El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, interviene en una reunión de su gobierno en la Casa Azul, en Seúl, Corea del Sur. Foto La Hora: Han Sang-kyun/Yonhap vía AP

Por HYUNG-JIN KIM
SEÚL
Agencia AP

La reciente cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte en la frontera entre las coreas marcó el final de las hostilidades mutuas entre los dos países, señaló hoy el presidente de Corea del Sur. Muchos expertos, sin embargo, son escépticos y sostienen que fue solo un momento televisivo carente de contenido.

Durante su improvisada tercera cumbre en la zona desmilitarizada el domingo, Donald Trump y Kim Jong Un reafirmaron su amistad y acordaron reanudar las conversaciones nucleares. El breve paso de Trump al otro lado de la frontera lo convirtió en el primer presidente estadounidense en activo en pisar territorio norcoreano. Pero ninguna de las partes indicó que estén más cerca de solucionar las diferencias que hicieron fracasar su anterior reunión.

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, dijo durante una reunión de su gobierno que el encuentro en la zona desmilitarizada supone que los dos países declararon “el final de las relaciones hostiles” y el “inicio de una era de paz”.

Moon, que habló brevemente con Trump y Kim en la aldea de Panmunjom antes de que los dos líderes se sentaran en una reunión a dos bandas, describió la cumbre como «histórica». Además ,calificó el encuentro de «fruto de una sorprendente imaginación” y añadió que se organizó tras la oferta “sin precedentes” realizada por Trump en la víspera a través de Twitter y de la “valiente” decisión de Kim de aceptarla.

Moon, un progresista que asumió el cargo en 2017, ha presionado mucho para establecer una relación diplomática entre Washington y Pyongyang que ayude a alcanzar un acuerdo pacífico a la crisis nuclear norcoreana. El año pasado se reunió con Kim en tres ocasiones, las dos primeras en Panmunjom, la misma aldea de la zona desmilitarizada del domingo.

Al inicio de la cumbre, Trump cruzó los bloques de concreto que señalan la línea de demarcación militar en Panmunjom luego de que Kim le dijo que se convertiría en el primer presidente estadounidense en entrar a Corea del Norte si lo hacía. Tras caminar juntos varios metros (pies) hacia el norte, regresaron hacia el sur para una reunión que duró alrededor de 50 minutos.

Trump dijo que estaba «orgulloso» de haber cruzado la frontera y dio las gracias a Kim por presentarse a la reunión. Kim señaló que en un primer momento se quedó “muy sorprendido” por el tuit publicado el sábado por Trump en el que proponía un encuentro en la zona desmilitarizada, y apuntó que no podría haber ocurrido si no mantuviesen una “gran amistad”.

Los medios estatales norcoreanos describieron la reunión entre los dos dirigentes como “un evento extraordinario” y que ambos mostraron gran satisfacción por el resultado de sus conversaciones. El gobierno de Moon señaló que espera que el impulso diplomático creado por esta última cumbre ayude a revivir el diálogo intercoreano.

Se espera que en las próximas semanas, funcionarios estadounidenses y norcoreanos participen en conversaciones de trabajo sobre los términos de un acuerdo aceptable para las dos partes, pero muchos expertos dicen que sigue sin estar claro si las negociaciones abordarán con éxito las diferencias fundamentales entre Washington y Pyongyang que quedaron en evidencia en la segunda cumbre de febrero en Vietnam.

Estados Unidos y Corea del Norte no tienen relación diplomática y, técnicamente, siguen en guerra porque todavía no se reemplazó el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-1953) con un tratado de paz. Unos 28.500 soldados estadounidenses están desplazados en el Sur como una medida disuasoria contra una posible agresión norcoreana.

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