ROMA
Agencia DPA/Europa Press

El Papa ha creado, como obispo de Roma, un fondo de ayuda para los trabajadores afectados por el COVID-19 que ha dotado de una primera donación de un millón de euros.

Según ha informado la diócesis de Roma, el fondo estará gestionado por Caritas y servirá de ayuda para todos los trabajadores precarios, pequeños emprendedores y aquellos que se han quedado sin trabajo por la crisis de la pandemia.

En una carta enviada al vicario y cardenal Angelo De Donatis, el Papa ha reivindicado la «dignidad del trabajo» para ese «gran grupo de trabajadores cotidianos y ocasionales» que tienen «contratos de duración determinada no renovable», así como a los que son «pagados por hora».

Francisco ha recordado a «los trabajadores domésticos, a los pequeños empresarios, a los trabajadores autónomos» y especialmente a los trabajadores «de los sectores más afectados y a sus industrias afines». «Muchos son padres y madres de familia que luchan laboriosamente por poner la mesa para sus hijos y garantizarles el mínimo necesario», ha manifestado en su mensaje.

El Pontífice ha deseado de esta manera que el fondo que se llamará “Jesús Obrero Divino” pueda «convertirse en una oportunidad para una verdadera alianza para Roma en la que todos, por su parte, se sientan protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis».

Así, ha reconocido el «gran número de personas que en estos días se han arremangado para ayudar y apoyar a los débiles». Algo que, a su juicio, queda demostrado por «el aumento de las donaciones» para los que cuidan de los enfermos y los pobres y, en general, todas esas «manifestaciones que han visto a los romanos asomarse por ventanas y balcones para aplaudir a los médicos y a los trabajadores de la salud, cantando y jugando, creando comunidades y rompiendo la soledad que socava el corazón». Para el Papa, son ejemplos, no de una emoción pasajera, sino de gente que quiere actuar por el bien común».

Asimismo, el Papa ha instado a los líderes políticos a llevar a cabo «políticas y acciones concretas para el bien de la ciudad» que protejan «especialmente a quienes corren el riesgo de quedar excluidos de la protección institucional y necesitan apoyo para acompañarlos, hasta que puedan volver a caminar de forma autónoma».

Por último, Francisco ha instado a los sacerdotes a «ser los primeros en contribuir al fondo, y los entusiastas partidarios de compartir en sus comunidades».

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