Por FABIOLA SÁNCHEZ
CARACAS
Agencia AP
El canciller ruso Serguei Lavrov culmina hoy en Caracas una gira latinoamericana en la que buscó estrechar los lazos con algunos de los aliados regionales.
Lavrov se reunía en la sede de la Cancillería con su par venezolano Jorge Arreaza y más tarde tenía previsto encontrarse con el mandatario Nicolás Maduro en el palacio de gobierno.
La visita de Lavrov a Caracas se da dos días después que el líder opositor, Juan Guaidó, se reunió en la Casa Blanca con el gobernante estadounidense Donald Trump, quien se comprometió a seguir apoyando a la oposición venezolana para lograr un cambio político y la salida del poder de Maduro.
La visita de Guaidó a Washington se enmarca en una gira internacional que inició el 19 de enero y que incluyó visitas a Bogotá, Londres, París, Bruselas, Madrid, Otawa y Miami a fin de estrechar relaciones. El líder opositor y jefe de la Asamblea Nacional ha sido reconocido por Estados Unidos y más de medio centenar de países como presidente interino de Venezuela.
El canciller ruso viajó la víspera a México donde sostuvo una reunión con su homólogo mexicano Marcelo Ebrard en la que se abordó la situación en la región y ambos ministros mostraron interés en reforzar las relaciones políticas y económicas entre ambos países.
Lavrov reafirmó la víspera la aspiración de Rusia de que en Venezuela haya un «diálogo nacional sin condiciones previas» para lograr una salida la compleja crisis que golpea a la nación suramericana. Descartó a su vez que en la gira que realiza por Latinoamérica, que incluyó también Cuba, venga con algún tipo de oferta para facilitar la salida del Maduro.
Desde hace varios meses Moscú ha expresado su apoyo a la opción de diálogo como salida a la crisis.
Maduro logró el año pasado sortear las fuertes presiones internas y externas gracias en parte al apoyo de Rusia, China, Turquía y Cuba y el respaldo del alto mando militar.
El académico y analista internacional Carlos Romero afirmó que la visita de Lavrov a Caracas se da en un contexto de «juego de potencias» por Venezuela.
«Estamos asistiendo a una polarización tan grande que la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños temen que un conflicto armado convierta a esta zona del mundo en un segundo Medio Oriente», dijo Romero a The Associated Press.
Rusia se ha convertido en las últimas dos décadas en un estrecho aliado de Venezuela con el que mantiene acuerdos financieros, comerciales, energéticos y militares.
Rosneft, la mayor petrolera rusa, tiene importantes participaciones en al menos seis proyectos en Venezuela que han implicado inversiones de unos 9.000 millones de dólares desde el 2010.