Por COSTAS KANTOURIS
KASTANIES, Grecia
Agencia AP
Las autoridades griegas emplearon gas lacrimógeno y granadas aturdidoras hoy por la mañana para rechazar un intento de migrantes de cruzar la frontera terrestre desde Turquía, mientras continuaba la presión en su frontera después de que Turquía dijera que abría su lado de la cerca a todo el que quisiera cruzar a Europa.
Una persona murió y cinco resultaron heridas por fuego procedente del lado griego, según autoridades turcas. El gobierno griego lo negó de forma rotunda y afirmó que eran «noticias falsas».
Los choques se produjeron cerca del pueblo fronterizo de Kastanies, junto a una cerca que cubría buena parte de la linde no señalada por el río Evros.
Turquía cumplió la semana pasada su amenaza de abrir sus fronteras a Europa. La decisión del presidente, Recep Tayyip Erdogan, provocó días de choques violentos y escenas de caos en la frontera terrestre, donde se han congregado miles de migrantes y refugiados.
La oficina del gobernador de la provincia fronteriza turca de Edirne dijo que un migrante había muerto y cinco resultaron heridos después de que la policía griega y unidades de guardias de fronteras emplearan gas lacrimógeno, balas de fogueo y munición real contra un grupo de migrantes reunidos en una zona entre las puertas turca y griega de Pazarkule y Kastanies.
Tres migrantes sufrieron lesiones en los pies, uno en la ingle y otro en la cabeza, según un comunicado de la oficina del gobernador Ekrem Canalp. Un sexto migrante que recibió un disparo en el pecho murió en el hospital, según el comunicado, en un incidente ocurrido cuando el comité parlamentario turco de derechos humanos visitaba la zona.
El portavoz del gobierno griego, Stelios Petsas, negó con rotundidad que ningún migrante hubiera resultado muerto o herido por las autoridades griegas.
«El lado turco crea y dispersa noticias falsas dirigidas contra Grecia. Hoy crearon otra falsedad», dijo, añadiendo que negaba con rotundidad que nadie hubiera resultado muerto o herido. «No existe ese incidente con fuego de las autoridades griegas», dijo.
En un primer momento no fue posible confirmar de forma independiente las versiones contradictorias.
Durante los choques antes el miércoles, periodistas en el lado griego de la frontera oyeron lo que parecían disparos, aunque no estaba claro que fuera munición real. Se vio a un grupo de personas llevando algo que podría ser una persona, y corriendo hacia el puesto fronterizo turco. Poco después se oyó marcharse a una ambulancia.
Periodistas en el lado turco de la frontera vieron al menos cuatro ambulancias saliendo de la zona.
También la frontera marítima se ha visto presionada. Cientos de personas han navegado desde la costa turca a las islas griegas en endebles embarcaciones en los últimos días. Un niño murió esta semana cuando la lancha de goma en la que viajaba naufragó en la costa de la isla griega de Lesbos.
Atenas calificó la situación de amenaza directa a la seguridad nacional y ha impuesto medidas de emergencia para hacer deportaciones rápidas y congelar las solicitudes de asilo durante un mes. Varios migrantes dijeron haber sido devueltos a Turquía inmediatamente tras cruzar la frontera.
La crisis coincide con una ofensiva del gobierno sirio respaldada por Rusia sobre la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, donde combaten tropas turcas.
La campaña siria ha matado a decenas de soldados turcos y desplazado a casi un millón de civiles sirios hacia la blindada frontera turca. Sin embargo, Oleg Zhuravlev, responsable del centro de coordinación militar ruso en Siria, dijo ayer que las afirmaciones sobre una crisis humanitaria en Idlib eran falsas.
Zhuravlev dijo que las autoridades turcas estaban «pastoreando» a unos 130 mil refugiados, que estaban en campos temporales cerca de la frontera entre Turquía y Siria, hacia la frontera con Grecia.
El gobierno griego dijo que la policía turca estaba lanzando gas lacrimógeno contra la frontera griega y las fuerzas de seguridad que la vigilaban, y difundió un video que según dijo respaldaba su afirmación.
Por su parte, Ankara acusó a Grecia de maltratar a los refugiados.
«Grecia trata horriblemente a los refugiados y después se voltea para culpar a Turquía», tuiteó el martes por la noche Fahrettin Altun, director de comunicaciones de la presidencia turca. «Esta es la clase de doble moral e hipocresía a la que nos hemos acostumbrado durante los años. ¡El país que acaba de suspender la protección temporal y lanzado gases lacrimógenos contra los migrantes no tiene ninguna autoridad moral!».
En un discurso ante legisladores de su partido, Erdogan pidió a Grecia y otros países europeos que respeten los derechos de los migrantes. Mostró una imagen de griegos que, según dijo, encontraron refugio en Siria en 1942, diciendo: «los griegos que intentan por todos los medios mantener a los refugiados lejos de sus países, desde ahogarlos en el mar a dispararles con balas, no deben olvidar que algún día podrían necesitar la misma compasión».
También acusó de hipocresía a los países de la UE, indicando que acudieron en ayuda de Grecia «con dinero, barcos y soldados» para impedir una nueva oleada migrante, pero ignoró la necesidad de Turquía con 3,7 millones de refugiados sirios en su territorio».
Entre tanto, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, tenía previsto reunirse el miércoles con Erdogan en Ankara, mientras que el vicepresidente de la UE, Josep Borrell, y el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, se reunirían con el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay.
Altos cargos de la UE, incluyendo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitaron el martes la zona fronteriza con el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, que dijo que Turquía «ha animado y asistido de forma sistemática a decenas de miles de refugiados y migrantes para que entren de forma ilegal en Grecia».
Las autoridades griegas estimaron que el miércoles había unas 15 mil personas a lo largo de la frontera con Grecia. En las 24 horas hasta el miércoles por la mañana, señalaron, se habían frustrado 27 mil 832 intentos de cruzar la frontera, y 220 personas que lograron pasar fueron detenidas.
Von del Leyen expresó su apoyo a Grecia, señalando que la línea no era solo una frontera nacional, sino también una exterior para la UE. Las personas que intentaban cruzar, señaló, habían sido «atraídas con falsas promesas a esta situación desesperada».
Ankara ha recibido duras críticas de algunos países europeos.
«El presidente Erdogan está utilizando a la gente como un balón político de fútbol, como arma y herramienta de presión sobre la Unión Europea», dijo el martes el canciller austriaco, Sebastian Kurz.