Migrantes han enviado millones de dólares en aportes de remesas a sus familias en el país. Foto La Hora AP

POR MICHAEL WEISSENSTEIN /AP
LA HABANA

Las remesas enviadas por migrantes a sus países en desarrollo caerán en 20 por ciento este año debido a la crisis económica global provocada por el coronavirus, pronosticó este miércoles el Banco Mundial.

La pérdida de empleos, de horas de trabajo y los salarios caídos impedirá a los migrantes en países más ricos enviar dinero a países más pobres que ya padecen las consecuencias económicas de la cuarentena impuesta por la pandemia, según el informe.

Las remesas a los países más pobres de Europa y Asia Central caerán previsiblemente en 27,5 por ciento; las que van al África subsahariana en 23,1 por ciento; al Medio Oriente y el norte de África en 19,6 por ciento; a Latinoamérica y el Caribe en 19,3 por ciento; y al Asia oriental y el Pacífico en 13 por ciento.

Muchas personas en Guatemala migran a EE. UU. para trabajar y enviar remesas a sus familias. Foto La Hora

La caída significa un duro golpe para familias y economías enteras en el mundo en desarrollo. Desde el sur de Asia hasta América Latina, los familiares de trabajadores que les envían dinero desde países más ricos ya tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas debido a las reducciones de las remesas.

El año pasado, las remesas representaron para los países más pobres una fuente de ingresos mayor que la inversión extranjera directa. En 2019 alcanzaron la cifra récord de 554 mil millones de dólares, que incluso puede haber sido mayor debido al flujo de fondos a través de canales informales, como la entrega de dinero en efectivo en mano. La inversión directa extranjera en los países en desarrollo caerá aproximadamente en 35 por este año, según el Banco Mundial.

LAS REMESAS EN GUATEMALA

Por ejemplo, en la población de Joyabaj, Guatemala, la mitad de los 100 mil habitantes dependen de las remesas que les llegan sobre todo de Estados Unidos.
Rosa López, de 18 años, salió de una oficina de giros y remesas con su hijo de 2 años y 100 dólares enviados por su hermana, empleada de una empresa lechera en Texas. La empresa ha reducido las horas de trabajo a la mitad, lo que obliga a la hermana a reducir la remesa.

Con el dinero que arribó la semana anterior, López y siete de sus familiares podrán comprar arroz y otros artículos básicos, pero tal vez no puedan pagar las cuentas de luz y agua.

«Tenemos que buscar la manera para no morirnos de hambre», dijo López. «Ella es la única que está ayudando a la familia entera».

El Banco Mundial recomendó que gobiernos y negocios colaboren para proteger a los migrantes de las consecuencias económicas y sanitarias del coronavirus. Señaló que con frecuencia se excluye a los jornaleros migrantes de los programas que buscan mitigar los efectos de la pandemia. Adicionalmente, exhortó a estados y empresas a que reduzcan los costos de enviar dinero a casa, que llega hasta el 20 por ciento en el sur de África, la región más cara para el envío de remesas.

Fotografía del 3 de abril de 2020 de una mujer cargando a un niño frente a un negocio cerrado con la bandera estadounidense en el pueblo indígena Joyabaj, Guatemala. (AP Foto/Moisés Castillo)
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