Por YURI KAGEYAMA
TOKIO
Agencia AP

Un poderoso tifón, el segundo en una semana, se cernía el sábado sobre las islas japonesas de Okinawa, provocando alertas de lluvias torrenciales y ráfagas de viento.

Los meteorólogos llevan días advirtiendo sobre el tifón “Haishen”, instando a la gente a que se prepare para una tormenta que podría batir récords, refugiándose y aprovisionándose de agua y comida.

Se esperaba que “Haishen”, con vientos sostenidos de hasta 180 kilómetros (112 millas) por hora, llegara a Okinawa para el domingo, y más tarde a la isla sureña de Kyushu, según la Agencia Meteorológica de Japón.

Pero los aguaceros, mareas fuertes y vendavales podrían llegar antes que el tifón, señaló la agencia.

“Haishen”, o «dios marino» en chino, avanzaba sobre el mar con rumbo norte a 15 kilómetros (9 millas) por hora al sur de Minami Daito, una isla en el sur de Japón. Se estimaba que llegaría el martes a la Península de Corea.

Yoshihisa Nakamoto, de la agencia meteorológica, dijo estar preocupado porque la gente se quedara en casa en lugar de huir a refugios debido al miedo al coronavirus.

«No deben evitar salir por ese miedo», dijo a la prensa, insistiendo en que las poblaciones locales aplicarían medidas de distanciamiento social en los recintos de evacuación.

El tifón “Maysak” golpeó esta semana el sur de Japón, dejando docenas de heridos y miles de casas sin electricidad. Un carguero con 43 tripulantes y 5.800 vacas procedentes de Nueva Zelanda naufragó ante la costa de Japón. Dos personas, ambos filipinos, fueron rescatados el viernes y un cuerpo fue recuperado. Los rescatistas también vieron docenas de reses muertas flotando en la zona.

Artículo anteriorEl Papa Francisco viajará a la ciudad del Santo que inspiró su nombre
Artículo siguienteRusia publica primeros resultados de su vacuna