SAO PAULO
AP
Los mayores partidos de la oposición de izquierda de Brasil anunciaron ayer que boicotearán la juramentación del presidente electo Jair Bolsonaro el 1 de enero.
El Partido de los Trabajadores, que gobernó entre 2003 y 2016 y el Partido Socialismo y Libertad, dijeron que sus legisladores no asistirán a la ceremonia en la capital, Brasilia.
Varios miembros del Partido Comunista de Brasil también dijeron que evitarán asistir a la toma de posesión del político de extrema derecha que obtuvo el 55% de los votos durante la segunda vuelta electoral del 28 de octubre.
Los tres partidos tendrán 75 de los 513 legisladores en la cámara baja de Brasil. El partido al que se integró Bolsonaro a inicios del año, el Partido Social Liberal, tendrá 52 escaños.
El Partido de los Trabajadores había registrado al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como su candidato y era considerado el principal contendiente para las elecciones de octubre hasta que las autoridades le prohibieron postularse, después de haber sido encarcelado por cargos de corrupción y lavado de dinero.
Funcionarios del partido dijeron que aunque reconocen la legitimidad de los resultados de los comicios, ponen en duda el proceso electoral en sí.
«La prohibición ilegal a la candidatura del expresidente Lula y la manipulación criminal de las redes sociales para propagar mentiras en contra del candidato Fernando Haddad» favorecieron al líder de la extrema derecha en los comicios, afirmó el partido.
El Partido de los Trabajadores y el Partido Socialismo y Libertad informaron que la decisión también es un acto de resistencia a Bolsonaro, quien irritó a muchos con comentarios percibidos como homofóbicos, racistas u ofensivos a las mujeres, además de por expresar nostalgia por la dictadura que gobernó a Brasil entre 1964 y 1985.
También el viernes, las autoridades brasileñas informaron que los preparativos de seguridad para la toma de posesión serán los más estrictos de la historia.
La secretaría de Seguridad Pública en Brasilia dijo a The Associated Press que esperan la asistencia de medio millón de personas a la ceremonia.
El ejército brasileño desplegó misiles antiaéreos y aviones de combate para brindar protección al evento. En tierra, más de 3.000 policías y soldados vigilarán las calles.
La seguridad en torno a Bolsonaro se ha incrementado desde que el 6 de septiembre fue herido en un ataque con arma blanca que le causó daños intestinales graves.