Personas hacen fila afuera de un colegio electoral para votar durante las elecciones generales en La Paz, Bolivia, el domingo 18 de octubre de 2020. Foto: AP/Juan Karita

Por CARLOS VALDEZ y PAOLA FLORES
LA PAZ, Bolivia/AP

La jornada electoral transcurría en calma, con largas filas y gente con mascarilla el domingo en unas elecciones presidenciales que podrían determinar el futuro democrático de Bolivia, a casi un año de la anulada votación por denuncias de fraude y la salida del poder de Evo Morales.

Se trata de las elecciones «más complejas» de la historia democrática del país andino debido a una alta polarización política y temores a una convulsión social, señaló el presidente del Tribunal Electoral, Salvador Romero.

Horas antes de la votación, el TSE retiró el sistema rápido de conteo para evitar «confusión e incertidumbre», destacó Romero. La decisión, empero, sembró dudas entre los políticos.

La medida no permitirá conocer al ganador el domingo en la noche hasta la finalización de los cómputos oficiales, que podría demorar hasta cinco días, aseguró Romero.

«No fue una decisión atinada, genera duda que se haya retirado horas antes, pero vamos a respetar la decisión», señaló a la prensa Luis Arce, candidato presidencial por el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales y quien llega a las urnas con una estrecha ventaja en las encuestas.

Desde su exilio en Buenos Aires, Morales dijo la víspera en twitter que «esta decisión de última hora despierta dudas… Hicimos observaciones que no fueron atendidas oportunamente».

Morales también llamó a sus seguidores «a no caer en provocación… Es importante que esperemos con tranquilidad que todos los votos sean contados».

El expresidente Carlos Mesa, de la alianza centrista Comunidad Ciudadana (CC) y segundo en las preferencias, coincidió. «No es lo mejor decisión, pero si es para dar más seguridad a la votación, debemos ser pacientes para esperar los resultados finales».

Una interrupción del conteo rápido en los anulados comicios del año pasado por sospechas de fraude detonó un estallido social que derivó en 36 muertos y la renuncia de Morales tras casi 14 años en el poder.

La pandemia obligó a postergar dos veces los comicios y elevó la crispación política. No obstante, los ciudadanos que concurrieron temprano a los recintos electorales se mostraban esperanzados de cerrar la crisis.

«Mi esperanza es que solucionemos los problemas de una vez. Tengo una tienda (venta) y me afectó la pandemia y esta pelea de los políticos», dijo Rafaela Choque, 62 años, de origen aymara al salir de un recinto electoral.

«Tengo confianza en estas elecciones. Esta crisis ya está de buen tamaño», dijo a su vez Roberto Inchauste, empresario y quien acudió a votar con mascarilla y un traje de protección.

No era una jornada electoral como otras y se notaba poca gente en las calles. Algunos vendedores de comida callejera cerca de los recintos daban color y sabor a la votación.

Cinco candidatos se disputan la dirigencia del país sudamericano, pero hay tres con las mayores opciones según los sondeos. Al frente de las preferencias figura Arce, un exministro de Economía en el pasado gobierno de Morales, al que escolta en las encuestas el expresidente Mesa.

El empresario y exlíder cívico de derecha, Luis Fernando Camacho, de CREEMOS, a quien los sondeos ubican tercero, podría dirimir la disputa entre Arce y Mesa en una eventual segunda vuelta según pronostican las encuestas.

«Tengo fe en esta elección, hay que consolidar la democracia y llamo a todos a cuidar su voto», declaró Camacho tras votar en una escuela en Santa Cruz.

Para ganar en primera vuelta es necesario que el puntero obtenga el 50% más uno de los votos o un mínimo de 40% de los sufragios y al menos una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato más votado.
De ser necesario, la segunda vuelta se realizaría el 28 de noviembre. También se renovará la totalidad de la Asamblea Legislativa de 136 miembros para cinco años.

Arce aglutina a sectores rurales, indígenas y urbano populares; Mesa al voto moderado del centro y Camacho a los sectores conservadores y reaccionarios a Morales afincados sobre todo en la región oriental de Santa Cruz, motor económico del país y contrapeso a la influencia política de La Paz en el occidente.

Bolivia marca el calendario electoral en Sudamérica en medio de la pandemia de coronavirus que ha agitado más el clima político en la región, dijo a The Associated Press Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano con sede en Washington.

En el país la emergencia sanitaria obligó a suspender en dos ocasiones los comicios, lo que tensó más ambiente y obligó a los candidatos a reenfocar sus discursos en la salud.

El domingo el país registró 139.710 contagios desde marzo cuando comenzó la pandemia y 8.463 decesos. Para evitar contagios se amplió el horario de votación, las personas deben concurrir con tapabocas y mantener la distancia.
Varias organismos entre ellos la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, Naciones Unidas han desplegado observadores.

La presidenta interina Jeanine Añez dijo que la policía y los militares han salido a las calles «para resguardar el orden» y llamó a concurrir a las urnas. No obstante, el domingo se veían pocos soldados en las calles.
La votación cerrará a las 17.00 horas y desde las 18.00 podrán conocerse resultados extraoficiales de las cadenas de televisión con base en encuestas y conteos rápidos.

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