cantidad de votos disputados podría importar si cualquiera de esos estados decide el ganador de las elecciones, y la distancia entre Trump y Biden es tan pequeña que unos pocos miles, o incluso unos cientos de votos, pueden marcar la diferencia.

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