La voluntaria Layal Rabat, de la organización Phoenix Restoration Project, ofreciendo agua, comida y pañales a mujeres centroamericanas y sus niños que las autoridades de inmigración dejaron en una estación de autobús de Greyhound en Phoenix. Foto la hora: Valeria Fernández/Ap.

Por ASTRID GALVAN
PHOENIX
Agencia (AP)

La empresa de autobuses Greyhound ya no permite que las autoridades liberen a familias inmigrantes dentro de las estaciones, lo que obligará a éstas a esperar afuera hasta que consigan un boleto.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, ICE por sus siglas en inglés, confirmó a The Associated Press ayer que le habían pedido que dejar a los inmigrantes afuera en vez de adentro de las instalaciones.

El ICE ha dejado durante muchos años a los inmigrantes dentro de estaciones de Greyhound, mayormente en Phoenix, tras dejarlos en libertad a la espera de su próxima audiencia en la corte. De las estaciones, viajan a sus destinos finales en Estados Unidos.

A los inmigrantes que son puestos en libertad por el ICE generalmente no se les avisa de antemano que van a ser liberados, así que no pueden hacer arreglos de viaje sino hasta que llegan a la terminal. La mayoría de ellos tampoco tiene dinero y tienen que esperar a que un pariente o una organización intercesora les compre un boleto.

Una gran cantidad de familias centroamericanas han viajado a Estados Unidos en los últimos meses, y muchas de ellas dicen huir de la violencia y la pobreza, y que planean solicitar asilo.

Tan sólo en Arizona se procesó la liberación de unas 14 mil 500 personas que llegaron como familias entre el 21 de diciembre del 2018 y el 5 de marzo, de acuerdo con el ICE.

La agencia federal depende de organizaciones voluntarias para que ayuden a las familias con arreglos de viaje y comida.

Afuera de la estación de Phoenix, unos 15 adultos y cinco niños esperaban el jueves en un área con sombra cerca del estacionamiento. Algunos de ellos dijeron que habían estado allí durante unas siete horas.

Connie Phillips, presidenta y directora del grupo Lutheran Social Services of the Southwest, dijo que no culpa a Greyhound por sus políticas, sino a las autoridades de inmigración por no tener una manera sostenible y de largo plazo para atender la liberación de migrantes.

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