POR JUAN ZAMORANO
PANAMÁ
Los gobiernos de Estados Unidos, Centroamérica y Colombia coincidieron hoy en afrontar la migración irregular y las redes criminales que la alientan de una manera regional. Por ello, consideran involucrar a países como Brasil y Ecuador en los esfuerzos para frenar el creciente flujo de migrantes procedentes de las Antillas, África y Asia a través de Sudamérica.
Al iniciarse una reunión del secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, y los ministros de Seguridad y Gobernación de Centroamérica y Colombia, se mencionó la necesidad de tomar en cuenta también a las naciones donde se genera el fenómeno.
Ecuador y Brasil son los países a donde arriban muchos de los migrantes de Haití, Cuba y de naciones lejanas de África y Asia que luego se lanzan a cruzar la peligrosa frontera colombo-panameña en su intento de alcanzar Norteamérica.
El gobierno del presidente Donald Trump busca sumar esfuerzos para frenar ese flujo desde Sudamérica, que se suma al de millares de centroamericanos que arriban a la frontera entre Estados Unidos y México en busca de asilo.
La llegada en la víspera de McAleenan estuvo marcada precisamente por la posibilidad de que el secretario interino de Seguridad plantease algún tipo de acuerdo bilateral a Panamá en relación con los centenares de migrantes alojados temporalmente en campamentos en la provincia de Darién. El funcionario estadounidense visitará esa zona mañana.
El presidente panameño Laurentino Cortizo dijo ayer que ve inviable un arreglo bilateral con Estados Unidos. Su ministro de Seguridad, Rolando Mirones, ratificó esa posición en el arranque del encuentro de un día.
“El interés de Panamá de participar en estas reuniones es cumplir con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional porque este es un problema regional”, dijo Mirones. “Las soluciones que se requieren, no son soluciones bilaterales”.
Panamá está lidiando este año con un nuevo repunte de ese flujo migratorio por la jungla del Darién. De acuerdo con las autoridades de migración, en lo que va de 2019 ya han cruzado esa inhóspita región más de 10,000 migrantes, lo que supera la cifra del año pasado.
En su breve intervención al inicio, McAleenan coincidió en que se está ante un desafío regional.
“Las organizaciones criminales (traficantes de personas y de drogas) que estamos tratando de abordar son transfronterizas, no afecta solamente a nivel nacional… La única manera en que podemos lograrlo es colaborando juntos no sólo para compartir información sino también para acciones concretas, investigaciones y prohibiciones”, planteó en sus comentarios traducidos al español.
El director de migración de Colombia, Christian Kruger, dijo que se debe encarar el fenómeno de manera más coordinada e invitar a estas reuniones a los países donde se genera la migración.
“Hay que sensibilizar a todas esas personas que son embaucadas (por los traficantes)”, planteó.